Infonor/Revista Visión Saltillo
Saltillo, Coah.- Su
teléfono celular comenzó a sonar. Diana Yuvisela estaba en su casa con su bebé
y con Luz María, su sobrina, cuando su expresión se tornó insegura y temerosa.
La voz que sonaba a través de la bocina del teléfono le decía que sus vidas estaban
en riesgo y que debían salir de su vivienda por seguridad.
Según la voz, el
número al que marcó había sido identificado por reportes de denuncias a fuerzas
criminales y un grupo de maleantes se dirigía a su domicilio para cobrar
venganza.
Tomaron tres pañales
y salieron caminando para encontrar un lugar que les permitiera escaparse del
fatal encuentro. Sin embargo, la voz no terminó la llamada y se convirtió en un
verdugo que se apoderó de la libertad de las dos jóvenes hasta mostrar sus
verdaderas intenciones: la llamada no era para su protección, sino para su
desgracia. Estaban siendo secuestradas de forma virtual.
Más de 10 llamadas
se hicieron a la familia de Luz y Diana, que permanecieron escondidas entre
casas abandonadas e incluso entre las márgenes del río Monclova a mediados de
agosto de 2012, para presionar a familiares y amenazarlos al asegurar que las
jóvenes y el pequeño estaban bajo su poder.
Una red de
criminales les arrebató la tranquilidad a ellas y al esposo y los padres, tíos,
vecinos y abuelos de las jóvenes al pedirles que hicieran todo lo posible por
pagar un rescate para que regresaran con bien a casa, ya que si no pagaban las
mujeres serían violadas y los tres serían asesinados.
“Cuando recibí la
llamada estaba tranquilo pensando que mi esposa estaba en la casa o con mi
suegra, pero no estaba”, expresa Carlos, quien después de que se frustrara el
secuestro, abrazó a su esposa, mientras su bebé pasó a los brazos de sus tías.
Carlos recordó los
momentos de terror cuando agentes de tránsito, policías municipales,
ministeriales, soldados, familiares, vecinos y amigos repartían fotos con la
esperanza de que las víctimas fuesen identificadas por alguien, mientras los
delincuentes presionaban para recibir el botín de 100 mil pesos.
Su foto circuló
también por las redes sociales. La ciudad estuvo en vilo hasta que 24 horas
después de su desaparición la Policía Investigadora, a cargo de Fidencio Romo,
que rastreaba a los secuestradores, encontró a las jóvenes a los pies de la
Casa de la Cultura en la Zona Centro.
“¿Ya nos podemos
ir?”, fue lo primero que salió de los cansados labios de las jóvenes, quienes
no habían probado alimento y esperaban que lo peor pasara. Los agentes les
explicaron la situación y ellas expusieron que estaban hablando con otros
agentes que las habían sacado de sus casas.
Luego de que las
jóvenes y el bebé fueron encontrados y entregados a su familia, una llamada con
el código de área de Matamoros, Tamaulipas (868) fue contestada por el
comandante Romo en el mismo teléfono que se convirtió en el detonante del
“secuestro”.
Una risotada emergió
cuando Romo se identificó y les explicó que ya todo había terminado. “Como
quiera nos los jodimos”, le dijo la que representaba a la red de
secuestradores, la voz del otro lado del teléfono desde el penal de la ciudad,
“anduvieron 24 horas fuera de su casa”. Antes de colgar, el delincuente
advirtió: “Prepárense, porque le vamos a dar duro allá en Monclova”.
Así como esta
historia, decenas de casos similares se reportan en todo el estado, pero
principalmente en las regiones Laguna y Sureste, donde las llamadas de
extorsión alcanzaron una dimensión grave para convertirse en plagios, ya que
los secuestrados permanecen con el temor de que las familias resulten
afectadas, mientras son contactadas para decirles que sus seres queridos están
en riesgo e incomunicados.
SÓLO SE NECESITA UNA LLAMADA
En entrevista, Óscar
González Guardiola, director de Política Criminal de la Procuraduría General de
Justicia en el Estado (PGJE), explicó que este nuevo método de extorsión inicia
con la amenaza aleatoria a un usuario telefónico bajo el pretexto de un
secuestro de algún familiar o intimidándolo con que irán por él a su hogar, con
lo que le recomiendan que siga las instrucciones para llevarlo a moteles de
paso, cines, parques, plazas públicas, hospitales e incluso hasta que tomen la
carretera y se dirijan a otra ciudad cercana.
González agregó que
luego de haber convencido al interlocutor de que está en riesgo y cuando se
encargan de que esté en el sitio convenido, una red de cómplices se pone en
contacto con la familia para pedirles un rescate que se deposita principalmente
en sistemas de banca de tiendas departamentales y sitios de transferencias y
giros monetarios.
“La recomendación
siempre ante una extorsión de este tipo es que se conserve la calma. Un
delincuente hace 40 llamadas al día y de esas les pegan cuatro o cinco con 500
pesos por cada uno lo convierten en un negocio lucrativo. Si contigo no
funciona, él tiene otras 39 opciones para que funcione”, señaló.
El especialista
comentó que a pesar de que las cantidades que piden los secuestradores son
pequeñas y oscilan entre los 20 mil hasta los 100 mil pesos, la PGJE ha tenido
reportes en los que los extorsionadores han llegado a exigir cifras superiores
a los 200 mil pesos, principalmente en secuestros virtuales de empresarios o de
sus familias.
Tras cobrar el
depósito, los delincuentes contactan a los presuntos secuestrados y les dicen
que ya pueden regresar a su domicilio. A veces el secuestro virtual dura algunas
horas, en algunos casos hasta tres o cuatro días, dependiendo el tiempo en el
que se formaliza la transacción financiera. González recomendó que cuando
suceden este tipo de casos, lo mejor es no realizar ningún pago y tratar de
localizar al secuestrado.
“Si eres víctima de
esto, no lleves a cabo ningún pago, porque el dinero que depositas es imposible
de recuperar. Los secuestradores y extorsionadores virtuales abren las cuentas
con documentos falsos. ¿Cuándo se va a encontrar una orden de pago, por ejemplo,
por Juan Pérez en los bancos de Elektra en el Estado de México? Resulta muy
difícil detectar la transacción y por eso el dinero no regresa”.
DE MILES A DECENAS DE CASOS
El funcionario
encargado de la atención a las familias que son víctimas del denominado
“secuestro virtual” señaló que a pesar de que en 2008 el creciente sentímiento
de inseguridad desbordó las extorsiones telefónicas hasta evolucionar en esta
práctica que tuvo reportados cerca de mil 200 casos, actualmente los casos
reportados son menos de 200 por año.
El especialista
destacó que en 2012 se detectaron al menos 120 casos entre Torreón y la Región
Sureste, que son las zonas en donde más se reporta este tipo de delitos, aunque
también manifestó que esto forma parte de un ciclo que los criminales manejan,
ya que las zonas de extorsión varían, como pasó en 2010 y 2011, con el
incremento de secuestros virtuales y extorsiones telefónicas en la Región
Centro y Norte.
“Tenemos este
problema, más en la Región Sureste ahora, pero después puede irse a la Región
Centro, o Norte, o Cinco Manantiales o a La Laguna. Principalmente se iban por
gremio, primero los doctores, luego los empresarios, luego los comerciantes y
así desfilaban; ahora lo hacen por regiones y las que permanecen siempre con
más casos son Laguna y Sureste”.
González Guardiola
aseguró que en 2007 y 2008 se reportaron cerca de mil 100 casos por año,
mientras que para 2009 se redujo a 800, para después reducirse a 600 y
actualmente, en 2013, aseguró llevar contabilizados entre 35 y 40 casos sólo en
la Región Sureste, en lo que va de 2013.
“Ya no ha tenido
tanto éxito porque ahora la gente están más preparada, aunque con el clima de
inseguridad que se vive desde los últimos años pues la gente cae con más
facilidad en este tipo de extorsiones y secuestros. Al final del año pasado nos
pegaron mucho en región de Cinco Manantiales, Piedras Negras, Zaragoza y
Acuña”.
El director de
política criminal explicó que en casi un 100% de las ocasiones en las que se
reporta un secuestro virtual se detecta que los presuntos plagiarios se
encuentran principalmente en estados del centro y sur del país, y algunos otros
en regiones del noreste, principalmente los que se encuentran reclusos en
centros penitenciarios.
“Los que hacían esas
llamadas casi siempre estaban en los penales y vendían el tiempo aire con sus
familias en tianguis y en otros lugares de la Ciudad de México y Guadalajara.
Ahorita tenemos en Coahuila muchas extorsiones de Tampico, Puebla, Jalisco,
Reynosa, y sabemos que son principalmente de los penales”.
“En algunos centros
se puso una grabación para saber que la llamada era de un penal, sin embargo,
en otros sabemos que no hay controles de seguridad y los reos llegan a meter
teléfonos celulares y así es como operan”.
A mediados de 2012,
la estadística de denuncias de la Región Sureste se mantuvo por encima de las
87 denuncias, aunque González Guardiola destacó que dentro de las que se tienen
denunciadas sólo el 8 o el 10% se consuma con la entrega del dinero por parte
de los familiares de la víctima de secuestro virtual.
“¿Qué hemos hecho
para contrarrestar este tipo de prácticas? Hemos capacitado y orientado a la
población. Tenemos un convenio con hoteleros para que no reciban a menores de
edad y que a sus huéspedes se les solicite una identificación al ingresar al
hotel. Tenemos líneas de comunicación con ellos y en fin estamos en contacto
permanente para detener este tipo de delitos”.
DOS CASOS PARA RECORDAR
González recordó
entre los casos más intensos que la Dirección de Política Criminal haya
resuelto el de una mujer que llegó desde Cadereyta hasta Saltillo como parte de
un secuestro virtual, así como la historia de un hombre que perdió la vida al
verse afectado por el pánico de las amenazas de sus captores.
“A mí en lo personal
me impactaron dos historias: una señora originaria de Cadereyta fue secuestrada
virtualmente el sábado por la noche y su liberación se dio acá en Saltillo
hasta el miércoles por la tarde. Prácticamente hicieron lo que quisieron con
ella, la obligaron a striptease en la web-cam para seguir extorsionándola
después, y eso pasa también porque la gente se sugestiona y cree que realmente
está siendo secuestrada”.
“La otra historia
fue hace como dos años aquí en Saltillo y esa terminó con la muerte de la
víctima del secuestro virtual. Un señor fue a parar como parte del secuestro al
Hotel Saade y al tratar de escapar en su desesperación cayó del balcón del
tercero o cuarto piso y murió. A él le dicen que lo van a matar y cuando tocan
la puerta del cuarto trata de escapar brincando de una cornisa a otra y ahí
ocurrió la caída”.
¿SECUESTRADORES O EXTORSIONADORES?
El director de
Política Criminal señaló que a pesar de que este tipo de extorsiones o
secuestros virtuales ha ido a la baja en los últimos años, permanece como una
forma fácil y rápida de los criminales para hacerse de dinero sin tener que
incurrir en ninguna práctica violenta o que los ponga en riesgo.
“¿Qué es lo que pasa
aquí en Coahuila? El crimen organizado ha dejado muchas células sueltas de sus
organizaciones, lo que nos incrementan los asaltos con violencia, la extorsión
telefónica, asaltos a tiendas de conveniencia o bancos porque esas personas
necesitan sacar ganancias y por eso recaen en las extorsiones”.
El también titular
del programa de prevención a extorsiones telefónicas, que en su programa de
capacitación ha atendido a 20 mil personas, aseguró que la evolución de los
engaños se desencadenó luego de que la gente dejara de caer en los trucos
convencionales de los estafadores, quienes lograban defraudar a sus víctimas
con la ilusión de que habían ganado algún sorteo.
“Si recordamos, la
extorsión telefónica comenzó de otra forma. Primero te decían que habías ganado
un premio en efectivo y un automóvil y tenías que enviar los folios de tarjetas
telefónicas para recargas de tiempo aire para validar el premio que no existía.
Hubo gente que caía y la gente peca de ingenua porque no han participado ni
siquiera en algún sorteo. Ahí es donde interviene verdaderamente el sentido
común”.
Otro de los métodos
de extorsión que González comentó fue el de, cómo decían que había un accidente
y que uno de los familiares del interlocutor necesitaba atención médica, y se
tenía que mandar dinero para hospitalizarlo, así como el caso de que había sido
detenido en la frontera por transportar fayuca y que se necesitaba de dinero
para dejarlo ir. Con los ejemplos el experto reflejó la manera en la que el
método se fue refinando, hasta caer en la fabricación de un secuestro al
incomunicar a una persona.
“El argumento fue
variando hasta que alcanzó una forma violenta. Después decían que eran grupos
del crimen organizado que tenían tu casa rodeada porque de tu casa los habían
denunciado. Luego hablaban con la voz de un niño de que estaba secuestrado y te
gritaba ‘Papá’ o ‘Tío’ y la gente iba a los bancos a depositar el supuesto
rescate por la preocupación y el pánico”.
El funcionario
explicó que los extorsionadores o secuestradores virtuales operan de tres
formas al menos descubiertas en la actualidad: el secuestro virtual, la
clonación de números telefónicos para simular el secuestro e incluso la
publicación de anuncios clasificados en los que aseguran dar algo regalado o a
buen precio y se cobra un deposito o dinero para el envío.
“Te inventan una
historia para aprovecharse y si te la crees es el momento con el que ellos
logran la extorsión. Así como nosotros estamos haciendo nuestra chamba, los
delincuentes también trabajan e investigan quién puede ser la mejor de sus
víctimas”.
RED DE ENGAÑOS
González Guardiola
explicó que mediante un programa de computadora que admite la programación del
Identificador de las llamadas, los delincuentes pueden programar teléfonos para
que se oculte el número del cual hablan, así como cambiar el número cuando se
registre en el identificador de llamadas de su víctima.
Además, otros de los
recursos que está siendo utilizado por los criminales tiene que ver con los
servicios de telefonía digital o llamadas de dispositivos smartphone, que
aparecen principalmente entre las víctimas jóvenes, uno de los estratos
sociales más propensos al secuestro virtual.
“Otros de los
recursos que utilizan también de los celulares son las llamadas virtuales que
se pueden hacer con aplicaciones y teléfonos conectados a internet, con los que
también es difícil registrar o determinar quién es o no un contacto seguro, si
es conocido o cuál es su ubicación”.
Por esta razón,
aseguró que la tecnología es un factor que contribuye al desarrollo
comunicativo y al mismo tiempo lo hace peligrar, dependiendo de la aplicación
que se le dé a este tipo de herramientas, ya que la revolución tecnológica ha
proporcionado mejores instrumentos para que los secuestradores virtuales tengan
la manera de investigar y entrar en contacto con sus víctimas.
“No es complicado
obtener información para convencer a una persona en una estafa, porque estamos
acostumbrados a dar mucha información que no siempre se requiere y nos pone en
riesgo. Hay gente que en las redes sociales pone hasta qué va a comer y por eso
es que los extorsionadores logran investigar a su víctima y su familia de una
manera fácil”.
El experto
ejemplificó que con el uso de los directorios telefónicos se puede obtener la
dirección y el teléfono de una persona, mientras que con Google Maps se puede
obtener su dirección y con aplicaciones de redes como Facebook y Twitter se
pueden obtener datos personales de la víctima, esto sin despegarse de una
computadora.
“Creo que aquí lo
importante es alertar sobre las medidas seguridad que tenemos en nuestras
cuentas, ya que nosotros no estamos en contra de estas muestras de la
tecnología, sino que tratamos de concientizar a la población de que es
necesario que se dé un uso responsable, para vigilar las redes sociales y la
información que ponemos ahí”.
PREVENCIÓN PARA LA PROTECCIÓN
El experto aseguró
que entre las recomendaciones que se hacen a las familias con referencia a este
tipo de engaños y extorsiones se destaca siempre la protección de datos y de
información personal en teléfonos, dispositivos móviles y principalmente en las
redes sociales, ya que éstas son las principales herramientas que los
criminales utilizan para conocer a sus víctimas.
“Nos interesa que la
gente sepa cómo debe actuar y prevenirse, qué información es importante y cómo
deben contestar los niños el teléfono. Si la gente no sabe cómo contestar sin
dar datos o información, en ocasiones (se los) está proporcionando a personas
que tienen una mala intención y esto hace que peligren. Si caen en una ocasión
y pagan, esto no evitará que traten de estafarlos una vez más”.
González apuntó que
dentro de las capacitaciones que imparten ahondan especialmente en el tema de
cómo los niños contestan el teléfono, ya que en ocasiones los pequeños no saben
controlar cuánta información proporcionan; también se trabaja este mismo
aspecto con adultos mayores, ya que son el otro estrato social más afectado por
las extorsiones, al no conocer las aplicaciones tecnológicas.
“En ese sentido es
lo que vemos con los hijos, para que no den datos de sus padres. Hay que ser
reservados de la información que se proporciona, tener información detallada de
la agenda de contactos de los hijos y de la pareja para que no se desconfíe de
las llamadas”.
Por último, el
especialista recomendó que en caso de que una persona sea víctima de este tipo
de extorsiones, siga las recomendaciones y se ponga en contacto con los
servicios de emergencia, trate de seguir el rastro de su familia, estableciendo
contacto con ellos y así evitar cualquier tipo de situación más grave.
“Yo mismo he
recibido llamadas de este tipo y he tomado precauciones. Lo más importante en
este tipo de situaciones es utilizar el sentido común para salvaguardar la
integridad física, psicológica y emocional de tu familia y al mismo tiempo
evitar un daño patrimonial”, finalizó.
(Con información de Infonor)
(ZOCALO/ Infonor/ 01/04/2013 - 07:00 AM)
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