A dos años del asesinato de su hijo, el poeta Javier
Sicilia, fundador del Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad, insiste en
el tema de la construcción de un memorial para las decenas de miles de víctimas
de la guerra calderonista y propone que se le dé ese uso a la Estela de Luz. El
también colaborador de Proceso va más allá y sentencia: Las reformas
constitucionales del nuevo gobierno “no van a tener frutos si no hay un país en
paz, si no se recupera el tejido social”.
José Gil Olmos/ Proceso
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- El asesinato de su hijo Juan Francisco hace dos años forzó a Javier
Sicilia a meterse en las entrañas de la violencia que durante el gobierno de
Felipe Calderón causó 70 mil muertes y la desaparición de más de 25 mil
personas.
La llegada de
Enrique Peña Nieto a la Presidencia generó expectativas optimistas en ciertos
sectores de la sociedad, especialmente con la aprobación de las reformas en
educación y telecomunicaciones y por la detención de Elba Esther Gordillo.
Pero para las
víctimas de la guerra contra la delincuencia organizada las cosas han
empeorado: En los tres primeros meses del gobierno priista hubo 3 mil 157
homicidios dolosos, 73 más que en el peor trimestre del calderonismo, según las
cifras dadas a conocer por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio
Chong en su informe mensual del pasado viernes 8.
Ante el optimismo
gubernamental y empresarial por las llamadas reformas estratégicas, Sicilia
señala: “Todas estas reformas no van a ser posibles, no van a tener frutos si
no hay un país en paz; si no se recupera el tejido social; si no encontramos a
los desaparecidos; si sigue habiendo muertos, asesinados y ciudadanos en estado
de indefensión. La base está en la paz y la justicia, sobre todo en un país con
una tragedia humanitaria tan grande y honda como la que tenemos”.
La noche del jueves
28, a dos años del asesinato de Juan Francisco Sicilia, que dio origen al
Movimiento por la Paz con Justicia y Dignidad (MPJD), nuevamente se escucharon
las demandas de los familiares de los muertos y desaparecidos no sólo durante
el sexenio de Calderón, sino también en el de Peña Nieto.
Tras demandar que la
Estela de Luz sea transformada en el Memorial de las Víctimas, en su discurso
Sicilia dijo que México es un país desgarrado y sangrante donde no hay lugar
para el festejo ni la felicidad mientras no haya justicia y paz.
Y como en mayo de
hace dos años lo gritó en el Zócalo capitalino –tras la Marcha por la Paz que
llegó a la Ciudad de México tres días después de haber comenzado en Cuernavaca,
Morelos– lo repitió: “Les decimos, criminales y gobernantes, que continuamos
hasta la madre y que mientras no veamos aplicarse la Ley General de Víctimas,
mientras no veamos volver a casa a los miles de desaparecidos, mientras un solo
muchacho, una sola muchacha, un solo niño, una sola niña, una sola mujer y un
solo hombre estén amenazados y no haya paz, estaremos en vigilia”.
En entrevista con
Proceso el poeta acusa a Calderón de no haber asumido su responsabilidad frente
a las víctimas y la tragedia nacional que provocó su declaración de guerra
contra el narcotráfico, pese a que en los dos encuentros que hubo en
Chapultepec se comprometió a hacerlo.
Acerca de Peña Nieto
advierte que hay señales de un cambio en la estrategia de combate al reconocer
la importancia de la recomposición del tejido social, pero que no da señales de
cómo piensa realizar este trabajo, que llevará años de esfuerzos y presupuesto.
“Creo que sí está
cambiando; por lo menos Roberto Campa ha planteado una estrategia de poner más
énfasis al tejido social. Pero no hemos visto cómo lo van a hacer. Nosotros
insistimos en ese punto y en hacer una estrategia ciudadana y humana para
combatir el crimen organizado, porque la que estableció Calderón no está
teniendo resultados.
“Tampoco nos dicen
qué alternativa hay para detener la guerra más allá de rehacer el tejido
social, algo que es a largo plazo. Nosotros necesitamos elementos en lo
inmediato que nos permitan ver que desciendan la violencia y las muertes.
“Lo grave es que no
están descendiendo sino que se han mantenido y hasta han crecido; esto ha
provocado la aparición de los grupos de autodefensa como un síntoma de que el
Estado no está controlando esta realidad, que está rebasado, cooptado,
corrompido y por eso los ciudadanos han tenido que salir a decir: ‘Si ustedes
no pueden, nosotros hemos salido a defendernos’, lo cual es muy peligroso.”
DESAPARECIDOS
A dos años del
surgimiento del MPJD, Sicilia señala que han sido tres los aspectos
fundamentales en los que se avanzó: La visibilización de víctimas, que el
Estado asumiera su responsabilidad y la creación de la Ley de Víctimas.
Pero también que se
haya sacado a la luz el problema de los desaparecidos durante la guerra contra
el crimen organizado declarada en 2006 por Calderón, de los que hasta el
momento no hay una cifra exacta pero que rebasa los 26 mil, según datos
oficiales.
Sicilia sostiene que
la violencia, muertes y desapariciones que siguen en el país reflejan que el
Estado mexicano ha sido rebasado y que es hora de que se piense en atender
llamados como el de la Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas, que
ha dicho estar dispuesta a venir a México a trabajar en un protocolo de
identificación de personas encontradas en fosas clandestinas con un banco de
ADN creado con los familiares.
En una entrevista
con Marcela Turati en Sarajevo (Proceso 1876), sede de esa comisión, su
directora, Kathryne Bomberger dijo que estarían dispuestos a venir a México
siempre y cuando el gobierno federal los invite a hacer ese trabajo.
Hoy, sostiene
Sicilia, es tiempo de que el gobierno de Peña Nieto no anteponga principios
trasnochados de soberanía nacional y acepte la ayuda de expertos en protocolos
de identificación de desaparecidos, como esa Comisión Internacional formada en
1996 en la antigua Yugoslavia y que tiene científicos que han creado bases de
datos de ADN cuyo índice de exactitud en la identificación de restos humanos es
de 99%.
“El de los
desaparecidos es un tema tremendo; por lo menos ya se reveló que hay una lista
de desaparecidos que se tiene que depurar, porque se están cruzando con otras
listas de organizaciones de desaparecidos y no están todos. Urge que se tenga
una base de datos confiable y real, construir protocolos y dotar a las
Procuradurías de bancos de ADN, porque no los hay”.
–¿Es tiempo de que
Peña Nieto acepte esta ayuda?
–Ese es un camino y
hay que presionar al gobierno de México para que acepte la llegada de esta
Comisión Internacional sobre Personas Desaparecidas porque ya urge. México no
tiene estos protocolos ni el banco de datos. Esta administración ha mostrado
buenas intenciones pero no basta con eso, necesitamos realidades y creo que si
la Comisión Internacional está dispuesta a venir, sería fundamental que
aceptaran su ayuda, su asesoría para construir los protocolos y apoyarla en la
construcción del banco de datos de ADN.
–Podrían argumentar
que no se puede aceptar porque se viola la soberanía nacional.
–La tragedia
nacional no es un asunto de soberanía sino de seres humanos y además el mundo
ya está globalizado. México no es un lunar en medio de la globalización. Los
desaparecidos son el rostro más claro de lo que está sucediendo y seguirá
ocurriendo si no lo detenemos con conductas de reconstrucción del tejido
social, de paz y de protocolos de búsqueda con los países que ya tienen
experiencia para encontrar a los desaparecidos. No podemos estar jugando a un
nacionalismo trasnochado.
Fragmento del reportaje que se publica en Proceso
1900, ya en circulación.
(José Gil Olmos/ Proceso/ 01 de Abril 2013)
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