El Popeye recordó que el Arana le platicó que cuando
estaba prisionero, a su hermano, Miguel Ángel Arana, el más chico de la
familia, lo detuvieron los de la Dirección Federal de Seguridad. Nunca más se
supo de él. De hecho, Jesús le platicó al Popeye que a su hermano más chico, lo
aventaron de un avión al mar, con el fin de desaparecerlo
José
Luis Jara / Dossier Politico
Eran las dos de la
tarde del 19 de febrero de 1974, cuando Manuel Carlos Silva caminaba rumbo al
estadio de futbol de la Universidad de Sonora. Todos los días tomaba el mismo
caminito, porque a esa hora tenía ensayo en la banda de música de esta casa de
estudios.
Quién sabe las
razones de por qué una banda de música tiene que ensayar en un espacio dedicado
a las patadas y los pelotazos. Pero ese es otro boleto.
De repente, cuando
todavía le faltaba un buen tramo para llegar a su ensayo, escuchó una, dos,
tres, varias detonaciones. El escándalo era producido por un desigual enfrentamiento
entre agentes de la policía de todos los niveles, contra un grupo de jóvenes
que fueron emboscados, en el momento en que realizaban un acto proselitista con
un grupo de obreros de la construcción.
Los jóvenes eran
estudiantes universitarios que habían tomado la decisión de organizarse en la
Liga Comunista 23 de Septiembre. Estaban convencidos de que la alternativa para
México y el mundo era el socialismo y la manera de llegar a ello, era mediante
una revolución armada, encabezada por un grupo de guerrilleros, que se
encargarían de encender la pradera con la chispa de un acto heroico, ejemplar
para la clase obrera.
Eso le decían a los
trabajadores, cuando fueron emboscados.
Los jóvenes trataron
de huir, pero en el intento, los policías le dieron muerte al estudiante José
Sheppard Vega, pariente de la actriz Isela Vega. También alcanzaron a Andrés
Peña Dessens, a quien hirieron de muerte
en el canal para el drenaje pluvial que
atraviesa el campo de la Universidad, ubicado detrás de la calle Reforma.
Además de estas
muertes, los agentes detuvieron a seis brigadistas.
EL POPEYE EN 1972
Desde Chavo, a
Manuel Carlos Silva lo apodaron el Popeye. Era delgado pero correoso. Siempre
andaba en bicicleta, pedaleando por la Universidad de Sonora o en la colonia
Balderrama. Como si fuera un fusil, se colgaba una guitarra en la espalda, o
bien, guardaba una flauta en su morral. El caso, es que el Popeye siempre
andaba armado de música.
En 1972, el Popeye
tenía 19 años y cursaba el primer año de la preparatoria de la Universidad, que
en ese tiempo se encontraba en lo que es ahora el edificio de matemáticas de la
máxima casa de estudios.
-¿Qué te viene a la memoria de esos años?
-En ese año conocí a
varios compañeros que después me enteré eran activos de la Liga Comunista 23 de
septiembre. Uno de ellos fue Jesús Arana Murillo, que en ese tiempo tenía unos
17 o 18 años. Era menor que yo.
En la preparatoria,
al Popeye le tocó ser elegido como representante del grupo en el Consejo
Estudiantil de la preparatoria. El consejo estaba integrado a la Federación de
Estudiantes de la Universidad de Sonora, que estaba dirigida por Patricio
Estévez Nenninger.
EL POPEYE RETOMÓ ESA PARTE DE LA HISTORIA:
-El Arana estaba
interesado en contactarme porque yo era el jefe del grupo, además de que nos
hicimos camaradas. Nos juntábamos para estudiar las materias de la prepa.
Íbamos a una casa que estaba por la calle Oaxaca, cerca de la Universidad, para
estudiar. Ahí vivía el Arana y después me enteré que era una casa de seguridad
de la 23 de Septiembre. Incluso, a los años, en ese domicilio hubo
enfrentamientos con la policía.
El interés de Jesús
Arana por el Popeye era invitarlo a que se uniera a esta organización de
guerrilla urbana. Pero él siempre se mantuvo en
la negativa de acceder.
Manuel Carlos
recordó esos tiempos con Jesús Arana:
-Una vez, Arana me
llevó a la escuela de economía porque los alumnos de su grupo lo comisionaron a
que buscara un profesor para la materia de ética. El Arana me llevó con Carlos
Ferra, uno de los dirigentes del movimiento estudiantil. Me decía, ven verás te
voy a presentar con Ferra. Pero yo no me quería involucrar porque el Arana
andaba bien metido en la liga.
A Manuel Carlos
Silva se le vino a la memoria la amistad con Jesús Humberto Arana Murillo,
porque es una de las víctimas reconocidas de guerra sucia.
De acuerdo con la
ficha 009-011-007, DFS, LC23S, elaborada por la Dirección Federal de Seguridad
y cuyo expediente se encuentra en el Archivo General de la Nación, dice que
“Jesús Humberto Arana Murillo nació el 15 de junio de 1956. Fue detenido por sus
actividades revolucionarias a la edad de 18 años en 1974. Salió de prisión
amnistiado el 4 de abril de 1978. Murió el 22 de enero de 1981 a la edad de 24
años. La Policía Política reportó que durante su estancia en la prisión,
intentó evadirse del penal, auxiliado por varios reos del orden común. Fue
enlace su hermano Marco Antonio, estando en contacto con el grupo y con Jesús Humberto. El 9 de
octubre de 1978, se le concedió la libertad preliberacional, como beneficio de
la Ley de Amnistía, pero en su primera salida ya no regresó. Su hermano Jesús
Manuel Arana Murillo, miembro de esta Liga se encuentra prófugo, siendo de
peligrosidad superior a la del occiso”.
UN PARÉNTESIS
A esta altura del
relato, el Popeye dijo: en 1979 hice el servicio social universitario dando
clases a internos del Cereso. Ahí me encontré al Arana. Estaba detenido con la
gente que integraba el grupo armado. Lo agarraron repartiendo volantes en una
moto en la UNAM.
Ya estaba detenido
el Hiram Rodríguez, a quien inculparon por la muerte del agente Moralitos. El
Alberto Guerrero ahí estaba estudiando. Lo conocí en 1981.Después con la
amnistía con el gobernador de Sonora, Alejandro Carrillo Marcor, Arana salió libre y fue a buscarme a mi casa,
con la idea de convencerme a que me uniera al grupo guerrillero. Pero yo nunca
estuve de acuerdo con ellos. Además, empecé a dar clases en la escuela de
letras de la Universidad. El Arana se fue y lo mataron entregando volantes en
la UNAM.
El Popeye recordó
que el Arana le platicó que cuando estaba prisionero, a su hermano, Miguel
Ángel Arana, el más chico de la familia, lo detuvieron los de la Dirección
Federal de Seguridad. Nunca más se supo de él. De hecho, Jesús le platicó al
Popeye que a su hermano más chico, lo aventaron de un avión al mar, con el fin
de desaparecerlo
EL QUIRRÍN Y EL HILARIO OLEA
En ese tiempo, los
representantes de grupo de cada escuela, formaron los Consejos Estudiantiles.
En su conjunto, los consejos estudiantiles fueron la estructura fundamental de
lo que fue entonces la Federación de Estudiantes de la Universidad de Sonora.
El Popeye era
representante de su grupo de preparatoria y era miembro del Consejo
Estudiantil. Como jefe de grupo, participaba en las reuniones que
periódicamente realizaban los estudiantes para analizar la situación de la
escuela y buscar la manera de solucionarlos.
De hecho, esas
reuniones del Consejo Estudiantil, fueron reconocidas por la administración
universitaria. El director de la preparatoria en ese tiempo fue el profesor
Ernesto López Riesgo, el Venadito. Él se
encargaba de convocar a las reuniones con los representantes estudiantiles.
-¿Cuál fue el ambiente en la preparatoria de la
universidad?
-El ambiente fue muy
movido. Hacíamos reuniones para discutir la situación y en muchas de ellas,
llegaron los integrantes del Movimiento Mexicano de Integración Cristiana, que
por sus siglas, Mmic, se les puso los micos, nombre muy acorde con los
dictadores o gorilas que dieron golpes de estado en América Latina.
El caso es que
llegaban los micos a las reuniones estudiantiles con el fin de reventarlas.
Llegaban Francisco Javier Ruiz Quirrín y el Hilario Olea, porque también eran
estudiantes de la prepa. En cuanto se acercaban a la reunión empezaban a
cuestionar las ideas de los activistas, en general de la gente que nos
reuníamos. El discurso de Quirrín y el Olea estaba basado en meter el miedo a
la gente. Su discurso era religioso y el miedo que profesaban era por el riesgo
de que México cayera en las garras del comunismo.
Los micos –agregó el
Popeye- era un grupo externo básicamente, porque unos cuantos, como el Quirrín
y el Olea, estudiaban en la universidad. Pero los demás, eran personas ajenas a
la comunidad universitaria.
Después nos
enteramos que esos micos eran integrantes del pentatlón que entrenaba en el
Vado del Río, o bien, eran estudiantes de la secundaria Juan Escutia, en la
colonia Villa de Seris, donde radicaban los principales dirigentes de este
movimiento religioso y anticomunista.
Eran entrenados para
desbaratar mítines, asambleas y manifestaciones. Cuando los identificamos, hubo
gente que se pronunció por enfrentarlos. Incluso llegaron a proponer que
fuéramos a provocarlos y armarles emboscadas. Esos estudiantes que planteaban
el enfrentamiento, eran los más radicales de la prepa, los que simpatizaban con
las ideas de la Liga 23 de Septiembre.
Y hablando de eso,
el Popeye recordó uno de los tantos enfrentamientos que tuvieron con este grupo
que fue protegido por el entonces rector de la Universidad, Alfonso Castellanos
Idiáquez. Y fue financiado por el gobierno y algunos grupos reaccionarios de
Sonora y de Guadalajara. Fue el enfrentamiento que tuvieron cuando se abrió el
proceso de elección del entonces Consejo Universitario.
“Unas vez que estaba
tomada la prepa, llegaron por las canchas de básquet, que antes estaban por
atrás del Departamento de Humanidades de la Universidad. Y empezaron las
pedradas y había gente en los techos. Después, los micos desbarataron todo,
hicieron un desastre de ventanas. En la azotea de la preparatoria se encontraba
el grupo de activistas más radicales. Siempre tenían bombas molotov, porque
estaban preparados para cualquier
enfrentamiento. Y cuando todo parecía que los micos se iban a quedar con la
escuela, ese grupo de activistas, desde el techo de la prepa, empezaron a
lanzar las molotov. Las acompañaron con
una lluvia de piedras que lanzaron con resorteras, obligando a los micos huir
de la universidad por la calle Colosio.
LUIS ECHEVERRÍA ERA PRESIDENTE
En esos años, el
presidente de México era Luis Echeverría Álvarez. Su principal antecedente fue
la matanza de Tlatelolco. Pero como presidente tenía un discurso que le llamaba
de “apertura democrática”. Parecía un discurso de izquierda. Y su manera de
proceder con los campesinos, los obreros provocó la agudización de los
problemas en México. En Sonora se dio el caso de los grupos guerrilleros, que
fue lo más grave que pudo haber pasado en ese tiempo.
-¿Qué te tocó vivir?
-El interés de los
estudiantes por hacer un movimiento que estaba difícil de realizar. Los mítines
en el mercado municipal. Hubo uno de ellos, en el que un estudiante encapuchado
dijo que había que tomar camiones, ir a las colonias populares. A partir de
ahí, hubo brigadas de estudiantes que fueron al Coloso. De hecho, en el Coloso
hubo un enfrentamiento que dejó como saldo un policía muerto. Fue de las
primeras acciones violentas del movimiento estudiantil.
En los años del
movimiento estudiantil ocurrieron otros acontecimientos, como la represión del
Jueves de Corpus. También se cruzó la muerte de Salvador Allende y el golpe
militar que dio Augusto Pinochet en Chile.
“Cuando mataron a
Allende, el 11 de septiembre de 1973, teníamos tomada la universidad. Yo estaba
haciendo guardia en la universidad. Andaba con radio de transistores, cuando de
repente entró la noticia del golpe militar en Chile”.
-¿A los años, que dejó el movimiento estudiantil de
los setenta en la Universidad?
-En esos años, la
izquierda en Sonora empezó a alimentarse. Fue el germen de lo que sería la
izquierda después. Generó una enorme simpatía por la izquierda, a tal grado que
esos años, fueron determinantes la inconformidad y la manifestación.
En el 73, dijo, se
dio la represión más dura. Hubo persecuciones provocadas por una campaña
supuestamente antidroga. La represión se dio en una esfera muy pública
-¿Y culturalmente, que nos dejó ese movimiento
estudiantil?
-Fueron las nuevas
ideas de izquierda. Antes se habían dado protestas y acción guerrillera
por necesidad o por defensa. De las
grandes pérdidas que tuvo la universidad fue la propia FEUS, la organización
estudiantil.
Manuel Carlos Silva
salió de la preparatoria en 1973, después de que se dio la gran represión que
obligó a varios dirigentes estudiantiles, a salir del estado. Unos se fueron a
Berkeley, California. Otros arrancaron para el Distrito Federal.
Definitivamente, los activistas y líderes estudiantiles, no pudieron continuar
sus estudios en Sonora. En la propia universidad hubo una lista negra donde se
encontraban los estudiantes que, de ninguna manera, debían ingresar a la máxima
casa de estudios de Sonora
La mayoría de los
dirigentes estudiantiles se vieron obligados a salir de Sonora. Y muchos otros, como el caso del Popeye, se
quedaron en casa.
En el caso concreto
del estudiante preparatoriano, para poder ingresar a estudiar una carrera a la
universidad, se valió del apoyo que tuvo de la banda de la Universidad de
Sonora.
Gracias a ese apoyo,
Manuel Carlos Silva estudió literaturas hispánicas. Y cuando salió de la
carrera, empezó a dar clases en la máxima casa de estudios de la entidad.
(DOSSIER POLITICO/ José Luis Jara / 2013-04-22)
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