Óscar Fidel González Mendívil
Gracias a la
información recabada por La Pared Noticias que dio a conocer el pasado día diez
de este mismo mes, pudimos enterarnos que el comandante Jesús Antonio Aguilar
Íñiguez había reprobado sus evaluaciones de control de confianza que presentó
en el año 2011. Independientemente de otras consideraciones, el hecho de no
haber acreditado sus exámenes provocó que el estado de Sinaloa dejara de
recibir recursos federales durante el ejercicio fiscal 2012. A pesar de esto,
el gobernador Mario López Valdez ha expresado que Chuytoño ha cumplido, que no
es fácil estar en su posición y que es el mejor que se ha encontrado en los dos
años tres meses que lleva su administración.
Cuando en el año
2000 el gobernador Millán le comunicó a Gilberto Higuera que iba a designar a
Chuytoño como el nuevo director de la Policía Ministerial, al procurador no le
cayó nada bien la noticia. De hecho no quiso ir a darle posesión en las
oficinas del bulevar Zapata. No se trataba solamente del hecho de que el
gobernador había cambiado de opinión respecto a dejar que el procurador
nombrara al jefe policial, como sucedió en el caso de Héctor López Ibarra, sino
que había algo que no terminaba de gustarle respecto al, hasta entonces, número
dos del secretario de Seguridad Pública estatal, Édgar Armando Acata Paniagua.
El 2 de octubre de
2001 tomé protesta como procurador de Justicia del Estado y por supuesto estaba
al tanto que Chuytoño seguía al frente de la Policía Ministerial. Como también
tenía conocimiento de los atentados perpetrados contra el comandante Pedro
Pérez López, de los cuales se había responsabilizado a José Nilo Rojo alias el
Bibio, quien mediante desplegados publicados en la prensa, acusó veladamente a
Chuytoño de responder a los intereses del Mayo Zambada.
Por eso, en cuanto
tuve oportunidad le comenté al gobernador Millán que era necesario hacer
cambios en la titularidad de la corporación. Me respondió que después lo
veríamos. Tiempo después volví a tratar el tema y recibí la misma respuesta.
Había que ver el asunto en otro momento. Durante el año 2002 un alto
funcionario federal le hizo saber al gobernador su preocupación respecto de que
Chuytoño pudiera estar relacionado con el crimen organizado. Tampoco en esa
ocasión hizo caso de los consejos.
Durante el año 2002
creé, dentro de la PGJ, la Unidad de Investigación Interna. Al frente designé a
un ex director de la Policía Ministerial, Héctor López Ibarra. A las semanas
fue asesinado. A pesar de ello, la Unidad siguió funcionando y a fines de ese mismo
año le encomendé que investigaran al director de la Policía Ministerial, Jesús
Antonio Aguilar Íñiguez. El informe de la Unidad concluye que los hechos
indagados posiblemente constituyen delitos de delincuencia organizada, mismos
que ya eran investigados por la entonces SIEDO.
En el año 2004,
después de que Ríodoce destapó el escándalo de las casas de Chuytoño, ordené a
la Unidad de Contraloría Interna de la PGJ que iniciara el procedimiento de
investigación de probables responsabilidades administrativas. A fines de ese
mismo año, después del homicidio de Rodolfo Carrillo Fuentes, tras una fuerte
presión social y un serio desencuentro relacionado con la defensa que Chuytoño
hacía de Pedro Pérez López, el gobernador Millán tuvo que nombrar a un nuevo director
de la Policía Ministerial. Después vino todo lo demás.
El tema aquí no es
si tú, paisano, o yo, confiamos en Chuytoño, por mi parte creo que he sido
claro. Tampoco lo es si las evaluaciones que actualmente se realizan son las
mejores posibles y reducen al mínimo el margen de error. El tema es, ¿por qué
Malova le tiene tanta confianza a Chuytoño, más allá de su desgarbado discurso
político?
¿Vale esa confianza
los millones de pesos que se dejaron de recibir? ¿Cuál es el monto de esos
recursos que el Estado no pudo ejercer por incumplir con los compromisos en
materia de evaluación de los altos mandos? ¿Se dejaron de recibir recursos del
fondo PROASP o también del SPA? Pero tal vez la pregunta más punzante es ¿cómo
decirles a los agentes de la Policía Ministerial que no aprueban sus
evaluaciones que ellos sí serán retirados de la corporación, pero no así su
jefe? ¿Por qué a ellos el gobernador no les tiene confianza pero a Chuytoño sí?
Preguntas paisano,
preguntas. Vamos a esperar sentados las respuestas.
(RIODOCE.COM.MX/ Óscar Fidel González Mendívil/ Abril
21, 2013)
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