Día Internacional de la Mujer en Sinaloa: 445 asesinadas
en cuatro años
Judith Valenzuela/ Riodoce
La Ley de Acceso de
las Mujeres a una Vida Libre de Violencia es letra muerta en Sinaloa. Lo es
porque en los últimos cuatro años han sido asesinadas alrededor de 445 de ellas
en un estado donde el fuego criminal no distingue.
Situado en el sexto
lugar a nivel nacional de las estadísticas de homicidios cometidos contra
féminas, en Sinaloa no hay razones para festejar el Día Internacional de la
Mujer. Hogares enlutados, niños huérfanos, familias sin la presencia materna
hacen de la fecha un motivo para exigir justicia.
El aumento en hechos
de violencia contra mujeres es alarmante. De 50 homicidios registrados contra
este género en 2008, en 2011 se creció a 113; en 2012 a 80 y en 2013 se han
registrado ya 10 casos.
En este contexto de
inseguridad, palidece en el estado cualquier celebración. Las estadísticas lo
dicen todo: las defunciones de mujeres con presunción de homicidio
incrementaron su participación dentro de las muertes violentas femeninas, casi
triplicándose de 8.4 por ciento en 2005 a 20.7 por ciento en 2010. Y sugieren
que la cifra de víctimas es mayor que la oficial, porque un gran porcentaje no
se denuncia ante las autoridades judiciales.
Cifras tristes
Según el estudio
Violencia feminicida en México 1985-2010, realizado por la Comisión Especial
para Feminicidios de la Cámara de Diputados de la LXI Legislatura, el Instituto
Nacional de las Mujeres (Inmujeres) y ONU Mujeres, a partir de estadísticas del
Instituto Nacional de Estadísticas, Geografía e Informática (INEGI), “en menos
de una tercera parte de las mujeres lesionadas por violencia familiar se dio
aviso al Ministerio Público, lo que ubica a Sinaloa en el lugar 23 de las
entidades del país”.
El documento señala
que en Sinaloa, “el entorno violento contra las mujeres es puesto de manifiesto
en el hecho de que durante 2005, 44.5 por ciento de las solteras de 15 años y
más reportaron incidentes de violencia comunitaria a lo largo de su vida, en
tanto que 38.3 por ciento de las mujeres de 15 años y más casadas o unidas
declararon incidentes de violencia de pareja, mientras que para el 2010, 29.6
por ciento tuvieron incidentes de violencia emocional de pareja, 7.6 por ciento
de violencia física de pareja y 5.9 por ciento incidentes de violencia sexual
de pareja, lo que situó a la entidad en el sexto lugar del país.
Entre este mismo
grupo de mujeres, de aquellas que sufrieron episodios de violencia física o
sexual por parte de la pareja a lo largo de su actual o última relación,
solamente 11.4 por ciento presentó una denuncia, lo que ubica al estado en el
último lugar nacional, agrega el estudio. De igual forma, el porcentaje que
representan las muertes violentas de mujeres sobre el total de defunciones
femeninas aumentó una quinta parte entre 2005 y 2010, de 6.4 por ciento a 7.6
por ciento.
En cuanto a los
niveles y tendencias de las defunciones femeninas con presunción de homicidio,
Sinaloa había presentado una evolución similar a la nacional, aunque con mayor
variabilidad y niveles más bajos.
Llama la atención
que mientras el promedio nacional descendió hasta 2007, y luego se duplicó
entre ese año y 2010, en la entidad el punto de inflexión llegó tres años
antes, en 2004, para más tarde mostrar una reducción de 8.23 por ciento en 2006
y un acusadísimo incremento entre 2008 y 2010, equivalente a 3.8 veces el nivel
inicial; la tasa en 2010 —que ubica al estado en el cuarto lugar nacional—
representa casi cinco veces la observada en 2004, y es la máxima histórica en
la serie analizada.
En Sinaloa encontramos
una gran concentración de las defunciones femeninas con presunción de homicidio
en el municipio de Culiacán, en donde ocurrieron 39 de las 107 ocurridas en
2010, 16 en Mazatlán, 14 en Ahome, ocho en Navolato, siete en El Fuerte, seis
en Mocorito y cinco en Choix, además de otros seis municipios donde ocurrieron
12 defunciones, sin observarse casos en los otros municipios del estado.
El estudio indica
que “las niñas menores de 18 años tenían en 2005 una participación en las
defunciones femeninas con presunción de homicidio menor a la del total del
país, pero esta situación se invirtió en 2010 al pasar de 12 por ciento a 18
por ciento”.
Por lo que hace al
lugar de ocurrencia de la lesión que derivó en el fallecimiento, el documento
sustenta que “la proporción de casos sucedidos en una vivienda pasó de uno de
cada cinco a 14 por ciento, niveles inferiores al promedio nacional, mientras
que el porcentaje ocurrido en la vía pública casi se duplicó, de 36 por ciento
a 64 por ciento, aumento más acusado que el observado en el ámbito nacional.
Justicia incompleta
Cuando se toca el
tema de la procuración e impartición de justicia en Sinaloa respecto a la
violencia contra las mujeres, el análisis señala que “desafortunadamente no
existe actualmente acceso público al Banco Estatal de Datos e Información sobre
los Casos de Violencia Contra las Mujeres —previsto en la Ley de Acceso de las
Mujeres a una Vida Libre de Violencia para el Estado de Sinaloa— que nos
permita conocer las cifras de denuncias o averiguaciones previas abiertas por
este delito, lo cual nos acercaría al conocimiento de la impunidad”.
Sin embargo, añade,
“podemos intentar acercarnos mediante la base de datos de lesiones, la cual
indica que durante 2010 se atendieron en la Secretaría de Salud a 227 mujeres
lesionadas por violencia familiar, pero la misma base arroja que solamente en
ocho de esos casos se dio aviso al Ministerio Público”.
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