Comerciantes mexicalenses están temerosos pero también
hartos, de los policías federales a quienes acusan de “delincuentes con
charola” porque los “cazan” apenas cruzan mercancía por la aduana, los detienen
y hostigan para que paguen “cuotas”.
Mientras en Tijuana, transportistas manifiestan su
indignación ante la liberación del ex comisario de la Policía Federal Eduardo
Vega Camberos, preso desde septiembre de 2012 por el delito de extorsión
Los hostigan, los acechan, los detienen y los
extorsionan.
Sergio Haro Cordero/ Rosario Mosso Castro
Policías Federales
les exigen cuota semanal en dólares. Aparte, por recuperar la mercancía que les
retienen, les piden entre 3 mil 500 a cinco mil dólares, son
pequeño-comerciantes de muebles en Mexicali que, pese a “contar con todos los
documentos de importación en regla”, aseguran, estado siendo sistemáticamente
hostigados por agentes federales (AFIS) y sus “madrinas”.
Los persiguen apenas
cruzan la aduana, los identifican, los amenazan y –en caso de no pagar– les detienen
con todo y mercancía. Utilizan a “madrinas” y a una mujer que se hace llamar
“licenciada Lina”, o Lorena.
Algunos han sido
detenidos y llevados hasta las instalaciones de la PGR en Mexicali, quedan
liberados por un amparo pero la mercancía ahí la retienen. Lo peor es que
pueden pasar días –a la espera de negociar– para que se consignen ante el
Ministerio Público Federal, instancia que tiene sus oficinas en ese mismo
edificio.
“No somos
delincuentes, ni contrabandistas, pagamos todos los trámites de importación y
aun así nos siguen hostigando”, expone una de las comerciantes quien, por
protección, pide el anonimato.
Apenas el domingo 10
de febrero de 2013 trascendió en Mexicali la detención en flagrancia de dos
agentes de la Policía Federal Preventiva –los que eran la Federal de Caminos–
acusados por ciudadanos precisamente de extorsión.
Desde las oficinas
centrales de la PFP se trasladó un grupo encabezado por el titular de Asuntos
Internos, Eduardo Rodríguez, quien coordinó la detención de los oficiales Luis
Alberto Carmona y Jesús Said Cerecedo, los que ya fueron puestos a disposición
del Juzgado de Distrito. De acuerdo a la información habría al menos otros seis
elementos de esa corporación bajo investigación.
Sin embargo los
empresarios y comerciantes extorsionados tienen pocas esperanzas en el actuar
de la PGR contra sus compañeros corruptos, sobre todo porque apenas este 13 de
febrero, la magistrada Edna María
Navarro liberó al ex comisario de la Policía Federal Luis Eduardo Vega
Camberos, detenido apenas en septiembre de 2012 en una extorsión flagrante.
No doy cuota
La nueva queja
implica a una veintena de comerciantes relacionados con el giro de muebles –más
de cien, pero la mayoría temen denunciar– quienes adquieren su mercancía en Los
Ángeles, California y la cruzan, repiten, “legalmente” por Mexicali.
“Nos han estado
acechando, más o menos desde la semana pasada que ya empezaron a detener a
compañeros con sus muebles y sus unidades. No se consigna, se llevan las
unidades y están pidiendo una cantidad de 3 mil 500 dólares para arriba”,
confió una de las indignadas comerciantes. No conforme con eso les exigen una
cuota semanal que va de los 100, 150 dólares. Les mandan mensajes, utilizan a
terceros, les hablan por radio.
Aseguran que se han
asesorado de un abogado fiscalista para asegurarse de que estuvieran
perfectamente al corriente. Todos tienen facturas, boletas, están al día con
sus contribuciones fiscales, pagos de IETU, ISR, IVA.
“Pero además la
mayor parte de nuestros muebles –de China, Malasia, Indonesia, Brasil, España–
tienen tasa cero de arancel, eso quiere decir que nosotros únicamente pagamos
el 16 por ciento de IVA, los honorarios de las comercializadoras, del agente
aduanal”.
Un comerciante narra
cómo empezó el hostigamiento primero con la visita en su establecimiento de
gente extraña –“malandros”, asegura– que envían por enfrente para identificar
datos, vehículos, gente. En otro de los negocios familiares otros tipos
preguntaban si la mercancía estaba legalmente importada. Luego recibieron aviso
que les estaban tomando fotos a la salida de las aduanas.
Calculan que en
Mexicali puede haber alrededor de cien comerciantes dedicados a la venta de
muebles, pero en pequeña escala y en negocios establecidos. Aunque la gran
mayoría están temerosos de denunciar los atropellos y hostigamiento.
“Uno paga la boleta,
sale con la mercancía de la zona aduanal y te están esperando, te siguen hasta
el negocio y piden la documentación y al mostrarle te dicen que eso no sirve,
te agarran y te llevan a las instalaciones de la PGR y ahí empieza el jaloneo”.
Una de las mujeres
asegura haber sido detenida dos veces, la primera fue a la altura del edificio
de la Procuraduría General de Justicia del Estado, por el Río Nuevo. La pararon
dos hombres que viajaban en un pickup blanco, le prendieron los códigos. Portaban
un gafete grande y se identificaron como agentes federales. Le pidieron los
papales de importación pero le dijeron que esos documentos no servían. En eso
llegó el esposo de la mujer y después de una discusión verbal los dejaron ir.
Después la señora empezó
a recibir una serie de mensajes a través de otros comerciantes que ya habían
sido detenidos. El mensaje era que ya se “pusieran” con la cuota si no querían
ser aprehendidos. Le pedían que entregara 150 dólares semanales. Investigaron
por su cuenta y el radio estaba registrado a nombre de Hugo Madrigal.
“Hay una brava mujer
que anda ahí entre ellos, es una aspirina, es la que se encarga de las cuotas,
inclusive ha ido a negocios a hostigar a comerciantes. Se hace llamar Lina o
Lorena”, expone otro de los denunciantes en alusión a la persona que mandan por
delante.
Otro de ellos
comenta que cuando detienen a alguno de los comerciantes, se los llevan a las
instalaciones de la subdelegación de la PGR pero las negociaciones las hacen
fuera del inmueble.
“Tenemos compañeros
muy cercanos que han sido extorsionados pero no quieren venir”, asegura otro de
los muebleros quien hace un llamado a todas las autoridades para que encaren
esta problemática que atraviesan.
Un comerciante más,
narra cómo el pasado jueves 7 de febrero, cerca de la una de la tarde, después
de cruzar la aduana, estas personas lo siguieron hasta su negocio. Ahí le
pidieron la documentación y pese a mostrarles la boleta del pago en Pequeña
Importación optaron por trasladarlo las instalaciones de la PGR. Eran dos
agentes que le pidieron tres mil dólares pero solo alcanza a completarles seis
mil pesos y así fue como lo soltaron.
Dos horas más tarde,
detuvieron a otros de los afectados. Eran dos personas a bordo de un pickup
blanco sin insignias oficiales pero los tipos les mostraron la “charola” de la
PGR, pidieron los documentos y de inmediato le dijeron que lo acompañara, lo
tomaron del cinturón y trataron de sacarlo de su propiedad. Luego llegaron con
una grúa y se llevaron vehículo y mercancía a las instalaciones de la PGR donde
–hasta media semana– estaba aún detenido. Él quedó libre porque llamó a su
abogado. Hasta el momento no han consignado el caso.
“No entiendo, no
llevo ni droga, ni armas, ni nada, fomento el empleo, pago el Seguro Social,
pago mis impuestos”, comenta el comerciante, quien por temor tuvo que recurrir
a un amparo. Describe a los agentes involucrados, uno blanco, estatura mediana
y el otro moreno, como de 1.85. “Mucha prepotencia”, asegura.
Usan también un pick
up Chevrolet Silverado con placas de Sinaloa, otro con láminas de Tijuana. “De
repente nos llegan temporadas en que también los municipales quieren, en que
hasta los de la PEP nos extorsionan, expone una de las comerciantes.
Un joven también
mueblero narra su experiencia, surgida hace seis meses cuando apenas saliendo
de la aduana lo paró una patrulla de la dirección de Seguridad Pública
Municipal. El agente le pedía dinero y le argumentaba que con los papales que
traía no podía comprobar la legal estancia de los muebles que trasportaba.
“Como que era un ex agente de la fiscal antes porque manejaba mucha información
de los papeleos”, expone.
Finalmente fue
trasladado hasta la Comandancia de la Policía Municipal donde estuvo detenido
varias horas. “Me habían encerrado, esposado, llegó un comandante y hasta me
rayó la madre”. Luego acudió uno de sus familiares, habló con el sub director y
solo así fue liberado.
“Son delincuentes
con charola”, expone otro de los presentes quien adelanta cómo han empezado a
organizarse para promover una asociación de muebleros y por lo pronto buscan la
asesoría jurídica.
“El problema es que
nos están machacando la mente, con nuestra familia, con nuestro negocio, con
nuestro dinero”, comenta uno de los presentes.
“Nosotros no somos
contrabandistas de los que pasan por la brecha ni de los que cajuelean,
nosotros salimos de la aduana, de la Pequeña Importación. No traficamos dinero,
no traficamos armas, no tenemos antecedentes criminales, trabajamos y estamos
al corriente en nuestros impuestos”, sintetiza una de las denunciantes.
Por lo pronto y
evidentemente hartos de esta situación, los muebleros se aprestan a denunciar y
asumir las consecuencias, advierten que si siguen las detenciones van a acudir
a las instalaciones de la PGR y “armar un escándalo”.
“Estamos preparados
con todo”, asumen los comerciantes cachanillas.
CANACO propone defenderse
“La extorsión
general es un tema delicado, pero la extorsión por parte de funcionarios
públicos realmente va en contra de todo principio fundamental del ser humano”,
comenta de entrada el dirigente de la Cámara Nacional de Comercio en Mexicali,
Jorge Cervantes.
El líder del
comercio organizado en Mexicali explica que como cámara han trabajado muy de
cerca con la PGR y refiere cómo desde hace varios meses publicaron en la página
de internet y distribuyeron volantes y más de 5 mil correos electrónicos donde
solicitaban información sobre posibles extorsiones de comerciantes de parte de
agentes federales.
Cervantes explica
que de esa campaña –implementada hace medio año– no hubo respuesta. “No
recibimos reclamación, ninguna denuncia de este tipo”, dice el dirigente de
Canaco, quien amplía:
“Yo invito a todos
los comerciantes de cualquier giro que se acerquen a Canaco. Traemos un
programa muy fuerte de seguridad, especialmente la denuncia anónima”, dice en
referencia al plan implementado para tratar de contrarrestar la inseguridad.
Esto ha incluido la instalación de un buzón de denuncia anónima ahí en las
instalaciones de Canaco en Mexicali.
“Cualquiera que
denuncie nadie va a saber su identidad y vamos a poder darle seguimiento a
través de Canaco”, comenta Cervantes quien explica que aun cuando no sean
afiliados a la Cámara este grupo de comerciantes en muebles pueden recibir todo
tipo de apoyo.
Dice que como grupo
han tratado de beneficiar a todo el comercio formal y los efectos de este
esfuerzo han sido para todos los comerciantes. “Claro que hay temas, programas
específicamente para nuestros afiliados, pero el tema de seguridad lo hemos
trabajado para toda la población, incluso para los habitantes de Mexicali que
no son comerciantes”, asegura.
En ese sentido,
insiste en la necesidad de que quienes se sientan agraviados por acciones
policiacas ilegales se acerquen a la Cámara. “Hemos logrado desarticular muchos
tipos de extorsión policiaca, aun dentro de los comerciantes que no están
afiliados a la Cámara”, sostiene Cervantes.
PGR pide denunciar
Se preguntó sobre el
tema al Delegado de la PGR en Baja California, Rafael González Cervantes, quien
remitió al reportero al área de comunicación social de la dependencia de donde
aclararon que desde el 1 de diciembre pasado hay la restricción –para todas las
delegaciones– a otorgar información ya que ésta debe surgir desde las oficinas
centrales en la Ciudad de México.
Desde el área
central de comunicación social de la PGR atendieron la llamada y dijeron que
buscarían información acerca del tema planteado, pero al cierre de edición no
habían proporcionado respuesta.
Ante el vacío
informativo, de forma extraoficial, funcionarios locales de la procuraduría
general refirieron que para perseguir a los oficiales extorsionadores es
necesario que las víctimas, a pesar del miedo, presenten una denuncia porque no
es un delito que se persiga de oficio. “Incluso si se publican notas
periodísticas, la PGR no puede iniciar una averiguación previa con esa base”.
Sin embargo los
afectados están renuentes ante la deficiente respuesta de la procuraduría y los
jueces en denuncias previas. Como ejemplo, la reciente liberación del ex
comisario de la Policía Federal, Luis Eduardo Vega Camberos concretada a las
tres de la mañana del miércoles 13 de febrero de 2012.
“Nos convirtieron
nuevamente en juguetes de la faramalla política, el Presidente, los
gobernadores, anuncios en televisión pidiendo a la gente que denuncié, ¿para
qué? Pura demagogia, otra vez tenemos que defendernos por nuestros propios
medios”, reclamaron el señor Alejandro Torres y su abogado quienes el año
pasado tuvieron el valor de denunciarlo. Gastaron recursos para hacerlo en
México y tratar de evitar los actos de impunidad que hoy protegen al ex
comisario Vega.
Liberan a federal extorsionador
Luis Eduardo Vega
Camberos fue capturado el 27 de septiembre de 2012 por elementos federales
trasladados desde la ciudad de México, se trató de un plan piloto, basado en un
operativo para detener a los policías corruptos en flagrancia.
En compañía de su
inspector primero Alfredo García Carrillo, Vega se reunió con el señor Torres y
su abogado para recibir 25 mil pesos que solicitaron a cambio de no revisar sus
camiones (flotilla dedicada al traslado de materiales pétreos) dentro de un
operativo ordenado desde la ciudad de México.
“Con la aclaración
de que no ofrecimos el dinero, ellos lo pidieron, lo exigieron y sin razón
pararon los camiones afectando nuestros tiempos de entrega para presionarnos.
De hecho para ellos el problema fue que nos negamos a seguir entregándoles
dinero”, refirió el afectado.
Hartos de la
extorsión sistemática implementada por los uniformados de la federación por lo
menos desde 2006 en un operativo que
desde entonces es conocido en el bajo mundo como “Las Camionetas” en el que los
transportistas que trasladan mercancía a través de Baja California son
obligados a pagar una cuota, decidieron denunciar, pero en México para evitar que el comisario se
cobijara en la corrupción de las autoridades locales.
Desde el centro del
país se planeó la aprehensión, quienes recibieron la denuncia decidieron
atenderla porque frente a ellos, los afectados realizaron llamadas en altavoz
con algunos de los implicados para evidenciar los acto de corrupción.
Cuando los oficiales
extorsionadores buscaron el dinero, acordaron una reunión en el hotel de la
zona río en Tijuana donde platicaron, recibieron un sobre con los 25 mil pesos
y cuando salían fueron detenidos por otros
agentes federales.
El 5 de octubre de
2012, Arturo González, secretario de acuerdos del Juzgado Décimo Sexto Distrito
de Baja California, determinó que existían elementos suficientes para
determinar la formal prisión de Vega y García por el delito de extorsión, el
abogado de Vega Camberos apeló dicha resolución incluida en la causa penal
425/2012.
Como resultado, el
13 de febrero de 2013, la magistrada Edna María Navarro García del Sexto
Tribunal Unitario del Décimo Quinto Circuito resolvió en la toca 559/2012 el “auto de liberación con reservas
de Ley por falta de elementos” y aseguró que el juzgador anterior “no estuvo en
lo correcto al considerara a” Vega Camberos “como probable responsable”.
Para la magistrada,
las declaraciones del señor Torres y su abogado, los agentes federales que
participaron en la aprehensión, el video del hotel, así como los informes de
inspección del vehículo y el sobre con dinero “no son suficientes jurídicamente
para inculparlo”, que la extorsión sí existió pero los elementos sólo sirven
para responsabilizar a su subalterno Alfredo García Carrillo.
La magistrada Edna
María Navarro García decretó la libertad a pesar de que en su determinación
reconoció que el abogado sí habló de una reunión ocurrida el 23 de agosto 2012:
“…en las oficinas de la Policía Federal en la que dijo el comisionado Luis
Eduardo Vega Camberos en presencia del ofendido (Torres) les hizo del
conocimiento de un operativo ordenado desde la ciudad de México para revisar
camiones, sugiriéndoles que ellos podían excluir de revisión a los vehículos
que desearan mediante el pago de 25 mil pesos…”
“…sin embargo tal
información por un lado no puede entenderse como un acto intimidatorio si se
considera que el propio (Hernández Martínez, víctima) reconoció, que Luis
Eduardo Vega Camberos les enteró lo anterior a título comunicativo, para que lo
pensaran y vieran si les convenía, por lo que jamás hubo una supresión de
voluntad.
“…y por otro lado
tal aseveración del testigo (abogado) no fue corroborada en autos el
representante social federal, partiéndose de la base de que tal cónclave jamás
lo refirió la víctima (Alejandro).
Torres desmiente a
la juez y asegura que los señalamientos respecto a Vega están en dos
declaraciones. Que le preguntaron y sí habló de la reunión, pero además hizo
otras menciones.
“Vega Camberos dijo
cuando le hablé de la extorsión de García ´ese cabrón no hace nada si no lo
ordeno yo´, entonces le contesté que ya había entendido, en el video está
cuando después yo extiendo el sobre, le dije ‘aquí está lo que me pediste pero
ya suéltame’; él respondió, ‘dale el dinero a tu abogado y que se lo dé a
Carrillo’ (García Carrillo), le dio instrucciones de recibir el dinero en otra
parte para que lo pudiera contar”. El entonces inspector primero y el abogado
atienden la instrucción y hacen el intercambio en el estacionamiento.
“Todo eso lo declaré
dos veces, obra en actas, la magistrada no puede decir que no lo imputamos”,
reclama Torres.
En la misma
sentencia Edna María Navarro se va contra los denunciantes aduciendo que si
bien la víctima y el testigo coinciden en señalar que Vega les exigió el pago
para no secuestrar la flotilla: “…tal constreñimiento no puede entenderse
afectado del aspecto emocional de la víctima cuando ésta sabía plenamente que
agentes de la policía mantenían un operativo de vigilancia para mantener
infraganti al ahora inculpado”.
Con la intención de
exponer que las víctimas tenían la opción de no entregar el dinero porque en
ese preciso momento su seguridad no estaba amenazada, –porque había policías
cuidándolos– argumento absurdo considerando que se trataba de un operativo para
detener a los policías criminales en flagrancia.
Al final, conforme a
los criterios de la licenciada Navarro García, titular del Sexto Tribunal
Unitario del Décimo Quinto Circuito los elementos de prueba sólo sirven para
iniciarle proceso a Alfredo García Carrillo pero en el caso del ex comisario de
la Policía Federal, solo prueba que se reunió con los extorsionados, pero no
demuestran vínculo de Vega Camberos con el dinero asegurado”, así de simple
para la magistrada el ignorar las declaraciones de las víctimas.
“Si así fuera ¿a qué
fue el comisario a la reunión? Estaban Vega y García en la misma mesa con el
sobre enfrente, pretenden suponer que García hizo todo a sus espaldas. Nosotros
hablamos con él para quejarnos del comportamiento de García y admitió que su subalterno
no hacía nada sin sus órdenes”, reclamaron las víctimas.
“Denunciamos y sale,
ahora vienen las consecuencias, ¿qué vamos a esperar? Por lo pronto están
hostigando a los choferes de nuestras flotilla y tenemos que esperar más
consecuencias”, concluyó en medio de la decepción y molestia el señor Torres,
en las oficinas de ZETA.
El juicio contra
Alfredo García Carrillo sigue en proceso.
Otro federal quedará en libertad
En cuanto a los
oficiales de la Federal de Caminos, Luis Alberto Carmona y Jesús Said Cerecedo,
detenidos el domingo 10 de febrero mientras realizaban una extorsión en
Mexicali, Baja California, el proceso de denuncia y el operativo fue similar al
de Vega Camberos, y el operativo se preparó para detenerlos en flagrancia.
En este caso en
particular, la pareja estaba integrada por un elemento que llevaba ya tiempo en
el mismo servicio y por un recién llegado, “era su primer día en esa patrulla”,
pero las evidencias muestran que la primera lección en su día de entrenamiento
era la extorsión.
Conforme al relato
de hechos, al momento de la comisión de delito, el agente más experimentado fue
él único que bajó de la unidad a recibir el dinero, el “novato” jamás bajó de
la unidad y ese argumento puede exonerarlo conforme a los criterios judiciales
manejados en el estado.
Mientras tanto,
siguen a disposición del Juzgado Primero de Distrito bajo la causa penal
26/2013. De acuerdo a la información habría al menos otros seis elementos de
esa corporación bajo investigación.
A las 21:55 horas
del 11 de febrero ingresaron al Centro de Readaptación Social de Mexicali,
donde hasta el cierre de edición permanecían en espera de la determinación del
juez.
(SEMANARIO ZETA/ Sergio Haro /febrero 18, 2013)
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