Atacan a tiros a sobrinos del ex alcalde paceño Víctor
Manuel Castro Cosío
Las víctimas de la balacera del 11 de febrero, de
nombres Ramón Antonio Castro Castro “El Perro” y Carlos Alejandro Castro Castro
“El Bebo”, cuentan con antecedentes penales por delitos del fuero común
Investigaciones ZETA
En el intento de
asesinato de los sobrinos del ex alcalde de La Paz y ex diputado federal del
Partido de la Revolución Democrática (PRD), Víctor Manuel Castro Cosío,
ocurrido el 11 de febrero en La Paz, los investigadores de la Procuraduría
General de Justicia del Estado de Baja California Sur, resaltaron cuatro
hechos:
1.- El intento de
homicidio tiene el sello del crimen organizado; fue utilizada una pistola 9 mm
para uso exclusivo de los cuerpos policiacos y de las fuerzas armadas.
2.- No se trata de
profesionales, las víctimas lograron escapar de manera rápida, y sin
contratiempo, en medio de una persecución por 15 cuadras. Finalmente, los
presuntos responsables de la agresión abortaron la operación cuando fue
activado el Código Rojo.
3.- En su intento
por consumar el homicidio los pistoleros dispararon en algunas de ocasiones
para amedrentar a sus víctimas y obligarlos a detener la marcha de su vehículo;
una de las balas impactó el cristal trasero de la unidad automotriz.
4.-Reconocieron que
la fuga de los presuntos responsables de la balacera, quienes utilizaron dos vehículos en la
operación, puso en evidencia la poca capacidad de reacción y la descoordinación
de los cuerpos policiacos.
La del lunes fue una
balacera inédita en la historia reciente, porque –según el dictamen de la
Dirección de Servicios Periciales de la Procuraduría General de Justicia del
Estado (PGJE), y en base a cartuchos encontrados— los pistoleros hicieron
disparos a un costado de una escuela y de un centro de salud, donde en ese
momento, había muchas personas en la escena, fue levantada una ojiva de bala
calibre 9 mm la cual entró por uno de los ventanales de la unidad médica.
Las víctimas de esta
agresión, Ramón Antonio Castro Castro “El Perro” y Carlos Alejandro Castro
Castro “El Bebo”, cuentan con antecedentes penales por delitos del fuero común.
Según expedientes de la PGJE, “El Perro” fue detenido el 19 de enero del 2009,
acusado del delito de robo. “El Bebo” fue capturado el 4 de enero del 2010 por
el robo de un rifle R-15, propiedad de la Policía Ministerial del Estado.
El 21 de octubre del
2011, Carlos Alejandro Castro Castro fue absuelto por el crimen del joven
abogado Jonathan Hernández Ascencio, ocurrido el 4 de marzo del 2010 en el bar
“Las Micheladas” de La Paz.
Las primeras
indagatorias de este crimen fallido, bajo el número de averiguación previa
LPZ/53/AMP3/2013, apuntan a un ajuste de cuentas perpetrado particularmente en
contra de Ramón Antonio Castro Castro “El Perro”, por las siguientes hipótesis
que se siguen en las primeras líneas de investigación:
1.- La víctima
descubrió el plan para levantarlo, y en su intento de huir, sobrevino la
agresión armada en su contra y la de su hermano.
2.- La víctima
–según algunas líneas de investigación— está relacionada con células del crimen
organizado que durante los últimos meses fueron ejecutados, particularmente con
Zeferino Félix Beltrán y Jorge Luis Arellano Cárdenas, asesinados el 10 de mayo
y el 10 de octubre del 2012 en el restaurante “El Bismarkcito” y en la
carretera de La Paz a Los Planes, respectivamente.
Los investigadores
de la PGJE expusieron que el de Ramón
Antonio Castro Castro “El Perro”, es un caso de la ola de levantones que
durante los últimos meses se han registrado principalmente en La Paz, y donde
el crimen organizado –según su versión— “pareciera estar alineando a los
narcomenudistas.
El alineamiento –de
acuerdo a investigadores– comenzó después de la ejecución del ex jefe de la
plaza de La Paz, Héctor Antonio Salazar Monzón “El Oaxaco” o “El H”, ocurrida
el 15 de agosto del 2012 en el rancho “Cuatro Corrales” de la comunidad de San
Luis Gonzaga en Comondú.
Perpetrado el
crimen, comenzaron a registrarse levantones.
La lista se detalla
a continuación.
1.- El 10 de
septiembre del 2012 fue levantado Héctor Manuel Diarte Aguilar “El Cleto”,
cerca de las 4:15 de la tarde por cinco sujetos armados con tres rifles de
asalto y dos pistolas en el patio de su casa de las calles Villa Camila y Villa
Natalia en la colonia Villas del Encanto de La Paz. Al momento del levantón,
vestía playera roja, pantalón de mezclilla color azul marino y tenis blancos
con franjas azules.
2.- El 24 de
diciembre del 2012 fue levantado Inguin Joel Bautista Hamburgo “El Hamburgo”,
cuando circulaba a bordo de un vehículo de color verde, marca Toyota, tipo
Corolla y año 1993. La unidad apareció –cuatro días después— completamente
calcinada en el kilómetro 160 del tramo carretero de La Paz a El Triunfo. Al
momento del levantón, vestía pantalón de mezclilla de color azul, camisa tipo
polo de color verde con figuras y tenis color blanco. El caso quedó registrado
bajo el número de averiguación previa LPZ/804/AMP5/2012.
3.- El 11 de enero
pasado fue levantado Omar Cabrera Valencia “El Chino”, cuando fue citado por un
narcomenudista a la tienda “Ley” de la colonia Miramar de La Paz; había
recibido amenazas telefónicas. Al momento de ser levantado, vestía pantalón de
mezclilla de color azul marino, camisa color guinda marca Hollister, tenis
blancos y gorra negra. El caso quedó registrado bajo el número de averiguación
previa LPZ/024/AMP7/2013.
4.- El 10 de febrero
pasado fueron levantados Roberto Daniel López Losa “El Pájaro”, José “El
Choche” y Facio “El Niño”, cerca de las 7:45 de la noche, cuando circulaban
sobre las calles de Oaxaca y Josefa Ortiz de Domínguez de La Paz. Los tres
fueron interceptados por un vehículo color gris, marca Toyota, línea Cambry y
modelo 1990 y dos de los tres sujetos fueron subidos a la fuerza.
Según un parte
informativo de la Policía Municipal de La Paz, “El Pájaro” fue el único que
intentó escapar cuando fueron interceptados, pero en la corretiza fue
atropellado por la unidad, en la cual iban cuatro personas a bordo. Herido e
inmóvil quedó tendido en el piso hasta que llegó la Cruz Roja y fue trasladado
al Hospital General “Juan María de Salvatierra”.
Los otros dos “El
Choche” y “El Niño”, fueron entonces levantados y aparecieron hasta un día
después brutalmente torturados e incluso con heridas de navaja en algunas
partes de su cuerpo.
Los agredidos se
negaron a interponer denuncia penal contra los presuntos responsables y tampoco
quisieron hablar de lo sucedido, por lo que solo quedó registrado en calidad de
“reporte”, sin embargo, según datos de investigadores de la PGJE, los tres
agredidos forman parte de una red de narcomedudistas que opera en La Paz, cuyos
integrantes están plenamente identificados.
A excepción de “El
Pájaro”, “El Choche” y “El Niño”, al cierre de esta edición el resto de los
plagiados no habían aparecido. Igualmente, autoridades federales y militares
elaboraban el nuevo mapa delictivo, donde pretendían ubicar al nuevo jefe de la
plaza del narcomenudeo en La Paz y responsable material de la ola de levantones
que registrados desde septiembre del 2012 a la fecha.
Según un abogado
consultado por ZETA, especializado en delincuencia organizada, expuso que el
levantón no es otra cosa que la consumación de los delitos de privación ilegal
de la libertad y secuestro, porque “independietemente quién sea la víctima, se
está privado de la libertad a una persona, utilizando la violencia fisica y
moral”.
El abogado dijo que
los artículos 276 y 279 del Codigo Penal
del Estado de Baja California Sur, establecen claramente que comenten dichos delitos, quienes “ilegalmente
priven de su libertad a otro por un termino inferior a tres días y obtengan
cualquier prestación indebida, no necesariamente económica”.
La mayoría de los
levantones –según expedientes— aparecen clasificados como el delito de
“desaparición de persona”, no obstante, de que la figura delictiva ni siquiera
aparece en el Codigo Penal vigente del estado, por lo que el delito –de acuerdo
al abogado especialista— “debería ser, en primer término, el de privación
ilegal de la libertad y después secuestro”.
— ¿Por qué
clasificar los levantones como desaparción de personas?, preguntó ZETA al
abogado especializado en delincuencia organizada.
“Lo que pasa es que
es clasificada así para desinflar los números oficiales, es decir, para que no
figuren los delitos de privación de la libertad y secuestro en el índice
delictivo. La verdad es que nadie puede privarte de tu libertad, al menos que
sea la policia y con orden de aprehensión, y mucho menos puede privarte para
matarte”.
El abogado dijo que
cuando se registra un levantón, es porque hay orden del crimen organizado de
ajustar cuentas y termina en un crimen que comunmente no se investiga. “Y no porque
no haya delito, sino porque los levantados casi en la mayoría de los casos no
aparecen, porque los cuerpos son enterrados o deshechos con ácido, como pasaba
en la epoca de ‘El Pozolero’ en Tijuana, aunque en algunos casos, sí aparecen
torturados y ejecutados”, comentó.
La balacera
A plena luz del día,
y cuando la mayoría de alumnos de la Escuela Secundaria Técnica No.1, mejor
conocida como ETI, estaban afuera del plantel esperando la llegada de sus
padres, el disparo de un arma de fuego llamó su atención.
A lo lejos, y desde
la calle Isabel la Católica, observaron cómo un automóvil de color entre blanco
y hueso y tipo Honda, aceleraba por la calle Melitón Albañez (por la parte
posterior de la secundaria) y detrás de él, una camioneta pick up de color rojo
tipo Ram y un automóvil color gris tipo Bora.
De la camioneta,
completamente polarizada –relató uno de los alumnos a ZETA— una mano salía y
disparaba con una pistola contra los tripulantes de la unidad automotriz. Los
alumnos supieron entonces que se trataba de una balacera, por lo que algunos
comenzaron a correr y otros se tiraron al suelo.
Desde el piso, uno
de los estudiantes observó que el automóvil dobló a la izquierda y bajó
rápidamente por la calle 5 de mayo en dirección al malecón costero. En eso
escuchó dos detonaciones más y vio los vehículos acelerar hasta pasarse un
semáforo en rojo, y dejar el área de la escuela.
Según testigos, la
unidad en persecución caminó ocho cuadras más y dobló a la derecha para seguir
sobre la calle Altamirano. En ese trayecto, una bala quebró una ventana del
Centro de Salud, localizado en las calles 5 de mayo y Altamirano, y donde
algunos enfermos aguardaban su turno.
El vehículo avanzó
cuatro cuadras más, y giró a la izquierda, y una cuadra después, giró a la
derecha y se metió en sentido contrario, donde detuvo su marcha y –según agentes de la Policía Estatal
Preventiva— “se bajaron dos personas corriendo” y se introdujeron a una
vivienda que resultó ser la del amigo de “El Bebo”, Emilio González Rubio, y uno
de los presuntos implicados del caso Jonathan recientemente absuelto y liberado
de prisión.
Hasta ese lugar,
llegaron decenas de agentes de la Policía Municipal, Ministerial, Estatal y de
las Fuerzas Armadas, y quienes al perder el tiempo en la revisión de la unidad
perseguida, permitieron la fuga de los presuntos responsables de la balacera.
Según testigos, la
camioneta Ram, ya no dobló por la calle Altamirano, sino pasó de largo rumbo al
Centro, en tanto, el vehículo Bora, dobló por la Altamirano y volvió a doblar
en la primera cuadra, hasta que ambos se hicieron ojo de hormiga.
Los agresores
lograron darse a la fuga, en medio de decenas de patrullas que salieron en su
búsqueda.
Los antecedentes
Carlos Alejandro
Castro Castro “El Bebo” fue llevado a rendir su declaración sobre los hechos
que conmovieron a la sociedad paceña, derivado de que es la primera vez que se
registra una persecución de alto riesgo, y donde se expuso la vida de jóvenes
estudiantes, peatones, automovilistas y pacientes del centro de salud que
estaban en el sitio, cuando sobrevino la balacera.
En la averiguación
previa LPZ/53/AMP3/2013, y en su calidad de víctima, “El Bebo”, de entrada
cambió la versión y dijo “haber andado solo”, cuando sobrevino la agresión
armada.
No obstante, los
agentes de la Policía Estatal Preventiva, observaron cuando se bajaron dos
personas corriendo y cuya versión fue corroborada por los propios vecinos del
lugar.
En la Agencia del
Ministerio Público del Fuero Común de la PGJE, Carlos Alejandro no quiso
cooperar y dijo desconocer quiénes lo persiguieron y por qué. Contrariamente,
solicitó protección la cual le fue concedida por el riesgo inminente de volver
a ser objeto de una nueva agresión.
En su declaración
preparatoria, quedó asentado que cuando fue agredido “venía de dejar a su
novia”, y de su hermano, dijo no saber nada.
Sin embargo, hoy se
sabe –y según investigadores de la Policía Ministerial— el intento de “El Bebo”
de excluir a su hermano “El Perro” de estos hechos, es porque está relacionado
con algunas averiguaciones previas por el delito de robo y asalto, así como
también en una ejecución.
Lo señalan –según la
averiguacion de la PGJE— de haber participado en la doble ejecución registrada
el 12 de mayo del 2012 en la colonia “Olas Altas”, al sur de La Paz, y donde
perdieran la vida el ex agente de la Policía Ministerial Ismael Barrios Romero
y su sobrino Luis Davis Castejón Barrios “El 8” o “El Pollo”.
Los dos habían sido
levantados por un comando armado por la mañana del 13 de mayo –según versión de
Teresa Romero Rangel, madre del ex policía— a bordo de un vehículo rojo y cuyos
cuerpos fueron encontrados horas más tarde en un lote baldío del Parque
Industrial.
Los dos tenían
huellas de tortura y el tiro de gracia en la nuca. Por este crimen, únicamente
fue detenido Hugo Alberto Gutiérrez Garciglia “El Tortas”, cuando el 22 de mayo
del 2012, escandalizaba en la vía pública con una pistola 9 mm, y la cual salió
positiva en la prueba de balística, es decir, fue el arma homicida utilizada en
la doble ejecución. Empero, el resto de los cómplices siguen libres y sin ser
detenidos.
(ZETA Baja California Sur/ Investigaciones ZETA
/febrero 18, 2013)
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