Reconocen ingobernabilidad en el país
Ante la incapacidad del gobierno federal para otorgar
seguridad a sus habitantes, poblados se arman para defenderse de la
delincuencia organizada.
“Hay zonas del país donde el estado es inexistente”,
advierte a ZETA el escritor Federico Campbell.
Mientras tanto, el gobierno de EPN repite la misión y
visión de secretarías involucradas en el Programa Nacional para la Prevención
Social de la Violencia y la Delincuencia
Enrique Mendoza Hernández
A dos meses y medio
del gobierno de Enrique Peña Nieto, lo que está a la vista de todos es el
aumento de la ingobernabilidad y vacíos de estado en diversas zonas del país.
La incapacidad del
Estado para otorgar seguridad a sus habitantes conduce a muchas comunidades a
instalar retenes civiles y “grupos de autodefensa”.
Las imágenes otra
vez recorrieron el mundo: Armados con rifles, escopetas o machetes, campesinos
encapuchados instalaron lo que llamaron retenes civiles para defenderse de la
delincuencia y hasta de elementos de la Secretaría de Seguridad Pública del Estado
de Oaxaca, en el municipio de Santos Reyes Nopala.
“Policía
Comunitaria” es el nombre con que se identificaban por lo menos 40 integrantes
de esa demarcación que resguardan la población oaxaqueña con la complacencia
municipal, estatal y federal.
Los civiles armados
se mantuvieron en sus barricadas hechas de costales llenos de arena entre el
lunes 11 y miércoles 13 de febrero, día en que autoridades municipales y
estatales llegaron a un acuerdo para disolver los retenes civiles para que,
finalmente, Ayuntamiento y aquella entidad federativa retomaran el control
policíaco y la seguridad pública.
También en Michoacán
la población decidió armarse ante la inseguridad. Primero fue la comunidad de
Cherán en 2012, donde los vecinos decidieron hacer frente a la delincuencia
organizada controlando los accesos a su comunidad.
Luego, en las
primeras dos semanas de febrero de 2013 por lo menos 37 comunidades indígenas
habían seguido el ejemplo de Cherán y también se armaron no solo de valor, sino
con rifles y escopetas, machetes y azadones, entre ellas las rancherías de
Pamatácuaro, Paracho, Ocumicho, Comachuén, Aratepakua, Tarícuaro, Cocucho,
Aranza, Cheranástico, San Felipe de los Herreros, Quinceo, Urapicho, entre
otras.
No es la primera vez
que civiles deciden defenderse de la delincuencia ante la incapacidad del
estado para proveer a sus ciudadanos lo que la Constitución garantiza.
Por ejemplo, el 21
de enero último, en las comunidades de Atliaca y Acatempa, del municipio de
Tixtla, en la zona centro del estado de Guerrero, campesinos también optaron
por sacar de sus escondites sus rifles de caza para convertirlos en armamento
de protección contra secuestros y asesinatos.
De hecho, los
campesinos de Atlica y Acatempa siguieron el ejemplo de armarse e instalar
barricadas de costales de arena como Ayutla y Tecoanapa, también del mismo
estado, en la zona costa, a unos 50 kilómetros de Chilpancingo.
También desde el 1
de febrero más de 100 habitantes de las comunidades de Teloloapan, Ixcapuzalco
y Ixcateopan aceitaron sus rifles y pistolas para ponerlos al servicio de lo
que llamaron “Grupo de Autodefensa”, para combatir a los grupos criminales que
operan en esa zona guerrerense.
Lo cierto es que
mientras algunas comunidades se arman para defenderse de la delincuencia
organizada, el gobierno federal está todavía muy lejos de lograr las promesas
de campaña:
“Primero, tenemos
que volver a restablecer el orden y la gobernabilidad”, había dicho a manera de
vocero de Enrique Peña Nieto, el actual Secretario de Economía, Ildefonso
Guajardo, haciendo alusión obviamente a la “ingobernabilidad” en la
administración calderonista que los peñistas evidentemente no han podido
revertir.
En ese contexto de
comunidades armándose para defenderse y mientras el gobierno de Enrique Peña
Nieto restablece “el orden y la gobernabilidad” prometida en campaña electoral,
los redactores federales parafrasean la misión y visión de diversas secretarías
que integran la Comisión Intersecretarial para la Prevención Social de la
Violencia y la Delincuencia a propósito de la estrategia de seguridad federal.
Fallan redactores del “staff de Presidencia”
Mientras la
delincuencia organizada continúa con los asesinatos y secuestros a la par que
algunas comunidades se arman para defenderse, el 12 de febrero, en
Aguascalientes, Peña Nieto instaló lo que llamó Comisión Intersecretarial para
la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia en torno a su estrategia
de seguridad.
De acuerdo con el
gobierno de Enrique Peña Nieto, el Programa Nacional para la Prevención Social
de la Violencia y la Delincuencia “unifica y da dirección al esfuerzo de las
Secretarías de Estado hacia un objetivo en común: prevenir el delito”.
Peña Nieto instruyó
a nueve Secretarías de Estado con objetivos claros para articular políticas y
evitar duplicidad de funciones:
En dicho programa,
en lo que respecta a la Secretaría de Economía se lee: “Habrá de impulsar las
competencias laborales, el emprendedurismo y el autoempleo, a fin de crear
nuevas opciones de ingreso. Deberá dar un renovado apoyo a la creación de
empresas sociales”.
Pero la realidad es
que los redactores del gobierno federal de “las tareas específicas ordenadas a
cada dependencia federal” se parecen mucho a la misión y visión plasmadas en
sus respectivas páginas de internet, más que a una “nueva estrategia de
seguridad”.
Por ejemplo, “las
tarea específica” de la Secretaría de Economía es un texto parafraseado
contenido en la Visión y Misión de la página internet de esa secretaría
(http://www.economia.gob.mx/conoce-la-se/mision-y-vision-se) donde se repiten o
cambian el orden de las palabras “empleo”, “emprendedores”, “emprendedurismo”,
“mejores empresas”:
“Visión: La Secretaría
de Economía será la dependencia del Gobierno Federal que promueva la generación
de empleos de calidad y el crecimiento económico del país, mediante el impulso
e implementación de políticas públicas que detonen la competitividad y las
inversiones productivas”.
Y en Misión se lee:
“Ser una institución que promueve e instrumenta políticas públicas y programas
orientados a crear más y mejores empleos, más y mejores empresas, y más y
mejores emprendedores”.
En torno a la
Secretaría de Desarrollo Social, el Programa Nacional para la Prevención Social
de la Violencia y la Delincuencia establece:
“Fortalecerá sus
acciones a favor del capital social y deberá enfocar el combate de la pobreza y
desigualdad, en las comunidades con mayor incidencia delictiva y entre los
grupos más vulnerables”.
Mientras tanto la
Visión en la página oficial
(http://www.sedesol.gob.mx/work/models/SEDESOL/Resource/1867/1/images/CodigoConducta_2010rr.pdf)
establece lo mismo, donde antes se incluía el término “pobreza extrema”:
“Hacia el 2030
aspiramos a ver un país donde los ciudadanos puedan ejercer plenamente sus
derechos sociales y la pobreza extrema se haya erradicado”.
Y en la Misión:
“Lograr la superación de la pobreza mediante el desarrollo humano integral
incluyente y corresponsable, para alcanzar niveles suficientes de bienestar con
equidad”.
Asimismo, la
Secretaría de Gobernación “vigilará la correcta instrumentación del Programa;
articulará las acciones preventivas al interior de la Comisión Intersecretarial
y promoverá la participación ciudadana, así como una cultura social de
legalidad y tolerancia”.
Aunque ya en la
visión (http://www.gobernacion.gob.mx/es_mx/SEGOB/Vision_SNM) estaba plasmado el carácter “vigilante”, de
“manejo” y “promotor” de las áreas de la administración gubernamental:
“Ser una instancia
que maneja y promueve permanentemente un esquema de comunicación abierto,
transparente, claro, oportuno y veraz sobre el quehacer gubernamental en todas
las áreas de la Administración Pública Federal en beneficio de la sociedad
nacional”.
La Secretaría de
Trabajo y Previsión Social hace referencia al empleo formal: “Ampliará las
oportunidades de capacitación y vinculación laboral, así como el empleo
formal”; pero ya en la misión según su página de internet
(http://www.stps.gob.mx/bp/secciones/conoce/quienes_somos/MYV.html) se
establecía hace años lo mismo:
“Fortalecer la
política laboral a partir de la promoción de inversiones, a través de una
economía cada vez más competitiva, que genere más empleos de calidad en la
economía formal”.
En el afamado
Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia
la Secretaría de Comunicaciones y Transportes tiene por objetivo la “seguridad
en carreteras”: “Tendrá bajo su responsabilidad, establecer la infraestructura
física y tecnológica, para incrementar la seguridad en carreteras y autopistas
del país, así como ofrecer oportunidades de empleo temporal en zonas de alta
vulnerabilidad social o afectada por desastres naturales”.
Pero la “seguridad
en carreteras” ya se había advertido en la “Norma Oficial Mexicana
NOM-012-SCT-2-2008”
contenida en la página oficial (http://www.sct.gob.mx/fileadmin/DireccionesGrales/DGAF/Normatividad/EspecificacionesVeniculos/NOM-012.pdf):
“…. se requieren medidas adicionales que contribuyan a incrementar la seguridad
en el tránsito de personas y mercancías”.
El mismo documento
de 2008 establece: “En el pasado las prioridades presupuestales estuvieron
dirigidas a privilegiar la construcción de nueva infraestructura más que a
mejorar la existente”.
Y así sucesivamente
en todas las secretarías, los redactores del “staff de Presidencia” del
Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia y la Delincuencia
para evitar el copy-paste, solo parafrasearon, alteraron el orden de algunas
palabras, cambiaron “pobreza extrema” por “pobreza”, pero la redacción es casi
idéntica.
“Hay zonas del país
donde el estado es inexistente”: Federico Campbell
A propósito de la
implementación del Programa Nacional para la Prevención Social de la Violencia
y la Delincuencia y de cómo algunas comunidades han decidido tomar las riendas
de la seguridad, el escritor Federico Campbell explica a ZETA:
“Estamos ante un
estado muerto”, dice el crítico del Estado, periodista, narrador, ensayista,
traductor y autor de obras como “La Memoria de Sciascia” (Fondo de Cultura
Económica, 1989); “La Invención del Poder” (Aguilar, 1994) y “Máscara Negra”
(Joaquín Mortiz, 1995).
Federico así arma un
análisis integral, tomando en cuenta las comunidades atrincheradas no solo de
Michoacán, Guerrero, Oaxaca, Tamaulipas, Nuevo León, Coahuila, Sinaloa,
Chihuahua, entre otras entidades:
“Yo he estado
escribiendo sobre el desvanecimiento del Estado en nuestro tiempo, y una de las
características del actual estado mexicano es su fragmentación, porque ya hay
zonas del territorio nacional en las que el Estado no ejerce, o sea, hay estado
pero no está; también hay organizaciones de facto, grupos que cobran impuestos
como extorsión, por el derecho de piso, y ésa es otra de las funciones del
Estado que han sido usurpadas por ciertos grupos de la delincuencia organizada.
Entonces, hay zonas del país donde el Estado es inexistente.
“El Estado es la
Ley, es la Constitución, pero no solo una Constitución de papel, sino es la Ley
que se cumple, entonces estamos ante un Estado muerto, un Estado sin vida, un
Estado inexistente.
“Los componentes del
Estado son la población, los ciudadanos, el gobierno y un estatuto jurídico,
una Constitución, el Estado es la Ley; y en los últimos años no solo en México
sino en el mundo entero ha venido a menos la presencia del Estado porque la
criminalidad internacional o trasnacional ha venido a competir mucho con los
Estados-nación. Hay organizaciones criminales que son más fuertes desde el
punto de vista financiero, y desde el punto de vista de capacidad de fuego,
mucho más fuerte que muchos países. Y resulta que en nuestro tiempo el
Estado-nación no tiene jurisdicción para perseguir a muchas organizaciones
criminales que estacan a su jurisdicción, entonces la criminalidad
internacional se aprovecha de ese estado que se desvanece.
“Por otra parte,
existe una especie de criminalidad financiera a través de los bancos que bancan
dinero de la economía criminal y eso pues es algo que se está padeciendo no
solo en México sino a nivel internacional. En México tenemos el caso del Banco
HSBC que lavó más de 7 mil millones de dólares durante el régimen de Felipe
Calderón y eso es brutalmente grave porque el Estado mexicano solamente pudo
multar al banco HSBC con 30 millones de dólares, mientras que en Estados Unidos
el Congreso multó a este banco con mil 700 millones; entonces el Estado
mexicano es muy tímido y no se atreve a meterse con la banca internacional,
mucho menos cancelarse su licencia para operar en México.
“Entonces, esto de
los grupos de autodefensa en el Estado de Guerrero, Michoacán, no es más que un
indicio más de que el Estado mexicano está muy fragmentado, de que no alcanza a
proteger a los ciudadanos y de que ya hay zonas del país donde el Estado
mexicano no controla y esa es una situación muy grave, muy preocupante, y
podríamos hablar de que existe otro estado ilegal, aunque parezca una
contradicción en los términos; el otro estado es ese estado de facto compuesto
por las organizaciones criminales que desafían al estado constitucional; y la
fuerza legítima del Estado que es el Ejército y la policía no alcanza a abatir
a esos grupos.
“El hampa organizada
que desafía al Estado, no es un movimiento político armado, o sea no es un
movimiento de motivación política, es simplemente delincuencial, no aspira a la
toma del poder, pero desafía militarmente al Estado, y tiene capacidad para
desafiarlo, ése es un problema gravísimo.
“Si ‘El Chapo’
Guzmán fuera un líder guerrillero ya lo hubieran atrapado, si tuvieran un
carácter político estas organizaciones ya hubieran arrasado con ellas”.
El análisis de
Federico Campbell sobre el Estado mexicano obviamente alcanza también a la
pobreza:
“Hay preocupación
por las zonas de pobreza y sobre todo hay preocupación por las nuevas
generaciones de jóvenes que en su mayoría no tienen acceso a las universidades,
ni tienen acceso al trabajo y por eso se van de braceros.
“Una de las cosas
más tristes de nuestro país es la juventud: muchachos de 18, 25 años con una
gran energía, una gran fuerza, una gran salud, y no saben qué hacer con sus
vidas, porque el país no les da educación ni trabajo.
“En México la enorme
mayoría de la juventud no tiene acceso a las universidades, las universidades
son un privilegio de la clase media, tanto públicas como privadas.
“Por ejemplo, en
Tepoztlán, en el carnaval, en la plaza había una multitud de jóvenes
brincoteando, moviendo banderas que te impresionaba la fuerza así como
multitud. ¿Y por qué van a ese festival ya emborracharse? Porque no tienen otra
manera de divertirse, no tienen para pagar un cine, no tienen para pagar un
restaurante, no tienen dónde divertirse y entonces esa enorme fuerza juvenil es
uno de los desperdicios más tristes de México porque se van al extranjero, ésa
es una de las fallas del sistema político mexicano, ésas son las consecuencias
del mal gobierno.
Luego de su análisis
sobre el estado mexicano, Federico Campbell asegura que el gobierno de Enrique
Peña Nieto no es verosímil: “En términos de difusión mediática el discurso se
ve bien, se oye bien, pero no tienen mucha credibilidad, creo que en general la
gente no le cree a Enrique Peña Nieto, por lo que significó su campaña, es un
Presidente compra votos, es muy triste que un Presidente tenga que comprar
votos para que lo elijan, entonces desde ahí viene cierta ilegitimidad, y la
falta de credibilidad.
“La situación es muy
grave, muy preocupante, yo espero que el Estado salga adelante, porque es lo
único que tenemos, la Ley”, concluye Campbell.
(SEMANARIO ZETA/ Enrique Mendoza/ febrero 18,
2013)
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