La crisis causada por la
insurrección -hasta ahora pacífica- de la Policía Federal, obligó al presidente
Andrés Manuel López Obrador a hacer lo que no quería que sucediera: ver al
retrovisor. El secretario de Seguridad Pública Ciudadana, Alfonso Durazo,
desdobló “la mano negra” detrás de la protesta, disparando en varias
direcciones. La que visiblemente parecía más importante, es el viejo ajuste de
cuentas de López Obrador con Felipe Calderón -el ex presidente que realmente
odia- desde la elección presidencial de 2006, a quien Durazo prácticamente
responsabilizó de toda la putrefacción de la Policía Federal, aunque en
realidad fue quien la reconstruyó del desastre que dejó Vicente Fox, en cuyo
gobierno trabajaron varios miembros del gabinete actual. Pero el retrovisor no
tiene el alcance de 12 años, sino de cuatro. El dato puntual es la auditoría
que se hará a la cuenta pública de 2018 en las áreas de seguridad, y al
esclarecimiento de la compra de un sistema llamado “Rafael” en 2015.
Durazo no precisó el tipo de
compra en ese año, al proporcionar información parcial. “Rafael” no es un
sistema, sino es una empresa israelita, Rafael Advance Defense Systems Ltd.,
con sede en Tel Aviv, que de acuerdo con un perfil empresarial de la compañía,
“desarrolla y comercializa tecnologías para mercados civiles de alto crecimiento
basado en tecnologías de defensa”, que abarca los campos de soluciones de
seguridad y ciberseguridad. El contrato al que se refirió Durazo registra la
compra de un sistema de “Análisis, Diseño e Implementación del Sistema de
Explotación de la Información de Inteligencia”, el 23 de diciembre de 2015, por
el cual se pagaron poco más de 133 millones de dólares, equivalente a dos mil
458 millones de pesos a tipo de cambio de 20 unidades por dólar.
El contrato fue firmado por
Damián Canales, en ese entonces jefe de Inteligencia de la Policía Federal,
celebrado de manera plurianual, por el cual no presentaron justificación, de
acuerdo con funcionarios federales, ante las secretarías de Hacienda y de la
Función Pública. Un funcionario dijo que sin justificar la urgencia, riesgo o
confidencialidad, y sin suficiencia presupuestal, se procedió a esa compra sin
que los bienes se registraran en el inventario y en el patrimonio de la
institución. El valor, agregó, tuvo un sobrecosto de su valor real.
Pero más allá de los detalles
de ese contrato, es quiénes fueron los responsables de ello. En ese entonces,
la estructura de la Comisión Nacional de Seguridad, que reemplazó a la
Secretaría de Seguridad Pública Federal cuando fue absorbida por la Secretaría
de Gobernación al iniciar el gobierno del presidente Enrique Peña Nieto, la
encabezaba Monte Alejandro Rubido, quien había sustituido en marzo de 2014 a
Manuel Mondragón y Kalb, quien desarrolló el primer plan de seguridad, desde
ese entonces, para Durazo, a petición de él, que fue el primer diagnóstico que
tuvo en sus manos López Obrador.
Como comisionado general de
la Policía Federal se encontraba Enrique Galindo, responsable de la matanza en
Tanhuato, Michoacán, en 2015, y que fue destituido después del fallido y trágico
operativo en Nochixtlán, Oaxaca en 2016. Pero la pieza crucial en el entramado
de la seguridad pública en aquellos años estaba en Frida Martínez, que como se
publicó en este espacio en febrero pasado, “es muy cercana a uno de los
hermanos del actual coordinador de la bancada del PRI en el Senado, y que había
sido directora general de Recursos Materiales y Adquisiciones de la Oficialía
Mayor de Hidalgo, cuando Osorio Chong era gobernador. Al iniciar el sexenio
peñista, el secretario de Gobernación la nombró jefa de la Unidad de
Administración, Finanzas y Desarrollo Humano del CISEN, de donde la trasladó a
la Policía Federal, como secretaria general. Desde ese cargo manejó un
creciente presupuesto donde hay fuertes sumas de dinero que se desconocen por
qué fueron manejados dentro del rubro de seguridad nacional, por lo que no
tenían que rendir cuentas a nadie.
“Bajo su administración en la
Policía Federal se canceló el pago de equipos y sensores de vigilancia en el
penal de El Altiplano, aprovechado por Joaquín El Chapo Guzmán para fugarse en
2015, se dejaron de proporcionar uniformes a los federales, a quienes también
los abandonaron muchas veces al no pagar su hospedaje cuando estaban de
comisión, obligándolos a dormir en la intemperie. El problema de los contratos
de alimentos se ubica sobre todo en el campo de las cárceles, que el gobierno
de López Obrador está arrastrando porque actualmente no han podido pagar la
alimentación en los penales”.
Las explicaciones de López
Obrador sobre las razones para acabar con la Policía Federal y tener una
Guardia Nacional manejada y controlada por militares, se expuso en esa columna,
tienen nombre y apellido, el de Miguel Ángel Osorio Chong, el autor intelectual
de la fusión de la Secretaría de Seguridad Pública Federal en Gobernación,
aunque el presidente no lo hubiera mencionado. Aún hoy, no han mencionado
ningún nombre, López Obrador o Durazo, pero ya establecieron los años en los
cuales están revisando posibles actos de corrupción. Son 2015 y 2018, donde van
a revisar las cuentas de Gobernación. Osorio Chong dejó la titularidad de ese
despacho en enero del año pasado, pero su sucesor, Alfonso Navarrete Prida no quedó satisfecho
con la entrega-recepción de su antecesor. Había 20 millones de pesos que no se
documentaron de la gestión anterior.
La rebelión de la Policía
Federal obligó al gobierno a buscar responsables. Durazo se remontó 12 años a
la destrucción de la Policía Federal, pero se ha publicado en este espacio
desde noviembre de 2012, cómo fue el gobierno de Peña Nieto el que desmanteló
lo que se había hecho y su incompetencia detonó la espiral de violencia que
heredó a López Obrador. El presidente hace bien en buscar las fuentes del
desastre que le dejaron para tratar de reconstruir lo destruido. Los oscuros
manejos de dineros en la Policía Federal el sexenio anterior son un buen
principio. Tienen a “Rafael” para desmontar lo que se tejió en seis años.
rrivapalacio@ejecentral.com.mx
twitter: @rivapa
(EJE CENTRAL/ ESTRICTAMENTE PERSONAL/ RAYMUNDO RIVA
PALACIO/5 DE JULIO DE 2019)
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