Alfredo Beltrán Guzmán encabeza el
“autogobierno” en el Reclusorio Metropolitano de Puente Grande, Jalisco,
aseguran versiones de familiares de internos y custodios. Dos videos anónimos
amenazan al sobrino del “Chapo” Guzmán porque presuntamente tortura a los
presos y les efectúa cobros a través de dos supervisores penitenciarios.
También amenazan a los custodios “Cuatro” y “Cinco” junto con la directora
“Paty” por tolerar los abusos denunciados
El mayor peso social de Jesús
Alfredo Beltrán Guzmán “El Mochomito” o “Alfredillo”, cuando estaba libre, eran
sus apellidos. Hijo de Alfredo Beltrán Leyva “El Mochomo”, líder encarcelado de
la organización criminal conocida como Pacífico Sur y sobrino incómodo del
líder del Cártel de Sinaloa, Joaquín Archivaldo “El Chapo” Guzmán Loera,
aseguran que tenía el ego inflado, pero era un equis. Hoy le llaman “Señor” en
uno de los penales de Puente Grande, Jalisco, pero con todo y ese
reconocimiento, fue amenazado de muerte.
El joven que no rebasa los 30
años de edad se encuentra privado de su libertad en el Reclusorio
Metropolitano, uno de los centros penitenciarios más nuevos del sistema en la
zona conurbada de Guadalajara y con características de máxima seguridad, que a
la fecha cuenta con menos de 400 internos.
De aquel muchacho flacucho
que se veía en las fotografías que sobre él existen, aseguran quienes lo
frecuentan en prisión, nada queda. Ahora es un hombre robusto que se dejó la
barba al estilo de su padre. Desde hace año y medio se convirtió en un recluso
muy respetado por haberse apoderado del control y funcionamiento del
establecimiento carcelario.
La versión que se escuchaba
entre pasillos, versiones de familiares de presos y elementos de seguridad, fue
corroborada por un par de videos que comenzaron a circular por redes sociales
de mensajería e internet la última semana de junio. En ambos productos
audiovisuales que llegaron a los propios trabajadores de los penales estatales,
se advierte al “Mochomito” y a algunos funcionarios que “dejen de torturar a
internos”.
En el primer video dirigido a
Jesús Alfredo Beltrán, se le menciona como la persona que tiene bajo sus
órdenes a dos supervisores carcelarios identificados como Ricardo y Filemón
“N”, con las claves operativas “Cuatro” y “Cinco”. Presuntamente “El Mochomito”
manda torturar y exigir cuota a los reclusos. En el mensaje le advierten que le
baje de tono a las agresiones y gire instrucciones a los supervisores para que
cesen los abusos. Al parecer el video fue grabado por órdenes de gente del
Cártel de Sinaloa que se encuentra en territorio jalisciense.
En el segundo video, similar
al primero y grabado en la penumbra por el mismo hombre que viste camisa a
cuadros rojos y blancos, cubierto por un chaleco antibalas y que tiene el
rostro tapado con un paliacate con cara de calavera y lentes oscuros, una
pistola fajada a la cintura y portando un arma larga, se advierte a custodios y
a la directora del reclusorio que paren sus ataques a los presos.
A Ricardo “N” “Cuatro”,
Filemón “N” “Cinco” y “Patty N” (identificada como la directora) les reclaman
que “se están pasando mucho de v… con todos los internos. No tienen piedad de
ellos. Los torturan, abusan psicológicamente de ellos”. Al “Cuatro” le amenazan
con que lo van a “alinear” por órdenes de “bien arriba”. El mensaje remata
señalándoles a los funcionarios que por cada interno golpeado, se van a cobrar
con un familiar de ellos.
REPITEN CONDENA
Actualmente “El Mochomito”
cuenta con una sentencia de nueve años de prisión que le fue confirmada en
abril, luego que había ganado un juicio de amparo directo y se anuló su condena
inicial de 10 años de cárcel. El sinaloense, soltero, que dijo ser agricultor y
ganadero, con ingresos semanales de 5 mil pesos, es penalmente responsable en
la comisión de delitos contra la salud, en la modalidad de posesión de cocaína
con fines de comercio y portación de arma de fuego de uso exclusivo del
Ejército, Armada y Fuerza Aérea Nacional. También le impusieron una multa por
14 mil 96 pesos con 72 centavos.
Beltrán Guzmán fue detenido
-con dos acompañantes- al mediodía del 9 de diciembre de 2016 cuando viajaba de
copiloto en un automóvil Volkswagen Golf en convoy con otra unidad Volkswagen
Jetta sobre calles del fraccionamiento Ciudad Granja en Zapopan. Policías
federales los interceptaron y al “Mochomito” le aseguraron fajada a la cintura
una pistola escuadra calibre 9 milímetros con sistema de ráfaga, así como cien
billetes de 500 pesos; dentro del mismo carro se localizó un kilo 802 gramos de
cocaína distribuidos en dos paquetes y una báscula gramera.
En el otro automotor, dos
ocupantes portaban al cinto dos armas de fuego calibre 38 Súper cada uno, y en
el interior de la unidad había un fusil AR-15 calibre .223, una
subametralladora calibre 5.7, así como municiones y una granada de
fragmentación. En cuanto a droga, se hallaron dos kilos 75 gramos de cocaína en
dos paquetes y una bolsa tipo Ziploc con diez dosis del mismo alcaloide.
Los colaboradores de Beltrán
eran jóvenes como él que no rebasaban los 25 años. Uno era estudiante de
criminología y criminalística, dedicado al comercio de ropa; otro, se dijo
estudiante con conocimientos técnicos de piloto aviador; uno más, con
licenciatura trunca de ingeniero agrónomo, dedicado a la compraventa de autos;
y el último, con licenciatura incompleta en Derecho, pero trabajaba de
agricultor.
Todos fueron internados en el
Reclusorio Metropolitano, adonde se envía a los internos más peligrosos que no
tienen cabida en alguno de los penales federales, ni en el Reclusorio
Preventivo (Comisaría de Prisión Preventiva) o en el Centro de Reinserción Social
(Comisaría de Sentenciados) de Puente Grande, donde se asegura que Jesús
Alfredo Beltrán encabeza una especie de autogobierno, porta radios y tiene el
control del penal.
Los mensajes han sembrado
miedo entre el personal penitenciario, pues es conocido que la mayoría de la
población encarcelada es militante del Cártel Jalisco Nueva Generación y temen
una posible confrontación, por lo que esperan que el reo sea trasladado a otra
institución que reúna las condiciones para albergar a personas de alta capacidad
criminal.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / INVESTIGACIONES
ZETA/ LUNES, 8 JULIO, 2019 01:00 PM)
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