martes, 26 de junio de 2018

DEUDA DE BC LLEGA AL TOPE


En el cuarto trimestre de 2017, la deuda per cápita alcanza los 4 mil 523 pesos, con lo que el Estado se sitúa entre las ocho entidades más endeudadas del país, según la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex)

En mayo de 2018, la deuda directa de Baja California llegó a 12 mil 321 millones de pesos; cantidad que representó un incremento de 24 por ciento respecto a diciembre de 2017, cuando la entidad debía 9 mil 933 millones 233 mil pesos, según datos de la Secretaría de Planeación y Finanzas del Gobierno del Estado.

Miguel Ángel Rodríguez Castro, subsecretario de Planeación y Presupuesto de esa dependencia, indicó que de julio de 2017 a marzo de 2018 el gobierno contrató once créditos por un monto total de 4 mil 603 millones de pesos.

De esos empréstitos, ocho fueron a 12 meses (por 3 mil 453 millones de pesos) que se usaron para atender el cierre del ejercicio fiscal de 2017, y tres a 20 años (por mil 150 millones de pesos) para inversión pública productiva.

El saldo de la deuda contraída en este periodo se redujo a 2 mil 512 millones de pesos a mayo de 2018, debido a las amortizaciones hechas, precisó el funcionario.

No obstante, el endeudamiento directo representa 52% de los Ingresos de Libre Disposición (participaciones federales e ingresos locales) con los que cuenta la entidad, sin considerar los créditos por alrededor de 2 mil millones de pesos en los que el Estado es deudor solidario.

De contemplar ese rubro, en el que se ubican la Asociación Pública Privada (APP) y los empréstitos a las CESPT de Mexicali, Tijuana y Ensenada, usados para sanear las finanzas, refinanciar deuda y cubrir liquidez, el porcentaje se eleva al 73.6% de los Ingresos de Libre Disposición, tal como lo señala el Sistema de Alertas de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público.

Cabe señalar que en Registro Público Único de Financiamientos y Obligaciones de Entidades Federativas y Municipios Vigente, no aparecen las APP de las desalinizadoras de Rosarito y San Quintín, ni la del C5i avaladas en los dictámenes 94 y 95 en diciembre pasado, y por las que los bajacalifornianos tendrán que pagar alrededor de 85 mil millones de pesos.

Miguel Ángel Rodríguez Castro, Subsecretario de Planeación y Presupuesto informó que el gobierno estatal contrató 11 créditos de julio de 2017 a marzo de 2018.

Sobre ello, la Secretaría de Finanzas y Planeación informó que esos empréstitos, que significan un aumento en el endeudamiento solidario, se encuentran en proceso de inscripción en dicho registro.

De acuerdo con la semaforización de Hacienda, la deuda del Estado se encuentra en amarillo (endeudamiento en observación) desde el cuarto trimestre de 2017, cuando dos de los tres indicadores que analiza se ubicaron en amarillo.

El Indicador 2, que se refiere al servicio de la deuda y de obligaciones sobre los Ingresos de Libre Disposición, fue de 13.2%. Mientras que el Indicador 3 sobre las obligaciones a corto plazo y proveedores y contratistas sobre los ingresos totales, fue de 10.1%.

Meses después, y con base en datos proporcionados por el Estado, Hacienda mantuvo en amarillo el endeudamiento de Baja California. En este resultado publicado el 30 de mayo de 2018, se observa que los indicadores 2 y 3 continúan en amarillo.

En tanto, el Indicador 1, que se refiere a la deuda pública y obligaciones sobre los Ingresos de Libre Disposición, continuó en verde pese a que el porcentaje marcado aumentó de 71.2 a 73.6%, comparado con el trimestre anterior.

Al tener esta calificación, la administración estatal solo podrá endeudarse 5% de sus Ingresos de Libre Disposición en 2018.

Respecto a esta calificación, Rodríguez Castro primero comentó que el cambio de semaforización se debió a los créditos a corto plazo contratados al término de 2017, pero luego sostuvo que derivó de la cuenta pública de 2016. Asimismo, previó que el endeudamiento del Estado seguirá en amarillo para el ejercicio de 2019.

BC, EL OCTAVO ESTADO MÁS ENDEUDADO DE MÉXICO

En DataCoparmex (un análisis más estricto sobre la sostenibilidad de la deuda pública de las entidades), se advierte que la deuda per cápita de Baja California es de 4 mil 523 pesos, lo que significa que en razón al monto total cada habitante debe casi 5 mil pesos.

Así, al cuarto trimestre de 2017, el Estado se situó como la octava entidad más endeudada del país, por debajo de Nuevo León, Quintana Roo, Chihuahua, Coahuila, Sonora, Ciudad de México y Veracruz.

El adeudo per cápita es superior a la media nacional de 3 mil 675 pesos, refirió Nancy Sánchez, diputada federal por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), quien consideró “irresponsable” el que se siga endeudando al Estado, pues se sacrifica a las generaciones futuras, e “indignante” el que la deuda no se refleje en desarrollo económico.

“Somos de los estados que de manera más laxa ha obtenido deuda y el Congreso (local) lo ha avalado, y el órgano de fiscalización no observa nada”, lamentó.

En entrevista, expuso que con base en datos de Hacienda el monto contratado de los créditos del Estado supera los 19 mil millones de pesos y “representa casi un tercio del Presupuesto de Egresos de 2017”; por lo que el endeudamiento de Baja California se encuentra en amarillo en el Sistema de Alertas de la dependencia.

Al considerar que la deuda puede ser un instrumento necesario siempre y cuando se refleje en inversiones que permitan el desarrollo económico y el bienestar colectivo, la legisladora  priista señaló que la deuda del Estado sigue creciendo mientras la administración de Francisco Vega de Lamadrid es incapaz de aclarar los destinos de los recursos.

“Que nos digan dónde está el producto de la deuda (…), qué hicieron con los cerca de 6 mil millones de pesos de observaciones hechas por la Auditoría Superior de la Federación (ASF), donde más de 2 mil millones de pesos corresponden a 2016”.

OPACIDAD EN NUEVOS CRÉDITOS CONTRATADOS

Miguel Ángel Rodríguez Castro, subsecretario de Planeación y Presupuesto, afirmó que los ocho préstamos a corto plazo contratados recientemente por la administración estatal fueron para atender obligaciones del ejercicio fiscal de 2017, principalmente el pago de prestaciones a los trabajadores y a los jubilados.

“Se requieren recursos para el pago de nóminas, flujo con el que no se cuenta a finales de año por diversas razones, una que es muy importante es el que los fondos federales que regularmente se reciben, no se han desarrollado en los mismos niveles que en otros ejercicios, y como consecuencia, el recurso disponible en tesorería no es el suficiente”.

Sin embargo, datos de Hacienda indican que en 2017 las participaciones federales destinadas al Estado fueron de 22 mil 883.9 millones de pesos, cantidad mayor en 2 mil 982 millones de pesos a las de 2016.

A pregunta expresa de ZETA sobre si la contratación de nueva deuda implica una mala planeación, Rodríguez Castro negó que sea el caso: “No, lo que pasa es que hay variantes durante el año. El año pasado, a mediados, hubo una negociación con el magisterio derivado de la cual se firma una minuta donde se reconocen determinadas prestaciones y además se reconoce que se van a otorgar 700 jubilaciones adicionales”.

Para ello, dijo, se requiere contar con el recurso con el que se paguen las pensiones y otras prestaciones que derivan, como la prima de antigüedad, que es el finiquito.

Afirmó que esos conceptos no pudieron haber sido presupuestados porque no existían, “se llegó a un acuerdo con el magisterio para jubilar a las personas que están en espera,  entonces, para poder cumplir con esos requerimientos, se tuvo que recurrir a financiamientos a corto plazo”.

No obstante, el 3 de julio de 2017, cuando se dio a conocer dicho convenio entre el gobierno bajacaliforniano y los dirigentes del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), el propio Bladimiro Hernández Díaz, secretario de Planeación y Finanzas, informó que de los 2 mil millones de pesos del crédito aprobado por el Congreso para sanear al Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Gobierno y Municipios del Estado de Baja California (Issstecali) se utilizarían mil 150 millones para jubilar a 2 mil 200 profesores proyectados al término del sexenio.

Cantidad en la que ya se contemplaban las 700 jubilaciones que entonces se estaban anunciando, según versiones periodísticas.

Por otro lado, respecto al uso de los tres créditos a largo plazo que el gobierno adquirió de julio de 2017 a marzo de 2018 por mil 150 millones de pesos, Rodríguez Castro detalló que el crédito con Banamex, contratado por 350 millones de pesos en ese año, fue a una tasa de interés de 0.83 más Tasa de Interés Interbancaria de Equilibrio (TIIE).

Mientras que los adquiridos con BBVA Bancomer el 18 de diciembre de 2017, por 370 millones de pesos a 0.82% más TIIE y con interacciones por 430 millones de pesos a 1.25% más TIIE, se destinaron a proyectos de inversión pública productiva; es decir, obra pública.

Rocío López Gorosave, secretaria de la Comisión de Fiscalización de Hacienda y Gasto Público del Congreso del Estado, manifestó que estos empréstitos fueron autorizados y ratificados por el Poder Legislativo, mediante el Decreto 195 publicado el 31 de diciembre de 2014 y reformado por el Decreto 273, cuya publicación data del 29 de mayo de 2015.

Así como por el Artículo Decimoséptimo Transitorio de la Ley de Ingresos del Estado de Baja California para el ejercicio fiscal 2017, publicado el 31 de diciembre de 2016 en el Periódico Oficial del Estado.

Por lo que “no se advierte en estos momentos la inviabilidad financiera del Estado, sin embargo, el Ejecutivo debe de fortalecer sus sistemas de control del gasto y eficiencia administrativa”.

A lo que, según manifestó, el Poder Legislativo estará muy atento de que ocurra y “continuaremos analizando a conciencia -según nuestras facultades- los manejos financieros de la administración central, así como de las entidades paraestatales, diferentes ayuntamientos y sus perspectivas entidades paraestatales”.

INCREMENTO DE DEUDA, REFLEJO DE DEFICIENTE ADMINISTRACIÓN

Para dos especialistas consultados por ZETA, el nivel de endeudamiento del Estado refleja una deficiente administración, toda vez que se gasta más de los ingresos que se perciben.

Martín Cutberto Martínez, profesor e investigador de la Universidad Autónoma de Baja California (UABC), comentó que si bien los pasivos del Estado son altos y está estimado que crezcan a 80 mil millones de pesos hacia los siguientes 30 años, por proyectos como las desalinizadoras, el endeudamiento no supera el 2.5% del Producto Interno Bruto recomendado por las agencias calificadoras.

No obstante, consideró que el incremento de la deuda refleja problemas de planeación, debido a que probablemente no se estiman los plazos reales en los que se pueden hacer grandes obras, con lo que los costos se elevan al estar sujetos a la variación del dólar.

“En el último año el dólar se ha depreciado casi 10%, lo que tiene un efecto muy fuerte en las obras de infraestructura”, de modo que una manera de no desbordar el presupuesto anual es mediante créditos refaccionarios, que es fundamentalmente lo que Hacienda colocó en observación.

“Es un llamado de atención para que las fallas en la planeación de obras de infraestructura se subsanen, se corrijan y caigan dentro de la planeación financiera ordinaria normal y no se sigan tapando boquetes con créditos complementarios”, agregó el experto en administración pública.

Indicó que si bien es muy pesada la carga burocrática frente a la cambiante movilidad económica, lo cual produce desfases. “en por lo menos 15 años hemos tenido una relativa estabilidad económica que debiera motivar a que la planeación fuera mejor para que no se incrementen los costos sin control y se tenga que refinanciar con dinero adicional”.

José Luis de la Cruz Gallegos, director del Instituto para el Desarrollo Industrial y el Crecimiento Económico, AC (IDIC), manifestó que aun cuando adquirir nueva deuda para pagar la que se tiene es legal, se corre el riesgo de generar “una inercia de endeudamiento perenne, y cuando las tasas de interés van al alza, el peligro es que la nueva deuda tenga un mayor costo financiero”.

En tanto que los préstamos a corto plazo destinados a solventar contingencias, son mecanismos que se pueden utilizar cuando existe la seguridad de que se contará con los ingresos, pero si estos no llegan o lo hacen en menor cantidad, el endeudamiento aumentará.

“Además de que normalmente estos empréstitos tienen tasas de interés más altas que la de aquellos a mediano y largo plazo”, explicó.

Por lo anterior, la entidad deberá distraer una cantidad cada vez mayor de su presupuesto para cubrir dicho costo financiero.

En ese sentido, Rodríguez Castro reconoció que 2018 es un año complejo en materia financiera, debido a la volatilidad del tipo de cambio, la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte y el aumento de la TIIE del Banco de México, que generan fluctuaciones menos previsibles.

“Estamos trabajando con mucha vehemencia, precisamente para evitar que los costos financieros se extiendan o crezcan más de lo debido”, afirmó el funcionario, por lo cual se ha hecho un “esfuerzo titánico” para que no se deje de pagar a los proveedores.

Panorama que contrasta con lo expuesto por la legisladora federal Nancy Sánchez, quien advirtió, “hay proveedores que incluso no están siendo cubiertos por el Estado, y esto ya empieza a generar molestia”.
(SEMANARIO ZETA/ EDICIÓN IMPRESA / JULIETA ARAGÓN/ LUNES, 25 JUNIO, 2018 01:00 PM)

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