Hace
días se abrió una cápsula del tiempo correspondiente a la generación 2004-2005
que data del 16 de diciembre del 2004, que luego de permanecer depositadas por
la friolera de doce años vio la luz a raíz de que el Colegio Navarrete fundado
en 1959, el plantel particular en donde eran educados en sus aulas lo más granado
de la descendencia de la élite económica, política y social guaymense, es decir
“las buenas familias”, fue vendido por sus dueños a una universidad, lo cual
motivó destapar la caja de los recuerdos sepultados, ocultados o guardados por
los escolapios de aquellos años.
Los
“cremas”, le llamaba la prole porteña a los alumnos de la escuela privada por
excelencia que en los tradicionales desfiles y actos cívicos hacían gala de
presencia y despliegue de ser hijos de ricos.
“Riquillos”
o “hijos de papi”, eran los remoquetes con que se les identificaba también
entre la raza.
Aníbal
Ponce en su libro “Educación y lucha de clases”, hace una rigurosa y metódica
exposición del medio en que el hombre se educa e instruye, además habla de que
la estructura del medio social condiciona las formas de la educación y de la
adquisición de conocimientos.
De
ahí que al Navarrete, como se le conocía popularmente, Guaymas debe algo de su
proyección, como la que le dio el Tec de Monterrey a nivel nacional y también
bastantes de sus desgracias.
ESCUELA FORJADORA DE ALCALDES
Del
Colegio Navarrete, egresaron 58 generaciones, entre los que parió varios
alcaldes, cuya imagen no es la mejor entre los gobernados.
Dicha
institución educativa fue cuna formativa, por ejemplo, de Carlos “Bebo”
Zataraín, Antonio “Toño” Astiazarán y Otto Claussen Iberri, tres polémicos
exalcaldes, pues cada uno con su propio estilo gobernó el municipio en
diferentes épocas y circunstancias políticas y económicas.
Lorenzo
De Cima Dvorak, actual alcalde, también salió de los muros del Navarrete, al
igual que un sinnúmero de porteños, como el recordado escritor Darío Galaviz
Quezada.
El
Toñito Astiazarán, en dicho plantel inició su vocación de comerciante vendiendo
galletas Marías con leche La Lechera, semilla de lo que después sería su
notable carrera de burócrata y promotor del programa Energía Sonora, un esquema
clientelar que le sirve para proyectarse y como plataforma para llegar al
Senado, lo que se antoja difícil ante tanto tirador tricolor: Silvana Beltrones,
Miguel Pompa Corella, Ricardo Bours, Ricardo Mazón y los que se acumulen.
En
cambio el Bebo, pasó por su aulas, luego por la prepa del Tec y finalmente la
terminó en el Cbtis 40 de la Unidad Deportiva Julio Alfonso, centro donde
desarrolló el gusanito de la política participando en cuanto concurso de
oratoria había para risión del respetable.
EL CBTIS 40, NO HACE MALOS QUESOS
Del
Cbtis 40, una institución de educación media superior a la cual las cual las
clases populares tienen acceso y de la cual han egresado un gran número de
profesionistas, también son ex alumnos Bernardino Cruz Rivas, el Bebo Zataraín,
a donde fue a terminar en calidad de fósil y César Lizárraga Hernández.
Y
no es como para asustarse o pegar el grito en el cielo, pero estos exalcaldes a
su paso por la administración municipal han dejado una serie de interrogantes
que ponen en duda si gobernaron para el pueblo, para sí mismos, para beneficiar
a sus incondicionales o para sus padrinos.
EL ESPIRÍTU DEL CAPITALISMO: SOLO PARA
VIVOS
Hoy
que Guaymas está invadido desde algunos años para acá de escuelas particulares,
que ofrecen, en competencia con el sistema de educación pública, acceso
educativo en todos sus grados y niveles, desde kínder hasta estudios superiores
con una producción en serie de educandos que ni la revolución industrial, ni
las tortillerías “La Flor de Michoacán” fundadas por don Candelario Flores, “El
Charrasqueado”, no se refleja en cultura y compromiso social ese espíritu del
capitalismo, que atribuía Max Weber, al éxito de dicho sistema de producción,
para sacar adelante al municipio que luce abandonado a su suerte en algunos
sectores, en el desorden, la apatía, sumido en las grillas estériles,
enriquecimientos con causa de políticos y funcionarios, los gandallismos y
reconocidos focos de violencia, como el Banquetón de las Golondrinas o los
existentes en Guaymas Norte.
Siempre
se ha criticado que las clases acomodadas locales acostumbradas por derecho de
sangre a manejar a su antojo el municipio nunca le perdonaron al Florentino
López Tapia, un pescador de origen humilde y semianalfabeto llegara a levantar
un imperio cooperativista, impulsara la economía popular a niveles nunca
vistos, ni antes, ni después y asumiera altos cargos públicos.
PEDAGOGÍA PA´L OPRIMIDO
Y
si bien la crianza y la escuela, son dos factores que influyen en la etapa
formativa del individuo, ambos reconocidos así por los expertos desde antes de
que Aurelio Nuño, se sacara de la manga el modelo “aprender a aprender” y
Ernesto de Lucas Hopkins, “El Pato de Lucas”, titular de la SEC, se aventara la
mafufada de sortear a través de una tómbola cibernética a los docentes sujetos
a ser pasados por la guillotina de la evaluación educativa; motivo por el cual
resulta definitiva la filosofía y los valores inculcados a los menores y
jóvenes durante su estancia en los planteles educativos.
“Pedagogía
del oprimido”, es uno de los trabajos más reconocidos del educador brasileño
Paulo Freire y en su momento constituyó uno de los pilares de la llamada
pedagogía crítica.
Aunque
viejita, la obra, es clara en definir la capacidad de manipulación que ejercer
los dominadores y aprovechados sobre los oprimidos, una situación que en
Guaymas, es queja de todos los días y que una vez que empiecen las campañas
electorales, con sus falsas promesas, maniqueos discursos y vanos
ofrecimientos, volveremos a presenciar en todo su esplendor.
Cuestión
de esperar…
(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ LA VIÑA DEL
SEÑOR/ 19 JULIO 2017)
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