En este momento las encuestas dicen que
Morena está muy cerca del PRI, el cual ya lidera las preferencias electorales
para los próximos comicios por la gubernatura del Estado de México
Las últimas experiencias que
hemos tenido en el mundo con las encuestas y con las tendencias que han
marcado, no nos permiten al día de hoy ser optimistas.
Y es que, da lo mismo que
registren quién va a la cabeza considerando una diferencia técnica o que
muestren el seguimiento cuando la posición de un candidato empieza a ser
insalvable o absolutamente incontestable en la medida en la cual la diferencia
sea más notable, porque al final de la jornada siempre puede ocurrir un
desconcertante fenómeno al estilo Donald Trump.
En este momento las encuestas
dicen que Morena está muy cerca del PRI, el cual ya lidera las preferencias
electorales para los próximos comicios por la gubernatura del Estado de México.
En ese sentido, creo que
Morena debe tener mucho cuidado con la sensación que se está produciendo.
Por una parte, porque no es
la primera vez que López Obrador gana una elección que al final la acaba
perdiendo pese a las encuestas.
Y por otra, porque el
presupuesto que maneja el Edomex, que para este año supera los 260 mil millones
de pesos, con una burocracia tan compleja y un vínculo tan fuerte hacia la
estructura del poder, hay que llevar mucho cuidado con lo que se dice porque
hay miles y miles de personas que se están jugando su vida en el resultado
electoral.
Hay una encuesta que no es
precisa, que no tiene todavía la metodología necesaria para que se considere
confiable, sin embargo, funciona y ha funcionado muy bien, y es que es esa
encuesta la que llevó a un magnate irracional hasta la Presidencia de los
Estados Unidos de América.
Porque mientras las encuestas
tradicionales aseguraban que ganaría Hillary Clinton, las otras encuestas, las
emocionales, las que no tienen metodología, las de las redes sociales, decían
que podía ganar Donald Trump.
Ahora independientemente de
las encuestas tradicionales, los programas que están desarrollando las
candidaturas del Edomex demuestran que existe un fenómeno por lo menos de
ansiedad compulsiva para lograr el cambio.
Pero también es verdad que
con el tiempo que queda de aquí hasta la elección se pueden llegar a cometer
tantos errores por confiarse en los números que arrojan las encuestas, que al
final se puede perder después de haber ganado.
Ese es el riesgo de los
vencedores, pero en cuanto al riesgo de los perdedores ustedes se imaginan el
pánico que se ha de estar generando en este momento en los cuarteles generales
del partido que actualmente está en el poder y que nunca antes durante más de
80 años ha perdido esa elección en el Edomex.
Pero al final del día la
pregunta sigue siendo: ¿Y Los Pinos?
(REPORTE INDIGO/ ANTONIO NAVALÓN /Martes
18 de abril de 2017)
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