sábado, 12 de marzo de 2016

EL COMANDANTE QUE FUE ASESINADO POR SER GAY


Ciudad de México.- La muerte de Mahmud Ishtiwi tenía todos los elementos de una telenovela: sexo, tortura y malversación de fondos en la institución más venerada y reservada de Gaza, el ala armada de Hamas.

Ishtiwi, de 34 años, era comandante, provenía de una famosa familia de leales a Hamas que, quien, durante la guerra del 2014 con Israel, fue responsable de mil combatientes y de una red de túneles para atacar. En febrero, sus antiguos camaradas lo ejecutaron con tres balas en el pecho.

Para añadir otra capa de escándalo a la historia, lo acusaron de infamia moral, con lo cual Hamas se refería a homosexualidad. Y hubo rumores de que él se había grabado la palabra “zulum” (injuriado) en el cuerpo, en una especie de último testamento.

Su muerte se ha vuelto la comidilla del pueblo en los distritos conservadores de Gaza, el territorio palestino costero, de la que se habla interminablemente en las salas de las casas, en los retenes y en los taxis. Sin embargo, para los astutos observadores gazatíes, se trataba de algo más sustancial que una telenovela.

Ishtiwi, a quien sobreviven dos esposas y tres hijos, no fue el primer elemento del ala armada de Hamas, las Brigadas Izedine al Qasam, al que mataron sus propios compañeros. Lo que no tenía precedente es la forma en la que sus familiares hablaron abiertamente sobre ello.

A la familia se la consideraba de la realeza de Hamas por haber dado refugio a dirigentes a los que buscaba Israel, incluido Mohamed Deif, el comandante en jefe de Qasam, al que idolatraban los palestinos. Incluso, la madre de Ishtiwi le mandó a Deif, quien perdió un ojo y extremidades, pero ha sobrevivido a repetidos intentos de asesinato perpetrados por Israel, un emotivo mensaje en video, en el que le suplica que libere a su hijo.

Ibrahim al Madhun, un escritor cercano a Hamas, la organización islamista que controla a Gaza, dijo que la situación resaltó los cambios desde que se eligió a Yehya Sinwar en el 2012 para representar a Qasam en el ala política de Hamas, un papel equivalente al de ministro de la defensa. Las acciones de Sinwar, dijo, mostraron que ni las figuras de alta jerarquía son sacrosantas.

“Es más duro que otros dirigentes; quiere que su ejército sea puro”, dijo Al Madhun en una entrevista. “Quienes están en Qasam son la gente más importante de Gaza. Hay una necesidad, dicen, de mostrar que estas personas no son intocables”.

Qasam emitió una declaración el 7 de febrero, en la que anuncia la ejecución de Ishtiwi, pero el portavoz, y los de Hamas en su conjunto, se han negado a hacer comentarios desde entonces. Un alto funcionarios de Hamas, no obstante, confirmó algunos hechos, así como las líneas generales del caso, a condición de que no se lo identificara porque dijo que no quería que se percibiría que se estaba inmiscuyendo en un asunto considerado vergonzoso para el movimiento de Hamas y trágico para la familia.

Human Rights Watch investigó la muerte; el organismo y un socorrista internacional, que siguieron atentamente el caso, han compartido los detalles. También se entrevistó a la madre de Ishtiwi y 11 de sus hermanos para este artículo, junto con dos activistas por los derechos humanos que viven en Gaza y siguieron partes de la historia.

Ishtiwi tenía 19 años cuando se unió a Qasam, siguiendo a tres de sus cinco hermanos que habían ingresado en la fuerza. Uno, Ahmad, murió en el ataque israelí del 2003.

Ishtiwi llegó a ser comandante en Zeitun, su propio barrio arenoso en la Ciudad de Gaza. Durante la guerra del 2014, las bombas israelíes aplastaron el edificio de departamentos de su familia y la casa de su segunda esposa.

Fue cinco meses después de que se apagó esa letal batalla, el 21 de enero del 2015, que llamaron a Ishtiwi a un interrogatorio que llevaron a cabo funcionarios de inteligencia militar de Qasam. Oficiales que realizaron una especie de investigación después de la acción al terminar la guerra porque sospechaban que él había desviado dinero para armamento que le habían asignado a su unidad. “¿Tienes dinero?”, le preguntaron, según familiares. “¿Cómo lo gastas?”.

Admitió que se había quedado con dinero que era para las brigadas y, por tanto, dijo su hermana Buthaina, de 27 años, “empezó la telenovela de la tortura”.
El funcionario de Hamas dijo que la confesión rápida de Ishtiwi había provocado sospechas de que ocultaba algo más grande.

Se inició una investigación de emboscada en la que se metió a los soldados de Ishtiwi. Funcionarios de Qasam encontraron a un hombre que dijo que había tenido sexo con Ishtiwi, y proporcionó fechas y ubicaciones. Ellos concluyeron que el dinero faltante se había usado para pagar por sexo o para mantener callado al hombre. Si los funcionarios de inteligencia israelí sabían que Ishtiwi era gay, conjeturaron los de Hamas, quizá él les había dado información a cambio de guardar el secreto que, si se descubría, lo habría convertido en un paria en su sociedad.

Surgieron rumores de que Ishtiwi les había dado a las fuerzas israelíes las coordenadas para el intento de asesinato contra Deif del 20 de agosto del 2014, en el que murió una de las esposas y el pequeño hijo del escurridizo hombre. Sin embargo, nunca surgió ninguna prueba de que Ishtiwi lo había hecho.

El 15 de febrero del 2015, dos de sus hermanos lo visitaron en una base de Qasam.

“¡Mahmud oímos las cosas que están diciendo sobre ti! ¿Son ciertas?”, su hermana Samia, ahora con 39 años, recordó que le preguntó. Ishtiwi movió la cabeza de arriba abajo.

Suspicaz, Samia se volteó hacia los dos guardias que lo flanqueaban. “¿Está diciendo que sí porque lo golpearon?”, recordó que les preguntó. “Ellos dijeron: ‘Confesó sin que siquiera le diéramos una bofetada’”.

Sin embargo, en ese momento, vio que su hermano levantaba la mano revelando la palabra “zulum” escrita con bolígrafo tres veces en la palma de la mano. No tenía una fotografía para probarlo.

Para el 7 de junio, cuando Samia visitó a su hermano en una base de Qasam cerca del mercado de coches usados en la Ciudad de Gaza, Ishtiwi “se veía destruido”, recordó.

“Le pregunté: ‘¿Por qué estás llorando, hermano?’”, contó. “Y él dijo: ‘Me han calumniado, calumniado’”.

Familiares dijeron que Ishtiwi les había dicho que lo habían suspendido de un techo por horas y horas, durante días seguidos. Lo azotaron y los guardias tocaron música a todo volumen en su celda por lo que no pudo dormir.

Samia contó que se levantó el pantalón para mostrarle que se había grabado la palabra “zulum” en la piel de la pierna con una uña, como un mensaje en caso de que lo mataran. Esto no se pudo confirmar.

El 10 de agosto fue la última vez que la familia vio a Ishtiwi.

Después, su madre envió el emotivo video de ocho minutos de duración a Deif, el jefe de Qasam, en el que le suplica que salve la vida de Ishtiwi. Le recordó que ella le dio refugio a un gran riesgo personal. Le rogó: “¡Libere a mi hijo!”.

La familia de Ishtiwi siguió presionando a funcionarios para conseguir la liberación. La última de esas reuniones, con un alto predicador de Hamas y otros dos hombres en la casa que la familia renta en Zeitun, duró hasta las 2 a.m. del 7 de febrero.

Fue más tarde, ese mismo día, que mataron a Ishtiwi, después de las oraciones de la tarde.


(ZOCALO/ AGENCIAS/ 12/03/2016 - 11:36 AM)

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