
Cabo San Lucas, Baja
California Sur.- Cuando cuatro agentes de investigación vestidos de civil
rodearon a Melissa Margarita Calderón Ojeda “La China” en la sala de espera del
aeródromo de este destino turístico, la tarde del 19 de septiembre, la asesina
a sueldo solo iba acompañada de una prostituta embarazada, de 17 años, y no
llevaba escoltas ni armas.
Los agentes indicaron tener
una orden de aprehensión en su contra, Calderón Ojeda no opuso resistencia
física ni verbal, caminó tranquilamente hacia la salida, acompañada por los
elementos de investigación de la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE).
Finalmente, después de un año
de actividad delictiva, tras haber escapado de 6 operativos de captura en La
Paz, “La China” cayó.
Autora de levantones,
torturas y asesinatos en la guerra por e la plaza del narcomenudeo de La Paz, a
la presunta delincuente ya le seguían los pasos.
El operativo para detenerla
inició la tarde del 2 de septiembre, cuando fueron capturados en medio de una
persecución y balacera tres sicarios bajo su mando criminal en el
fraccionamiento Las Américas en La Paz.
Al ser detenidos los matones
ofrecieron el número celular de la jefa criminal, una vez que los agentes de
investigación ubicaron sus pasos y dieron seguimiento a todos sus movimientos,
controlaron la información y ejecutaron el plan de captura.
La revelación del trabajo de
inteligencia y el operativo detallado fueron obtenidos por ZETA de parte de
miembros del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública de Baja California Sur.
La jefa de sicarios de las
fuerzas especiales de Los Dámaso fue detenida por agentes de investigación que
en alrededor de 6 ocasiones anteriores habían fracasado por la filtración de
información de agentes corruptos incrustados en la policía municipal de La Paz,
Policía Estatal Preventiva y Policía Ministerial del Estado.
El más sanguinario de los
sicarios, quien aún está pendiente de ser capturado, es Raúl Castillo de la
Rosa “El Cochi”, cabecilla de la célula de “Los Mataniños”.
El 17 de septiembre miembros
del Ejército Mexicano, la tuvieron frente a frente, y no la reconocieron,
cuando pasó a un lado de ellos por el arco de revisión en el aeródromo y
pretendió abordar sin éxito un vuelo de Cabo San Lucas a Mazatlán, Sinaloa, vía
Aeroguerrero.
Ese día “La China”, quien
portaba una identificación oficial del Instituto Nacional de Elecciones (INE) a
nombre de Mía Renata Siqueyros Barrenechea, llegó retrasada a su vuelo, por lo
que abordó un taxi del aeropuerto, y se regresó a su última morada: la
habitación número 36 del hotel Carolina, localizado enfrente de la dirección de
Seguridad Pública, Policía Preventiva y Tránsito Municipal de Los Cabos en San
José del Cabo, a cargo de Guillermo Marrón Rosas.
EL OPERATIVO
La jefa de sicarios, Melissa
Margarita Calderón Ojeda “La China”, salió de su dominio y la ubicaron a los 17
días. Desde su ingreso a las fuerzas especiales de Los Dámaso, la homicida de
30 años rápidamente se convirtió en la mujer más poderosa dentro de una
organización criminal en México.
Según admitió en sus primeras
declaraciones en La Paz “prácticamente tenía comprada a toda la estructura de
la policía, desde agentes hasta comandantes y mandos”, lo que permitió que se
convirtiera en una criminal escurridiza.
Los agentes de investigación
de la PGJE supieron de su paradero cuando fueron detenidos:
1.- Hugo Omar Soto Durán “El Oso”, de 34 años,
originario de Sinaloa de Leyva.
2.- Jesús Armando Salazar Velázquez “El Gasparín” o
“El Espartano”, de 19, oriundo de El Dorado, Sinaloa.
3.- Francisco Javier Mendoza Pérez “El Chivo” o “El
Tontín”, de 30, nativo de Culiacán, Sinaloa.
Ese día, los cómplices de la
jefa criminal fueron arrestados después de haber sido abandonados a su suerte,
cuando en medio de una persecución y balacera –tras haber ejecutado a un narcomenudista
de 46 años en la calle de Colima y Forjadores–, el automóvil Toyota color gris
de Melissa Calderón, recibió 6 impactos de bala y huyó.
os sicarios de “La China”,
desconociendo la ciudad, se refugiaron en una casa de seguridad en las calles
de Alga Marina y Opalina en el fraccionamiento Las Américas, mientras la
criminal –según confesó– recogió sus cosas en otra casa de seguridad en las
calles de Bahía Concepción y Bahía de Los Muertos en la colonia Fovissste y
huyó de La Paz.
La sicaria admitió que ese
día se sintió perdida, por lo que dejó el carro en el que viajaba afuera del
domicilio y se fue caminando alrededor de tres cuadras hasta llegar a la
terminal camionera de la colonia 8 de octubre donde compró un boleto, se subió a
un camión y se fue a San José del Cabo, con pleno conocimiento de que no corría
peligro de ser detenida, porque –según dijo– “los camiones no eran revisados en
los retenes o filtros en la colonia Calafia y mucho menos en Santa Anita”.
Los tres sicarios se quejaron
amargamente de “La China”, argumentando que habían sido “traídos con engaños”
desde Sinaloa, porque les habían prometido un sueldo de 7 mil pesos quincenales
y ni siquiera recibían pago alguno, por lo que sin necesidad de presionarlos,
ofrecieron información valiosa como su número de celular y la localización de
todas las casas de seguridad de la jefa criminal en La Paz.
Los agentes de investigación
de la PGJE confirmaron el paradero de la matona, cuando obtuvieron una sabana
de su teléfono y descubrieron que había huido de La Paz a San José del Cabo.
El celular de la criminal
–según el registro de llamadas– había sido usado por última vez entre las 4 y 5
de la tarde de ese día en la ciudad de San José del Cabo, y posteriormente, fue
apagado.
En los siguientes días, los agentes de investigación comenzaron a
rastrear sus movimientos cada vez que recibía o realizaba llamadas telefónicas
o enviaba mensajes de texto o WhatsApp, por lo que observaron que no se movía
de San José del Cabo. “La China” estaba escondida y evidentemente protegida por
el jefe de la plaza del narcomenudeo en Los Cabos, Javier López Rivera o Javier
Guadalupe Acosta “El Javier” o “El Cangre”.
Aunque la antena de telefonía
celular, no emitía un punto exacto de su ubicación, el historial sí arrojaba
datos de la zona por donde se estaba desplazando, y las colonias y lugares que
frecuentaba.
La información sobre su
paradero se manejó en secreto. Los agentes encargados de la investigación
trazaron un mapa de búsqueda y detención de “La China”, coordinando de manera
discreta dos grupos tácticos, uno en San José del Cabo, y otro, en Cabo San
Lucas.
Ni el gobernador ni el
alcalde de Los Cabos fueron informados de manera oficial del operativo.
La primera información
fidedigna sobre el paradero físico de la jefa criminal, llegó a sus manos la
madrugada del 18 de septiembre, cuando –después de 16 días de búsqueda– fue
confirmado el intento de levantón de la homicida Melissa Calderón por un
comando armado en el hotel Carolina de San José del Cabo.
Investigaciones oficiales
indican que sicarios del Grupo Ántrax y rivales de “La China” “ya la habían
ubicado”, cuando un narcomenudista le vendió cristal, logró reconocerla y
entonces la puso.
Después de revisar las
cámaras de seguridad del hotel y de una tienda de conveniencia Oxxo los agentes
de investigación observaron que el 17 de septiembre, alrededor de las 2 de la
tarde, llegó a su habitación un sujeto, tocó la puerta, le entregó algo a la
matona, le pagó y se retiró. En la revisión física de la habitación, los
agentes encontraron residuos de droga conocida como cristal y un foco.
Indagando más a profundidad
desde el arribo de “La China”, los agentes de investigación, confirmaron su
llegada a ese hotel el 17 de septiembre, cuando observaron a la jefa criminal
bajar de un taxi del aeropuerto y pedir una habitación en la recepción.
La asesina pagó y entró a la
habitación número 36, más tarde, llegó el vendedor de droga.
A las cuatro horas, la jefa
de sicarios abandonó el hotel, aproximadamente a las 6 de la tarde.
Sin embargo, de acuerdo a la
videograbación, un comando armado llegó al hotel alrededor de las 2 de la
madrugada del 18 de septiembre y entró a la habitación número 36. Los 6
hombres, presuntos sicarios del Grupo Ántrax ya no encontraron a nadie.
Durante la revisión de los
videos de las grabaciones de las cámaras de seguridad, los agentes de
investigación, confirmaron la identidad de “La China”, por lo que de inmediato,
obtuvieron su fotografía con sus rasgos físicos y su actual identidad. Entonces
hicieron una revisión de la lista de pasajeros en el aeropuerto internacional
de San José del Cabo y el aeródromo de Cabo San Lucas.
Después de interrogar a un
más de 10 empleados y responsables de la venta de boletos de algunas aerolíneas
nacionales, lograron obtener información de que “La China” había intentado
salir el 17 de septiembre del aeródromo de Cabo San Lucas con rumbo a Mazatlán.
Sin embargo, no pudo abordar el avión de 13 plazas de la línea Aeroguerrero.
Entonces salió nuevamente del aeródromo y pidió un taxi, el cual la llevó hasta
el hotel Carolina en San José del Cabo.
Al revisar la información,
los agentes de la PGJE descubrieron que “La China”, pretendía escapar con una
identidad falsa a nombre de Mía Renata Siqueyros Berrenechea, de 33 años y
originaria de México, Distrito Federal, la cual –según la copia de una
credencial del INE encontrada en un cateo en una de sus casas de seguridad en
La Paz– “había obtenido de una mujer originaria de Reynosa, Tamaulipas y cuyo
nombre real es Renata Castro Berrenechea”.
Luego de recolectar esas
evidencias, los agentes rediseñaron el plan de captura.
Los responsables del plan de
detención sabían de antemano que era solo cuestión de horas para que fuera
detenida. Así enviaron a un solo agente de investigación al aeródromo de Cabo
San Lucas y otro al aeropuerto de San José del Cabo, también asignaron un
agente en cada uno de los aeródromos y aeropuertos de La Paz, Los Barriles,
Ciudad Constitución, Loreto y Guerrero Negro, al igual que en la terminal
marítima de Pichilingue y Santa Rosalía.
Los policías integrantes del
grupo élite de la PGJE fueron vestidos de civiles sin chalecos ni armas largas,
solo una pistola fajada en la espalda y un teléfono celular.
Los oficiales ya tenían
actualizados los datos del color de cabello, tipo de peinado y hasta el dije de
la “santa muerte” y “el Cristo” que la sicaria traía colgado en el cuello. A
eso de la 1:10 de la tarde del 19 de septiembre, el agente asignado en el
aeródromo de Cabo San Lucas, la vio entrar a la sala de espera. “Cayó La
Paloma”, transcribió en su mensaje, casi de inmediato, llegaron tres elementos
más y procedieron a detenerla.
LAS DELACIONES
Después de ser detenida, la
jefa criminal fue trasladada en un operativo muy discreto de la PGJE. Ya en los
separos, la PGJE solicitó el apoyo del Ejército Mexicano y de la Secretaría de
Marina para resguardar las instalaciones, y preparar el operativo de traslado
de Cabo San Lucas a La Paz, vía terrestre, donde participó un convoy de 16
unidades vehiculares con oficiales fuertemente armados.
Un agente de investigación
que participó en el traslado de Cabo San Lucas a La Paz indicó que el semblante
de la detenida denotaba agotamiento y arrepentimiento, tanto que rompió en
llanto, y textualmente reconoció que “ya estaba asqueada”.
Durante el trayecto, Melissa
Margarita Calderón Ojeda dijo que planeaba huir a Mazatlán, porque después de
la captura de sus últimos tres sicarios su célula había quedado desarticulada y
corría el riesgo de ser asesinada por el bando contrario, incluso hizo
referencia al frustrado levantón del hotel Carolina en San José del Cabo.
La jefa criminal admitió ser
la autora de la colocación de narcomantas en el puente de la 8 de octubre y de
mandar pintar bardas, incluso manejar algunas cuentas ficticias en Facebook y
exponer los nombres de sus rivales y lanzar amenazas contra reporteros.
En el interrogatorio, “La
China”, admitió que después de la captura de Abel Nahúm Quintero Manjarrez “El
Grande”, y de Adrián Medina Velázquez “El 5” o “El Moreno” ella había asumido
el mando criminal del brazo armado de las fuerzas especiales de Los Dámaso,
dado a que Raúl Castillo de la Rosa “El Cochi”, se había refugiado en Sinaloa,
tras haber sido señalado de haber matado niños, mujeres y personas inocentes en
una serie de ataques armados.
La matona explicó que recibía
órdenes directas vía mensajes o por llamadas telefónicas de tres mandos de la
organización criminal del capo Dámaso López Serrano “El Mini Lic”, dos de los
cuales identificado como “El Oso” y “Papa Pitufo”.
La sicaria reconoció que a
raíz de la ejecución de Ranulfo Portillo López “La Muñeca”, el 29 de agosto en
Culiacán, Los Dámaso andaban en la deriva en La Paz y Los Cabos porque él era
quien “proveía armamento y sicarios en la guerra por el control de la plaza del
narcomenudeo, los cuales eran enviados desde Las Arenitas, Sinaloa”. “Siento
que perdimos la guerra”, comentó, lo que la llevó a solicitar el auxilio de sus
superiores, quienes le depositaron dinero para protegerla y salir del estado,
en virtud de que sabía todo lo que había sucedido desde el inicio de la guerra
por el control del narcomenudeo en La Paz.
La sicaria habló de los
pleitos internos dentro de las fuerzas especiales de Los Dámaso, lo que la
llevó a poner a “El Grande”, en un arranque de coraje y molestia y a “El
Moreno”, cuando “me ordenó matar a mi novio Pedro Héctor Gómez Camarena El
Chino, porque según el, nos estaba traicionando, y entonces, yo y él, estábamos
planeando asesinar al que era el contador de la organización, cuando le
pusieron el dedo a mi novio, y lo detuvieron en el fraccionamiento Bellavista
de La Paz”.
Aunque no trascendió, la
matona habló de sus redes criminales y de sus vínculos con policías,
comandantes y mandos corruptos, algunos de los cuales –dijo– “les pagaba con
sexo, droga o les ponía prostitutas, cuando no tenía dinero”, lo que al final
de cuentas le permitió huir de 6 operativos de captura.
Después de rendir su
declaración oficial, previamente a ser internada en el Cereso de La Paz,
Melissa Calderón, solicitó un momento para fumarse un cigarrillo, tiempo en el
cual estuvo pensativa y con la mirada perdida. “Estaré más segura adentro”,
dijo a los agentes y pidió ser llevada al penal.
LOS CRÍMENES
La captura de la jefa de
sicarios de las Fuerzas Especiales de Los Dámaso, Melissa Margarita Calderón
Ojeda “La China” es el primer golpe contundente de la administración del
gobernador de Baja California Sur, Carlos Mendoza Davis, en materia de
seguridad.
La detención es un logró
relevante por tratarse de un personaje ampliamente conocido, y uno de los
principales responsables de la ola de violencia en la ciudad que –al cierre de
esta edición– había dejado un saldo de 187 muertos, 19 de los cuales van en las
primeras dos semanas del nuevo gobierno.
El arresto de “La China”,
lleva implícito el mensaje de la nueva administración de que no habrá impunidad
para ningún criminal, y quien la haga, tendrá que pagarla.
Un integrante del Grupo de
Coordinación de Seguridad Pública de Baja California Sur, adelantó a ZETA que
“los mandos en seguridad pública, prácticamente están sujeto a la evaluación de
los resultados, y quienes, no tengan frutos a la brevedad posible, habrá de ser
relevado en su cargo, porque la mayoría de los cuerpos de seguridad, no
implementan operativos en las colonias y tampoco hacen trabajo de prevención en
las colonias donde están prendidos los focos rojos”, tal es el caso de El
Centenario, Chametla, Agua Escondida, Calandrio, Mezquitito, Tabachines,
Indeco, El Progreso, La Pasión, Santa Fe, y Diana Laura, entre otras.
De hecho, según el miembro
del grupo interinstitucional, los nombramientos de comisarios de la policía
municipal, en esta ocasión, deberán tener el visto bueno del gobierno del
estado, y quien está prácticamente vetando a jefes policiacos cuestionados y de
dudosa reputación.
A pesar de estar señalada en
alrededor de 20 expedientes oficiales, “La China” –según datos recabados por
este semanario– tenía una orden de aprehensión librada por el Juzgado Primero
de Primera Instancia del Ramo Penal por el delito de homicidio calificado con
alevosía en grado de complicidad en agravio del señor Humberto Juárez León “Don
Maleno”, asesinado el 16 de enero dentro de su vivienda en la calle de Bernardo
Maldonado entre Luis Barajas y Enrique Von Borstel en la colonia Revolución de
La Paz.
La víctima de 54 años fue
asesinado por órdenes de “La China”, cuando sicarios bajo su mando –entre ellos
su ex pareja Eduardo Martín Alvarado “El Kumi”– lo confundieron con su hijo
José Humberto Juárez Mora “El Pollón”, y lo acribillaron a mansalva dentro de
la recámara de su vivienda.
La jefe criminal había
recibido órdenes de matar a “El Pollón”, y sus hermanos, José Carlos “El Pala”
y Jonathan Omar “El John”, por una pugna interna que había estallado entre “Los
28” y “Los Pepillos”, células criminales del capo Dámaso López Serrano “El Mini
Lic” en La Paz.
El 24 de septiembre –tras
negarse a rendir su declaración en la rejilla de prácticas, en virtud de que
estaba en espera de un abogado de Sinaloa– el Juez Primero de Primera Instancia
del Ramo Penal, dictó el auto de formal prisión en contra de “La China”, por lo
que enfrentará el proceso internada y sin derecho a fianza.
La PGJE prepara la
consignación de cuando menos unos 20 expedientes, entre ellos los siguientes.
1.- Jesús Abraham Sánchez Martínez, asesinado el 26 de
diciembre de 2014 en la calle Juan de Dios Angulo a un costado del libramiento
Daniel Roldán Zimbrón en la colonia Civilizadores de La Paz.
2.- Anacleto Sáenz Alarcón “El Cleto”, ejecutado el 10
de enero pasado sobre el libramiento Daniel Roldán Zimbrón entre avenida Las
Garzas y carretera al norte de La Paz.
3.- Juan Carlos Avilés Bareño “El Juanillo”,
levantado, torturado y destazado el 13 de enero pasado y sus restos esparcidos
en las colonias Lázaro Cárdenas, Los Cácaros y Santa Fe de La Paz. En este
caso, también está implicado Raúl Castillo de la Rosa “El Cochi”, de la célula
de “Los Mataniños”.
4.- Gonzalo Fibres Valenzuela, asesinado el 14 de
enero pasado frente al Casino Central, localizado en boulevard Luis Donaldo
Colosio entre avenida Forjadores y calle La Paz en el fraccionamiento
Bellavista de La Paz.
5.- Martín Guadalupe Cota Castro, ejecutado el 11 de
febrero pasado en las calles de Santa Lourdes entre Santa Lucía y Santa Ana en
la colonia Santa María de La Paz.
6.- La
privación ilegal de la libertad y homicidio con grado de tentativa de los
capitanes de barco, Marco Antonio Espinoza y Cesar Darío Liera Villacencio, y
quienes el 11 de febrero fueron levantados, cuando descansaba en sus
habitaciones 114 y 116 en el hotel La Purísima, localizado en la calle 16 de
septiembre entre Aquiles Serdán y Revolución en la colonia Centro de La Paz. En
este delito, aparecen involucrados dos agentes y un comandante de la Policía
Municipal de La Paz, cuya investigación está a cargo de la Unidad Especializada
en Delitos contra la Salud de la Subprocuraduría Especializada en Investigación
de Delincuencia Organizada.
7.- Jesús Alfredo Ávila Espíndola “El Toro”, asesinado
el 3 de abril pasado en las calles de Ocampo entre Yucatán y Chiapas en la
colonia Guerrero de La Paz.
8.- Fernando Antonio Alvarado, asesinado el 5 de abril
pasado en el arroyo El Cajoncito por camino vecinal a Los Arenales de La Paz.
9.- Luis Israel Saldahir Torres Inzunza, ejecutado el
7 de mayo pasado en avenida Luis Donaldo Colosio y Forjadores en
fraccionamiento Bellavista de La Paz.
10.- Martín Alonso Alamea Fauto, asesinado el 12 de
mayo pasado, y cuyo cuerpo fue destazado y esparcido en dos direcciones de la
colonia Los Olivos de La Paz.
11.- Everardo Silvano Monroy Aparicio “El Poblano”,
ejecutado el 16 de mayo pasado en la calle Querétaro y Chiapas en la colonia
Emiliano Zapata de La Paz.
12.- Víctor Manuel Alvarado “El Negro”, asesinado el
21 de mayo en el estacionamiento del Casino Fortune, localizado en avenida
Forjadores en el fraccionamiento Bellavista.
13.- Juan Manuel Amezcua Lara “El Chilango”, y su
esposa Nayla Daniela Plascencia Rodríguez, ejecutados el 31 de agosto pasado en
avenida Padre Kino y Bravo en la colonia Los Olivos de La Paz.
14.- Un narcomenudista de 46 años y originario de
Guadalajara, Jalisco, asesinado el 2 de septiembre en la calle Colima y avenida
Forjadores en la colonia Bellavista de La Paz.
Independientemente de estos
15 crímenes, la jefa de sicarios de las fuerzas especiales de Los Dámaso,
Melissa Margarita Calderón Ojeda “La China”, se declaró confesa de 5 asesinatos
más, y cuyas víctimas fueron enterradas en fosas clandestinas en la comunidad
de El Comitán al norte de la ciudad de La Paz. Son los siguientes:
1.- Rogelio Franco Carrasco “El Tyson”, asesinado por
un desacuerdo con “La China”.
2.- Una prostituta de nombre Martha, ex pareja de un
sicario a su servicio y amigo de su novio, identificado como Sergio Núñez
Beltrán “El Scar”, y la cual fue asesinada porque planeaba abandonar la
organización criminal.
3.- Una mujer de nombre Lourdes, y de apodo Lulú, y la
cual era pareja sentimental de un narcomenudista de nombre David Adiel Garza
Gavarain “El Tocho”, y quien le había volteado bandera a la jefa criminal.
4.- Una pareja –hombre y mujer– por la venta de una
camioneta beige, línea Windstar y marca Ford, y quienes fueron asesinados
porque pretendieron subir el precio de la unidad que previamente habían pactado
vía telefónica.
De haber elementos
suficientes en todos estos crímenes, Melissa Calderón “La China” –según un
integrante del Grupo de Coordinación de Seguridad Pública de Baja California
Sur– podría alcanzar una condena de más de 150 años de prisión,
independientemente de que pudiera ser reclamada por la SEIDO.
(SEMANARIO ZETA/ REPORTAJEZ/
INVESTIGACIONES ZETA / FOTOS. CORTESÍA/
28 DE SEPTIEMBRE DEL 2015 A LAS 14:01:00)
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