Los
operativos encubiertos de los marinos en Culiacán
Personal
de la Secretaría de Marina patrulla la ciudad en vehículos particulares, sin
uniforme y participa en operativos de inteligencia contra el narcomenudeo y de
revisión de personas y autos en la vía pública, informaron fuentes
extraoficiales.
Uno
de estos grupos de marinos habría participado en el enfrentamiento a balazos
por el bulevar Zapata, en el fraccionamiento Lomas del Bulevar, durante la
tarde del pasado jueves 10 de septiembre.
Y
fueron ellos, los de la Secretaría de Marina Armada de México (Semar) quienes
detuvieron a tres hombres que presuntamente participaron en la refriega y que
estaban siendo atendidos de heridas de bala en la Clínica de Rehabilitación y
Especializadas, ubicada por la carretera Sanalona, en la colonia Las Vegas.
Los
marinos, esa vez con uniforme y en patrullas oficiales, revisaron las clínicas
Santa María, donde cerraron las calles Francisco Villa y Escobedo, —en la zona
conocida como el Mercadito—, y la Clínica de Rehabilitación, donde finalmente
encontraron a los tres jóvenes que presuntamente participaron en la refriega de
Lomas del Bulevar.
El
saldo del enfrentamiento fue de una mujer muerta, identificada como Sonia
Rendón, y lesionado su esposo, Ricardo Castillo Jackes, quienes viajaban en un
camión de transporte urbano.
Los
detenidos fueron identificados como Luis Antonio Mascareño Cruz, Luis Armando
Valenzuela Ramos, y José Eduardo Zavala Sierra, quienes viajaban en una
camioneta Cherokee 2005, color gris.
¿QUIÉN LOS DETUVO?
Días
después, el 13 de septiembre, el procurador General de Justicia del Estado,
Marco Antonio Higuera Gómez, informó que fueron agentes de la Policía
Ministerial quienes aprehendieron a los tres supuestos homicidas, a quienes
inicialmente se les retuvo en calidad de víctimas del delito, ya que habían
sido lesionados, pero luego de las indagatorias y de comprobarse que habían
participado en el enfrentamiento, se les calificó como probables homicidas.
Así
se estableció en el expediente 228/2015, consignado ante el Juzgado Sexto
Penal, que otorgó cuatro órdenes de aprehensión, tres de las cuales fueron
ejecutadas; los tres aprehendidos iban en la camioneta Cherokee y el otro, que
está prófugo, en un vehículo tipo Frontier, al parecer blindado.
Los
consignados fueron acusados de homicidio doloso y lesiones dolosas agravadas,
ya que fueron delitos cometidos en un lugar público y concurrido. Los heridos,
en medio de la refriega, chocaron con un vehículo Dodge tipo Neón, luego
despojaron un taxi, después otro automóvil y al final robaron una camioneta
Akura negra, que dejaron abandonada en calles del fraccionamiento Colinas de
San Miguel. En total, según el reporte de las agencias del Ministerio Público
especializada en feminicidios y homicidios de mujeres, en total fueron
encontrados 123 casquillos en los vehículos en que viajaban los que
participaron en el enfrentamiento, y sobre el asfalto del bulevar Zapata, de
calibres .223, 9 milímetros y 7.62, para fusil AK-47.
Pero
fueron los elementos de la Secretaría de Marina, no los policías ministeriales,
quienes dieron con los presuntos homicidas, en la Clínica de Rehabilitación,
cuyo personal —no se especificó cuántos ni quiénes, pero son médicos, de
trabajo social y administrativos— es investigado por el Ministerio Público, por
no haber avisado que entre los pacientes estaban atendiendo a tres heridos de
bala.
Posteriormente
los entregaron a la corporación local para que éstos los pusieran a disposición
del Ministerio Público.
Fuentes
extraoficiales señalaron que los marinos les cerraron el paso a los civiles que
iban en la camioneta Cherokee y que éstos, al ver que se trataba de hombres
armados, les dispararon, iniciándose la refriega. Enterados que había heridos
de bala, personal de la Semar, en patrullas y con uniforme, recorrieron las
clínicas donde suelen atender a baleados, hasta dar con ellos.
A
la Clínica de Rehabilitación llegaron ese mismo día de la refriega cuatro
patrullas de la marina, alrededor de las 19 horas, y los sacaron a la fuerza.
Otras versiones indican que hombres custodiaban a los heridos en un vehículo
que permaneció afuera de la Clínica de Rehabilitación, y que cuando vieron a
los marinos huyeron a toda velocidad.
Higuera
Gómez manifestó que el grupo agresor tenía intenciones de privar de la libertad
a una persona que iba en la Frontier, debido a una supuesta deuda. De paso, el
fiscal presumió la coordinación entre las diferentes autoridades, para
enfrentar estos casos.
“ESTÁN POR TODOS LADOS”
Versiones
extraoficiales, incluso del interior de corporaciones policiacas locales,
indican que soldados de la Secretaría de Marina tienen al menos todo septiembre
realizando patrullaje, sobre todo de noche, en Culiacán, en vehículos
particulares y sin uniforme.
Han
sido vistos en camionetas doble rodado y con cabinas con vidrios polarizados,
en una Suburban blanca y en vehículos tipo Jeep. En cuanto ven vehículos
sospechosos o personas que ellos consideran están vinculadas con el
narcotráfico, les cierran el paso y los revisan.
“En
la colonia La lima y todo ese sector tumbaron todas las narcotienditas que
había. No detuvieron a nadie, pero cazaban a los clientes, con droga, daban con
los dueños de las tienditas, los golpeaban y obligaban a que entregaran la
mercancía, y a que delataran a otras tienditas. Y así se la llevaron. Eso sí,
no detuvieron a nadie pero tampoco dejaron la droga”, manifestó una de estas
fuentes.
En
uno de esos operativos, agregó, les quitaron ropa, relojes ostentosos y
teléfonos celulares, “andan robando, no más. Esa vez casi casi nos dejaron
bichis y se metieron a las casas diciendo ‘aquí mandamos nosotros, cómo
chingados no vamos a entrar”.
Se
estima que suman alrededor de 40 vehículos particulares los que usan los
marinos para estos operativos. Un agente de una corporación local manifestó que
los marinos andan en carros tipo Aveos realizando “labores de inteligencia”.
“Andan
por todos lados, comentó la fuente, cuando nosotros andamos en carros
particulares no se quieren detener, los tenemos que perseguir y cuando los
alcanzamos nos dicen que pensaban que eran marinos, que por eso no se detenían.
Se cabrean, sobre todo si se trata de malandros, y eso nos dicen”.
Señaló
que no cree que sea solo robar, “se trata de imponerse, de tener todo bajo
control, de ubicar a la gente, las zonas, de azorrillar, amedrentar a la raza,
ejercer su superioridad. De eso se trata”.
(RIODOCE/
JAVIER VALDEZ/ 27 septiembre, 2015)
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