miércoles, 15 de julio de 2015

‘EL CHAPO’: LA DEBACLE


La historia de la debacle de la procuración de justicia y de los sistemas de inteligencia del Gobierno del presidente Enrique Peña Nieto lo provee una línea de tiempo, la captura y fuga de Joaquín “El Chapo” Guzmán, y la manera como se comportaron los procuradores a quienes les tocaron los dos momentos.

Desde el procurador Jesús Murillo Karam, baladroneándose de que Estados Unidos tendría que esperar de 200 a 300 años para que el jefe del Cártel del Pacífico les llegara extraditado, a la procuradora Arely Gómez, en cuclillas, observando catatónica la boca del túnel por donde poco más de 500 días después de ingresar al penal de máxima seguridad de El Altiplano, se les escapó. “El Chapo”, es la metáfora del desastre gubernamental.

Abundan los señalamientos de que la fuga del criminal que había sido el más buscado en el mundo después de Osama bin–Laden se debió a la debilidad institucional. No hay que confundirse, ni desviar por el momento el foco del problema.

No fue la debilidad de las instituciones por donde hay que entrar a revisar qué pasó, sino la forma como un nuevo gobierno con funcionarios bravucones, inexpertos y con formas de pensamiento simples, deconstruyeron lo que se había hecho –como se planteó este lunes–, y no carecieron de la capacidad y el desconocimiento para evitar que el escape se concretara.

La información proporcionada por las autoridades federales se mantiene ambigua, pero al ser contrastada con lo que ha ido aportando la prensa, afloran las contradicciones.

De acuerdo con el recuento que dio el comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, el sábado, la última vez que se vio a “El Chapo” en los monitores de vigilancia interna, fue cuando le dieron sus medicinas a las 20:52 horas.

Sin embargo, testimonios recogidos por la reportera María Idalia Gómez, del portal Eje Central, entre policías estatales, fueron congregados a las 20 horas en las puertas del penal, porque, les habían dicho, tenían reportes de un intento de fuga.

Hacia las 21 horas, de acuerdo con Gómez, fueron desplegados a varios puntos aledaños, incluida la casa donde, ahora se sabe, estaba la entrada al túnel por donde se fugó Guzmán.

La prensa entrevistó a pobladores en la zona que dijeron que hacia las 21 horas también escucharon el ruido de helicópteros. A las 23 horas, se había desplegado a soldados y policías federales en esa casa.

La pregunta no respondida es en qué momento se inició la operación de búsqueda de Guzmán.

Lo que se observa hasta este momento es que las autoridades carcelarias y las federales no supieron qué hacer. Poco después de pasada la medianoche del sábado, inicio del domingo, los gobernadores de la Zona Metropolitana recibieron llamadas de la Secretaría de Gobernación para informarles lo que había sucedido y que tomaran precauciones ante un eventual brote de violencia.

Es decir, tres horas después de que notaron la ausencia de “El Chapo”, comenzaron a sellar las rutas de escape. Para ese entonces, Guzmán bien podría estar incluso fuera del país.

Entre las dudas es si tenían una alerta de posible rescate desde las 20 horas, ¿qué hicieron las autoridades federales? Con la información pública, se puede decir que nada. Ni a las 20:52 horas. Ni por lo que se aprecia con la llamada a los gobernadores, tres horas después. Paralizados. Inútiles.

Tanto caos llevó a colocar a los custodios en el dormitorio de “El Chapo” en el mismo vehículo que los transportaría a la SEIDO durante casi cuatro horas, en lugar de confinarlos individualmente. Otro error de procedimiento.

Pero si la noche del sábado fue la implosión de los sistemas de seguridad pública, los más de 500 días fueron el hundimiento del aparato de inteligencia civil.

Documentos del gobierno de Estados Unidos obtenidos por la agencia de noticias Associated Press este lunes revelan que la DEA tuvo información de inteligencia sobre al menos dos intentos previos de fuga de “El Chapo” Guzmán a escapar de una prisión de máxima seguridad en México desde marzo del año pasado, un mes después de que fue capturado. ¿Qué hizo el Cisen con esa información? Nada.

Tampoco hizo el trabajo de contrainteligencia que nunca debió haber dejado de hacer en el perímetro externo de las prisiones de máxima seguridad, y menos en “El Altiplano”, donde hay tanto criminal de alta peligrosidad concentrado.

La reportera Gómez confirmó que la casa donde se inició el túnel, fue comprada en mayo del año pasado. El Cisen no tiene porqué estar enterado de todas las operaciones inmobiliarias, salvo en las zonas sensibles. En los alrededores de las prisiones de máxima seguridad siempre se establece el censo de las viviendas y se tiene perfectamente investigados a sus habitantes.

De noche le pasó al Cisen ese protocolo, y tampoco se enteraron de que en un terreno baldío cercano al penal, se levantó en sólo tres meses una casa cuya arquitectura debió haberles llamado la atención al tener una especie de bodega integrada a la vivienda.

Los yerros en el sistema de inteligencia civil, son tan grandes como la negligencia en la Comisión Nacional de Seguridad. Su negligencia e incompetencia dejó en total debilidad y vulnerabilidad al gobierno federal. El mensaje lo envió este mismo domingo Washington: en la SEIDO llegaron agentes de la DEA y el FBI para conocer de primera mano lo que estaban haciendo. Si no le tenía confianza al gobierno de Peña Nieto, la fuga de “El Chapo” se los confirmó. Con este equipo, ni el país, ni el Presidente, ni su gobierno, ni los mexicanos, vamos a ninguna parte.


(ZOCALO/ COLUMNA “ESTRICTAMENTE PERSONAL” DE RAYMUNDO RIVA PALACIO/ 15 DE JULIO 2015)

No hay comentarios:

Publicar un comentario