Acción
Nacional es la bancada que inclina la balanza en las aprobaciones más
importantes en ambas Cámaras en lo que va de la Legislatura. Con el proceso
2015 en puerta, los panistas buscan más curules
A pesar de ser la
tercera fuerza en el Congreso -por debajo de los partidos de izquierda unidos-,
el PAN es la bancada que ha decidido las aprobaciones más importantes en ambas
Cámaras en lo que va de la LXII Legislatura.
Durante varios
momentos en los que se han discutido reformas estructurales, la bancada del albiazul
ha puesto condicionantes al PRI para darle sus votos, aprovechando el poder de
sus legisladores para sacar adelante temas que son de su interés.
Los 38 senadores y
los 114 diputados del PAN –un bloque albiazul que se ha caracterizado por su
división interna- se han convertido en el verdadero contrapeso en el Congreso,
más allá de los partidos de izquierda.
Es Acción Nacional
quien ha sacado mayor provecho de las necesidades del Gobierno Federal, pues
sus votos son determinantes en temas que la izquierda no ha querido apoyar,
como la reforma energética.
Con el proceso
electoral del 2015 en puerta, los panistas buscarán aprovechar la crisis de
imagen del Gobierno Federal para hacerse con un mayor número de curules en la
Cámara de Diputados.
Para ello,
explotarán los logros que han conseguido durante la actual Legislatura, y
hablarán sobre el apoyo que han dado al presidente Enrique Peña Nieto, así como
el freno que intentaron poner a reformas como la hacendaria, para aumentar
impuestos, y a la creación de un órgano anticorrupción presidido por la clase
política de primer nivel.
Tanto el PRI como el
PRD han acusado a los panistas de retrasar la aprobación de ciertos temas por
intereses políticos, de cara a las elecciones del 2015.
LOS AMAGOS DEL PAN
Las reformas
propuestas por el Ejecutivo y negociadas con otras fuerzas políticas han sido
rehenes del blanquiazul en varios momentos.
El primero ocurrió
en julio del 2013, apenas unos días después de las elecciones en algunos
estados del país, en los que el PAN condicionó su permanencia en el Pacto por
México a cambio de investigar el uso ilegal de recursos públicos en ese proceso
electoral.
En ese entonces, el
Congreso de la Unión aun no discutía la madre de todas las reformas, la razón
de ser de dicho Pacto: la reforma energética.
El PAN también
aprovechó ese mes para presionar al Gobierno federal para enviar las
iniciativas de leyes secundarias de las reformas en educación y en
telecomunicaciones.
El segundo amago
pasó en diciembre del 2013, cuando se resolvía ya en comisiones la discusión de
los cambios constitucionales de la reforma energética.
El entonces
presidente del PAN, Gustavo Madero, condicionó en el punto más álgido de la
negociación el voto del PAN a la aprobación de una reforma político electoral.
Dicha reforma
implicó la transformación del Instituto Federal Electoral en Instituto Nacional
Electoral y la desaparición de los institutos locales. Con esto, el PAN buscaba
quitar el poder a los gobernadores en los procesos estatales y municipales.
El PAN pudo entonces
vender caro su amor en ese mes, pues el PRD ya había anunciado que por ningún
motivo apoyarían la reforma energética. Así que el PRI se los concedió y se
votó primero la político electoral antes que la energética.
Ocurrió luego que en
marzo del 2014, el coordinador del PAN en el Senado, Jorge Luis Preciado,
condicionó el apoyo de sus legisladores a las leyes secundarias de la reforma
energética a que cesaran los señalamientos contra funcionarios panistas por el
caso Oceanografía.
En respuesta, el
Senado creó una comisión investigadora para realizar investigaciones del caso y
evitar señalamientos sin fundamento.
En junio del 2014,
el PAN volvió a condicionar el avance de la legislación secundaria de la
reforma energética a que el PRI frenara una reforma al artículo 87 de la Ley de
Partidos Políticos para que los votos otorgados a los partidos que formarían
una coalición se otorgaran a todos, en lugar de que se dividieran lo sufragios
para cada partido.
Cuando la Cámara de
Diputados estaba a punto de votar las leyes secundarias de la reforma
energética y, con ellas, la asunción del pasivo laboral de Pemex y la CFE, el
PAN no dejó que esto ocurriera de forma automática.
El blanquiazul
exigió que solo se asumiera una parte del pasivo de ambas empresas,
correspondiente a pensiones y jubilaciones, y esto se realizara si y solo si se
hacía una auditoría sobre el pasivo laboral de Pemex y la CFE. El PRI, cedió.
En noviembre de este
año, unas semanas después de la desaparición de los normalistas de Ayotzinapa,
el Gobierno federal pensaba en construir un acuerdo nacional por la seguridad
que aglutinara a las principales fuerzas políticas del país.
De inmediato, el PAN
dijo que la única forma en que se apoyaría ese acuerdo sería si el Gobierno
federal informara qué ha hecho con todas las reformas en materia de seguridad
pública aprobadas por el Congreso y por qué no procuró que tuvieran buenos
resultados.
DETIENEN REFORMA POLÍTICA
En la recta final
del actual periodo ordinario, este mes, el PAN en la Cámara de Diputados frenó
la aprobación de un Sistema Nacional de Integridad Pública que el PRI impulsaba
para el combate a la corrupción, en el que la batuta de estos trabajos la
llevaría el presidente de la República y los miembros de la clase política de
primer nivel.
Semanas antes, el
PAN ya había presentado una iniciativa para crear el Sistema Nacional
Anticorrupción y pretende que sea este modelo el que sea aprobado, rechazando
el del PRI de forma tajante.
Ligado a este
Sistema, el PAN en el Senado impidió el avance en el nombramiento del fiscal
anticorrupción en tanto no exista un marco legal que le dé autonomía y libertad
de acción para castigar actos de corrupción y combatir la impunidad.
El más reciente
amago del PAN que impidió el avance de una legislación ocurrió este lunes,
cuando el pleno del Senado de la República se aprestaba para votar la reforma
política del Distrito Federal.
El blanquiazul se
inconformó con el dictamen de esta reforma, aunque ya había sido aprobada en
comisiones y dada la primera lectura en el pleno, por considerar que las
delegaciones políticas quedarían subordinadas al poder político central del
Gobierno del Distrito Federal.
El PRD acusó que se
trató de una maniobra política de cara a las elecciones del 2015, hecho que
negó el PAN.
LAS CONDICIONES
JULIO DEL 2013
> Apenas unos
días después de las elecciones en algunos estados del país, el PAN condicionó
su permanencia en el Pacto por México a cambio de investigar el uso ilegal de
recursos públicos en ese proceso electoral.
> Presionó al
Gobierno Federal para enviar las iniciativas de leyes secundarias de las
reformas en educación y en telecomunicaciones.
DICIEMBRE DEL 2013
> El entonces
presidente del PAN, Gustavo Madero, condicionó en el punto más álgido de la
negociación reforma energética el voto del PAN a la aprobación de una reforma
político electoral.
MARZO DEL 2014
> El coordinador
del PAN en el Senado, Jorge Luis Preciado, condicionó el apoyo de sus
legisladores a las leyes secundarias de la reforma energética a que cesaran los
señalamientos contra funcionarios panistas por el caso Oceanografía.
JUNIO DEL 2014
> El PAN volvió a
condicionar el avance de la legislación secundaria de la reforma energética a
que el PRI frenara una reforma al artículo 87 de la Ley de Partidos Políticos
para que los votos otorgados a los partidos que formarían una coalición se
otorgaran a todos, en lugar de que se dividieran lo sufragios para cada
partido.
NOVIEMBRE DEL 2014
> El PAN dijo que
la única forma en que se apoyaría acuerdo nacional por la seguridad sería si el
Gobierno Federal informara qué ha hecho con todas las reformas en materia de
seguridad pública aprobadas por el Congreso y por qué no procuró que tuvieran
buenos resultados.
LA FUERZA DEL PAN
> 38 senadores
> 114 diputados
(REPORTE
INDIGO/ IMELDA GARCÍA/ Miércoles 17 de
diciembre de 2014)
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