sábado, 20 de septiembre de 2014

“REVIENTAN” 2 ALBERGUES; RESCATAN A 42 MENORES


Saltillo, Coah.- Autoridades ministeriales “reventaron” dos centros de rehabilitación que dirigía Hipólito Vásquez Pérez, “papá Polo” –acusado de violar a al menos tres menores de edad– y rescataron a 42 jovencitos que permanecían en condiciones infrahumanas en el centro de internamiento para adictos.

Tras la detención de Vásquez Pérez, a la investigación en torno al ataque sexual se sumaron otras dos denuncias, en las que también se involucra al subdirector de la Clínica de Atención para Jóvenes y Adolecentes en Situación Crítica y Prevención Social, Benito Juárez García, por lo que serían tres varones de entre 15 y 16 años las víctimas de abuso sexual.

Personal de la Procuraduría asignado en áreas de Delitos Familiares, de la Agencia Receptora de Denuncias y de la Procuraduría de los Niños, las Niñas y la Familia, llegaron a la casa marcada con el 2800 de la calle Correo Mayor, en la colonia Postal Cerritos, aseguró a 35 menores, quienes en el transcurso de este jueves y viernes fueron entregados a sus familiares.

Minutos después, bajo el mismo operativo, se arribó a otro de los centros que dirige “papá Polo” en la colonia Antonio Cárdenas, donde rescataron a siete niños de entre 10 y 16 años que estaban en proceso de recuperación.

LAMENTOS AHOGADOS, MALTRATOS SIN PIEDAD

En condiciones infrahumanas se encontraban 42 jóvenes hacinados en centros de rehabilitación que operaba Hipólito Vázquez Pérez. Su rescate sacó a la luz una serie de irregularidades que ya se investigan.

El hombre, que en un principio enfrentaba una denuncia por violación, suma dos expedientes más en su contra. Las voces maltratadas ya se hacen escuchar, claman justicia.

Elementos ministeriales procedieron al cierre de dos de los centros, allí se encontraban los menores. Sus familias exigían acciones inmediatas para arrebatárselos al sufrimiento.

“Sí, maltrataban a los muchachos, disimulaban el ruido con música cristiana cuando había visitas, pero en días normales ponían cumbias y lo que fuera. Había borracheras y todo, no dejaban ni dormir”, dijo un vecino de una de las casas de rehabilitación para menores adictos.

Tres de los cuatro centros de rehabilitación que operaban bajo la dirección de Hipólito Vázquez Pérez y Benito Juárez García, director y subdirector del Centro de Rehabilitación Fundación Jóvenes Saltillo, no estaban registrados ante la Secretaría de Salud, ni siquiera con un aviso de funcionamiento.

En la clínica de la colonia Postal Cerritos, que en su oficina sigue la luz prendida y un pequeño gato gris en el sillón que se alcanza a ver desde la ventana, que se ostenta como clínica de rehabilitación para varones, había hasta mujeres internas, que vivían toda clase de vejaciones, según vecinos del lugar que prefirieron mantenerse en el anonimato.

De este lugar fueron rescatados 35 jóvenes, mientras que siete más estaban en el centro ubicado en el sector de Antonio Cárdenas.

Esta acción se realizó como parte de las investigaciones por la denuncia interpuesta, optando por asegurar a los jóvenes debido a que ésta es una situación ilícita, ya que en este tipo de lugares se prohíbe tener a niños para cualquier fin.

“Por si eso fuera poco, los mismos asegurados indicaron que eran sometidos a situaciones extremas como castigos corporales severos, comer desperdicios o estar parados durante horas, argumentándoles que eran correctivos que se les daban para que se recuperaran en todos los aspectos”, mencionó una fuente allegada a la investigación.

“Los golpeaban en un pasillo, se escuchaban los cintarazos y los tablazos… siempre oíamos lloriqueo de muchachas y muchachos.

“Cuando se les escapan, salen a perseguirlos, rodeaban todo en carros y a pie, y los regresan a golpes”, dijo.

ÚNICO REGISTRO

En Saltillo, de manera regular operan 16 centros con aviso de funcionamiento y suman 75 los registrados por la Secretaría de Salud en el estado, de los que operan en el clandestinaje y bajo el amparo de barrios populares con alta demanda de estos servicios, nada se sabe.

Según datos de la dirección de Regulación y Fomento Sanitario de la Secretaría de Salud, sólo el sitio ubicado en la colonia Postal Cerritos al oriente de la ciudad se encontraba en el registro de la dependencia y con una revisión en noviembre de 2013, misma que según los reportes, se hizo a petición del propio Hipólito Vázquez y de la cual no resultó observación alguna.

Esto es, que el lugar del que se rescataron a 35 jóvenes adictos en recuperación, muchos de ellos menores de edad, operaba con regularidad y sin faltar a las normas sanitarias.

Un aviso de funcionamiento implicaría también, la existencia de un permiso de la Dirección de Desarrollo Urbano para operar como tal, en particular porque la mayoría de estos establecimientos corresponden a viviendas de uso habitacional.

ABUSOS Y MUERTE

Aunque en más de una ocasión se pidió la presencia de la Policía por lo insostenible del ruido, “de hecho sí llegaban, pero nomás entraban y luego luego se iban, eran municipales por lo general”.

En la clínica de la calle Manuel Hernández, de Landín, la situación no era tan diferente. Vecinas recordaron que a los internos los tenían trabajando en la obra, de hecho, ellos fueron quienes levantaron buena parte de la construcción en el segundo piso.

“Arreglaron todo eso porque estaba bien feo. Se levantaban temprano y barrían todo aquí afuera, pero estaba bien raro porque pues fumaban y tomaban en las noches… ellos tenían como un bazar, y pues se veía”, dijo.

Recordaron el caso de una señora que tenía a un hijo internado ahí, mismo que hace poco falleció. Duró cerca de un año internado y presuntamente murió en esas mismas instalaciones.

Una vecina que dijo llamarse María de Jesús, comentó que cuando ella pasaba a dejar a su hija al kínder, siempre estaba un hombre barriendo afuera, y un compañero de su trabajo que tenía un hijo internado, nunca manifestó que el menor fuera maltratado.

Las autoridades confirmaron que desde hace tiempo, el acusado tomó como negocio familiar el rubro de “rescate” de adictos, al tener hasta la fecha cuatro centros de reclusión bajo el nombre de Clínica de Atención para Jóvenes y Adolescentes en Situación Crítica y Prevención Social.

Dichos lugares se encuentran enclavados en colonias como Saltillo 2000, Landín, Antonio Cárdenas y Postal Cerritos, donde se desencadenó el ataque que develó la serie de agresiones y abusos.

ESCAPATORIA

Vecinos de la colonia Postal Cerritos señalaron que el centro ya fue deshabitado. Uno de los residentes de la colonia comentó que la casa ha permanecido en silencio.

“Ayer se vio como que se estaban cambiando, había bastante movimiento pero no sabemos a qué se deba, en ese lugar siempre ha habido mucha actividad porque es un albergue de rehabilitación, pero no sabemos en verdad qué fue lo que pasó.

“Lo único cierto es que lo que vimos ayer (jueves) estaba como raro, porque no eran movimientos como los de siempre, sino parecía que ya se iban”, dijeron.

Por su parte, otros resientes de la calle Correo Mayor coincidieron al señalar que en la casa la actividad es extraña.

Durante toda la jornada de este viernes, el inmueble marcado con el 2800 permaneció cerrado y bajo candado, sin que nadie respondiera a la puerta.

IRREGULARIDAD

La norma de salud, exige que haya un supervisor del programa de rehabilitación; la Fundación Jóvenes Saltillo acreditó a una persona de nombre Gerardo Hernández Tamayo, quien ni siquiera aparece como profesionista en el ramo a pesar de que se reportó con cédula y título profesional.

La Secretaría de Salud supervisa el cumplimiento de la Norma Oficial Mexicana NOM-028-SSA2-2009 para la prevención, tratamiento y control de las adicciones.

Mismas que marcan pautas en cuanto a la infraestructura, instalaciones y equipo apropiado para el desarrollo de sus funciones, de acuerdo con el tipo de modelo de atención que brinden, estableciendo divisiones de acuerdo con su grupo de edad y sexo.

Establece las características del personal en cuanto a capacitación, número y funciones, y define el programa de atención integral para los usuarios, el ambiente y la alimentación que deben observarse.

Asimismo, establece que el ingreso de los usuarios a los establecimientos especializados en adicciones con modelos profesional y mixto podrá ser voluntario, involuntario u obligatorio, y en el de ayuda mutua será estrictamente voluntario, pudiendo darse el ingreso obligatorio en los establecimientos que operen bajo este modelo que estén reconocidos por el Conadic (Comisión Nacional contra las Adicciones).

Y especifica que tratándose de un menor de 16 años, sólo se le ingresará cuando existan programas y espacios adecuados e independientes, de acuerdo con la edad y sexo, de lo contrario deberá ser referido a los establecimientos encargados de la atención a menores.

(ZOCALO/ Texto: Claudia Olinda Morán / Edith Mendoza / Rosendo Zavala / Luis Durón/ Redacción/ 20/09/2014 - 03:00 AM)

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