
La lista negra en la venta de combustibles: pocos se salvan
Gasolineras de Sinaloa roban cerca del 20 por ciento del combustible
que venden. Además de los ingresos normales que tienen por la venta de
gasolina, se quedan con una buena parte de lo que el consumidor les
compra: más de dos pesos por litro.
En la lista negra de gasolineras, que la integran alrededor de 2 mil
909 establecimientos de este giro en todo el país, hay 143 que son de
Sinaloa. La lista la conforman gasolineras que no venden litros
completos y no fue elaborada por la Procuraduría Federal del Consumidor
(Profeco), sino por organizaciones no gubernamentales.
Datos extraoficiales, corroborados por empleados de esta dependencia
federal, indican que por cada litro que el cliente compra, le dan
alrededor de 800 mililitros, que representan poco más de dos pesos
tomando en cuenta que el precio del litro es de 11.91 pesos.
La Profeco realiza verificaciones periódicas, pero dejó de informar de los resultados de estas y retiró su programa ¿Quién es quién en las gasolinas?
de su página de Internet desde marzo pasado, debido a un litigo que
perdió con un empresario del sector luego de haber publicado información
sobre supuestas irregularidades en el servicio.
En entrevista con medios nacionales, José María de los Santos,
subprocurador de Verificación de la Profeco, explicó que la dependencia
tuvo que eliminar el programa debido a que el Tercer Tribunal Unitario
en Materia Civil le ordenó que modificara el criterio de búsqueda que
opera con las “gasolineras con irregularidades”.
Ahora la Procuraduría únicamente podrá subir a su portal aquellos
casos en los que se haya concluido el proceso, el cual puede durar hasta
tres años.
“A efecto de no causarle perjuicios legales al propietario de la
estación de servicio, nos vamos a abstener de señalar que le fueron
encontradas irregularidades, pero sí habrá información de cuántas
verificaciones ha recibido, si se ha negado y si ha promovido amparos en
contra de alguna autoridad”, dijo.
El programa servía a la ciudadanía para ubicar las empresas que
cometían fraude en la venta de gasolina Magna y Premium, y Diésel. Pero
el robo hormiga de combustible sigue en perjuicio de los automovilistas,
igual que la impunidad de que gozan quienes no dan litros completos.
Los operativos de verificación que realiza Profeco son ordenados por
oficinas regionales, que tienen bajo su jurisdicción varios estados, o
por las oficinas centrales ubicadas en la Ciudad de México. Cuadrillas
que vienen de otras entidades las realizan, con el objetivo de que no
haya intromisión de las autoridades locales y evitar así avisos y actos
de corrupción. Anteriormente, estas revisiones eran controladas por las
delegaciones estatales.
Esto no ha evitado que los empresarios del ramo se enteren y
corrijan, ajusten y se preparen para cuando lleguen los verificadores. Y
a la vuelta de estos inspectores, todo en las bombas, equipo y
programas, vuelve a la normalidad fraudulenta de expender litros
incompletos.
“Tienen sus contactos”
Los encargados de las gasolineras, empresarios, gerentes y
administradores, lo saben. Cuando los inspectores de Profeco se aprestan
a visitarlos para revisar sus máquinas y bombas expendedores, ellos,
los que venden combustible, están enterados con horas e incluso días de
anticipación.
“Sabemos cuando va Profeco porque los encargados nivelan las
máquinas, hacen los jarreos en un bote de aluminio o de acero, llevan
una barra para medir y van ajustando las bombas para que quede como
deben estar”, dijo uno de los trabajadores de una gasolinera de
Culiacán.
Los empleados, agregó, no reciben instrucciones al respecto y solo se
dedican a despachar a los automovilistas, pero son ajenos a estas
irregularidades y por lo tanto a los ajustes que realizan cuando se
acerca una verificación.
“Mucha veces lo hacen por computadora. Llevan aparatos, abren ahí,
los cuartos donde están las máquinas, y hacen lo que tienen que hacer”.
Otro de los entrevistados señaló que le ha tocado cuando los clientes
compran gasolina Magna en depósitos de 20 litros y cuando los llenan la
bomba marca que en total expendió 24 litros.
“Muchas veces el cliente se queja y uno le dice que se dirija con el
encargado o la administradora, y ellos negocian y en ocasiones le dan
dinero, efectivo, para que no haya problemas. Solo llenan un papel que
dice algo así como ‘por queja del cliente’”, sostuvo.
A través de teléfonos celulares o radios de intercomunicación, les
avisan a los encargados de otras sucursales, cuando el dueño tiene
varios negocios de este tipo en la ciudad, y cada uno va realizando los
ajustes para no tener problemas cuando estén los verificadores de
Profeco.
“Ellos tienen sus contactos, claro. Aquí en Culiacán o en México,
donde sea. Pero de que los tienen, los tienen. Me ha tocado que cuando
hay algún problema, meten a los inspectores a las oficinas y arreglan…
pero la verdad nunca hay sorpresas”, manifestó.
Una empleada, con cerca de ocho años de experiencia en el giro de las
gasolineras, señaló que los administradores o dueños les avisan a los
empleados que tal día deben portar el uniforme, calzar los zapatos o
botas industriales que les proporciona el negocio y la bata
reglamentaria, “y entonces uno sabe que van a llegar los inspectores,
que ese día habrá revisión. Por eso nunca pasa nada”.
Otro de los consultados dijo que por un descuido la encargada de la
gasolinera ubicada en la colonia Buenos Aires, propiedad de la firma
Petrobarrancos —que ahora se llama Multilomas—, esa sucursal fue
sancionada. El nerviosismo o la falta de pericia hicieron que la joven
aplastara el botón de emergencia, lo que generó sospechas entre los
verificadores, quienes terminaron clausurando provisionalmente el
negocio.
Siete de estos negocios fueron señalados como parte de la red de lavado de dinero de Juan José Esparragoza, el Azul, uno de los principales jefes del cártel de Sinaloa.
En agosto de 2013, el Gobierno de Estados Unidos ubicó en la lista
negra a las gasolineras Combuservicios Los Tres Ríos (antes Estaciones
de Servicio Canarias), El Crucero Las Torres (antes Servicios
Chulavista); La Cañada (antes Gasodiésel) y Servicios Ancona.
Además, Gasolineras La Villa (antes Gasolinera y Servicios
Villabonita); Gasolinera Multilomas (antes Buenos Aires Servicios);
Gasolineras Recursos Hidráulicos (antes Gasolíneas Álamos Country), y
Servicios Gasolineras Barrancos (antes Petrobarrancos).
Datos de Profeco indican que en el 2011, unas 200 bombas de
gasolineras fueron inmovilizadas por irregularidades en la venta de
combustible. Las sanciones sumaron entre 10 y 200 mil pesos.
Información de los empleados de tres gasolineras confirman que en
promedio, cinco de cada diez clientes se quejan de que están pagando más
de lo que les dan, es decir, que no les están dando los litros que
pagan.
“Todos los que laboramos en las gasolineras lo sabemos y también
sabemos para quién trabajamos. Uno sabe que los litros no son completos,
pero no se nota porque todo está programado para que así sea. Uno nomás
abre la bomba y sirve y ya”.
La lista negra… del consumidor
En redes sociales circuló a mediados de este año una relación de
empresas que roban gasolina: la lista negra de gasolineras a nivel
nacional. Inicialmente, la relación de empresas fraudulentas fue
atribuida a la Procuraduría Federal del Consumidor, pero sus directivos
se deslindaron. Luego se dijo que había sido el organismo ciudadano Al
Consumidor, que también aclaró estar al margen de su elaboración, pero
sus dirigentes aclararon que la lista, a pesar de los intentos por
desprestigiarla, no tiene datos falsos, aunque sí desactualizados.
“Su difusión original no fue hecha por nosotros; participaron otras
organizaciones. Ello ha inspirado a Al Consumidor para darle seguimiento
al tema. Como lo hemos indicado en redes sociales, la página es una fotografía
histórica, que requiere que los datos sean actualizados”, señaló la
organización no gubernamental Al Consumidor en su página de Internet.
“El documento, que se encontraba de tiempo atrás en nuestro portal,
fue retomado por medios digitales. La nota se viralizó rápidamente.
Adquirió vida propia, y se diseminó por el interés de las y los
afectados por esta pésima práctica: una estrategia de negocios que a la
fecha se mantiene impune”.
Datos del Primer Informe de Gobierno de Enrique Peña Nieto indican
que durante el primer semestre de 2013, esta procuraduría impuso 124
sanciones por un monto de 28.2 millones de pesos; 261.3 por ciento más
en términos reales que en igual lapso de 2012.
De enero a junio, personal de la dependencia visitó mil 636
estaciones de servicio en las que se realizaron mil 725 verificaciones,
debido a que algunas estaciones se visitaron más de una ocasión. Además
fueron verificados 22 mil tres instrumentos de medición y de ellos se
inmovilizaron mil 388 instrumentos utilizados para el despacho de
gasolina y diésel.
Para este caso de combustibles líquidos, se iniciaron 268
procedimientos por infracciones a la ley, de los cuales 219 fueron
sancionables y 49 se cerraron por no constituir infracción sancionable.
El robo local
De un total de 2 mil 909 gasolineras incluidas en la relación de
empresas que no dan litros completos, 143 corresponden a Sinaloa:
Culiacán acumula 59, una de las ciudades que más tiene, el municipio de
Ahome 40 y Mazatlán 19.
La lista negra publicada a nivel nacional y reproducida por medios
electrónicos e impresos en diferentes regiones del país, ubica a la
empresa Servicios del Valle de El Fuerte —con nueve menciones—, La
Pilarica —que suma seis—, Autoservicios La Piedrera y Servicios Cerro de
la Memoria, de Los Mochis. En Culiacán, una de las ciudades con más
menciones en todo el país, están Servicios Sinaloa —con cuatro
menciones—, Petroáguila, Servicios Paba —también con cuatro—, Centro de
Servicio Santa Fe, Servicio Milenius y Grupo Inmobiliaria Dixa.
Datos extraoficiales señalan que en Sinaloa existen alrededor de 320
gasolineras y datos de la Profeco indican que 89 están en Culiacán,
donde prevalece la idea de que todos estos establecimientos roban al
consumidor y la que menos sospechas tiene es la ubicada en la plaza
Soriana ubicada por el bulevar Zapata.
Pocas, muy pocas se salvan de la corrupción y abuso impune. Uno de
estos consumidores tuvo una vivencia que constata el nivel impune de
desfalco en estos establecimientos comerciales: a las 17:20 horas del 14
de octubre acudió a llenar un recipiente de 3.8 litros y cuando pagó le
cobraron 4.2, pues así lo decía el contador de la bomba dispensadora de
la gasolinera Gasúper, ubicada en la plaza de MZ Las Américas, en Villa
Universidad.
Esta gasolinera, una de las más nuevas en Culiacán, se estrena ya en esto de la venta fraudulenta de combustible.
Para el organismo ciudadano Al Consumidor, el hecho de que se dé a
conocer la lista negra de gasolineras tiene como objetivo buscar
soluciones y emparejar la cancha con criterios de justicia a favor de la
sociedad:
“La difusión de la lista va enfocada en ese sentido, y atisba
soluciones posibles. Sí puede conseguirse el objetivo: emparejar una
cancha de juego total e injustamente sesgada a favor de los peores
intereses. Solo faltan voluntad política, datos confiables y mucho más
participación ciudadana”.
Publicamos la lista negra de gasolineras en México que dan litros incompletos.
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