jueves, 23 de febrero de 2012

EN HORA Y MEDIA ASESINARON A LOS 44 PRISIONEROS EN APODACA, NUEVO LEÓN

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El penal de Apodaca fue el escenario de la matanza, no hubo riña. Todo fue planeado.



Monterrey .- Los 44 reos asesinados el domingo pasado en el penal de Apodaca fueron entregados a sus victimarios, uno por uno, con ayuda de custodios y con la aprobación de los altos mandos penitenciarios; el ataque fue directo, no hubo riña, precisó ayer el procurador de justicia de Nuevo León, Adrián de la Garza.

Añadió que, de acuerdo con las primeras declaraciones de los involucrados, con ayuda de custodios fueron identificados y entregados para ser privados de la vida con bates, piedras, tubos y armas punzocortantes.  

Dijo que la masacre inició alrededor de la 01:30 horas del domingo, cuando los prisioneros fueron sacados del ambulatorio Delta y del área de visita conyugal.

Agregó que para esa hora por lo menos la mitad de los 30 fugados en medio del caos ya habían logrado escapar por la torre 6, de la cual descendieron mediante cuerdas.

El Servicio Médico Forense culminó las autopsias y determinó que 26 fallecieron por contusión profunda de cráneo y los restantes por heridas de arma blanca en pecho y abdomen.

Jorge Domene, vocero de seguridad estatal, señaló que la fuga de los 30 zetas fue consumada en sólo 32 minutos, entre la 01:13 y las 01:45 horas, y añadió que el asesinato de los 44 internos se concretó en el lapso de hora y media.

   En ambos hechos, la fuga y la masacre, hubo ayuda de los custodios; en el primero acompañaron a los que se fugaban y en el segundo sacaron del ambulatorio de los asesinados.

Consuelo Morales, presidenta de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C (CADHAC), instó a reparar en el entorno de corrupción e impunidad que hay en el sistema penitenciario.

Se refirió a los tres reos hallados muertos en el Penal del Topo Chico, de quienes dijo que “es preocupante que hayan acabado en un entorno protegido”.

Las muertes en el sistema penitenciario del estado –prosiguió— son una constante afrenta a los derechos humanos internacionalmente reconocidos, dijo.

Luego apuntó que el gobierno de Nuevo León ha fallado en garantizar el derecho a la vida y la integridad de las personas, y no ha enfrentado la situación de crisis penitenciaria con medidas correctivas y preventivas.

ARRAIGADOS. Asimismo, Domene informó que fueron arraigados el director y el subdirector del penal de Apodaca, así como 26 custodios.

Dijo que podría haber más personas arraigadas, pues fueron citadas a declarar 55 en total.

Quedaron arraigados, dijo, Gerónimo Miguel Andrés Martínez de 50 años, director del Cereso; el subdirector, Juan Hernández Hernández, de 37, y el Jefe de Seguridad, Óscar Laureno Deveze, de 37 años.

El procurador de la Garza precisó que en sus primeras declaraciones los tres mandos penitenciarios aceptaron que participaron activamente y que incluso recibían pagos de la delincuencia organizada, aunque no precisaron montos.

TRASLADAN A TRES. Por su parte, la subprocuradora de Control Regional, Procedimientos Penales y Amparo, de la PGR, Victoria Pacheco, informó que tres peligrosos reos del fuero federal fueron trasladados del Penal de Apodaca al de Puente Grande.

Fueron llevados  en avión hasta Jalisco, durante la madrugada del miércoles, Marco Antonio de León Quiroga El Chabelo; José Francisco Gámiz Vega El Extraño, y Mario Andrés Acorta Rios El JR.

El operativo de traslado fue precedido de unas ocho horas de violencia adentro y afuera del penal de Apodaca, con saldo de 22 lesionados, todos internos del Cereso.

Los custodios tuvieron que detonar granadas de humo para contener a los reos que protestaban por el cambio de penal de los referidos delincuentes. Cuatro presos resultaron heridos con arma de fuego y tuvieron que ser llevados a nosocomios locales.

Jesús Antonio Reyes, José Alberto Bocanegra, Luis Ángel Pulido Molina y Orlando García Loera, fueron  trasladados a un hospital en medio de un fuerte dispositivo de seguridad. Los 18 restantes fueron atendidos en la enfermería del centro penitenciario.

Afuera del Cereso reinaron el caos, la histeria y la violencia, que degeneraron en bloqueos viales y agresiones verbales y pedradas a los cuerpos de seguridad. Entre la turba se pudo observar algunos jóvenes con el rostro cubierto.

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