sábado, 28 de enero de 2012

ACUSAN A MUNICIPALES DE LEVANTAR Y ASESINAR A DOS DETENIDOS EN JUÁREZ


Staff/ El Diario |
¡Perros malditos!, por eso los matan, fue la expresión de dolor de una mujer dentro de las instalaciones de la Fiscalía General del Estado (FGE) al darse cuenta de que uno de los dos hombres que fueron localizados sin vida en el suroriente de la ciudad era su esposo.

Ambos hombres, dedicados aparentemente a la venta de cigarros en la zona Centro, fueron sacados de sus viviendas la madrugada de ayer en la colonia Barrio Alto por agentes municipales que ingresaron con los rostros cubiertos y los números de patrulla tapados, de acuerdo con la esposa de uno de ellos.

Dijo que a su esposo, Amador Acosta Adame, de 33 años, lo sacaron con la pijama puesta y fue por ello que lo reconoció al momento que le mostraron las imágenes de los dos cuerpos localizados en una brecha en las inmediaciones de la empresa Electrolux y en un predio desértico contiguo al fraccionamiento Villas de Alcalá.

Aseguró que alrededor de las 5 de la mañana los agentes a bordo de tres patrullas que traían el rostro cubierto y los números tapados ingresaron a su domicilio ubicado en las calles Cromo y Francisco Sarabia.

Mencionó que al tratar de impedir que se llevaran a su marido salió de la casa y en ese momento le dijeron que no se metiera, pero alcanzó a ver que también llevaban a otro de los amigos de su esposo, a quien identificó únicamente con el nombre de Edgar.

Luego acudió a cada una de las estaciones de la Secretaría de Seguridad Pública Municipal, pero en todas le decían que no se encontraba registrado el arresto de ninguno de sus conocidos.

Posteriormente acudió a las instalaciones de la Procuraduría General de la República para preguntar por ellos, pero tampoco le dieron la respuesta que esperaba, por ello decidió acudir a las instalaciones de la FGE para interponer una denuncia por el ‘levantón’ realizado por los municipales.

Al ser abordada por reporteros de televisión le mostraron las imágenes de las dos personas que habían sido localizadas sin vida en una brecha cercana a Electrolux y al verlas estalló en ira y llanto.

Gritó “perros malditos” al cerciorarse de que uno de los dos hombres que andaba en pijamas era su esposo.

Ambos aparecieron con las manos amarradas a la espalda.

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