La historia en breve/ Ciro Gómez Leyva
Agradezco los comentarios a La historia en breve de ayer (“¿Qué puso tan
nervioso al presidente Calderón?”) que señalan que dejo dudas sobre la
honorabilidad del Presidente en la lucha de cinco años contra los criminales. No
fue mi intención y aprovecho para subrayar lo publicado aquí en cinco años:
*Felipe Calderón tomó una decisión de alto riesgo en 2006.
*Coincido con él en que no había margen ni tiempo para posponer esa
decisión.
*La presencia del Ejército, la Policía Federal y la Marina en distintas
regiones del país se ha dado a petición de parte y ante el reconocimiento
palmario de las autoridades locales de su incapacidad para enfrentar a los
criminales.
*La decisión ha sido respaldada por la mayor parte de los mexicanos (80 por
ciento en los primeros años, 65 por ciento hoy, según las distintas mediciones
de GEA/ISA).
*El número sólidamente documentado de delitos y abusos de las fuerzas
federales es incontrovertiblemente bajo para la dimensión y sentido de urgencia
de los operativos solicitados.
*No hay un solo dato, uno, que mueva a creer que el presidente de la
República haya ordenado una acción punitiva al margen de la ley: un asesinato,
un secuestro, una sesión de tortura.
*Por lo mismo, el presidente Calderón no es un asesino. Ni un torturador,
secuestrador o promotor de la violación de los derechos humanos.
Esto no es un asunto de fe, sino de documentación. Y al menos desde el
periodismo, nadie, absolutamente nadie, ha documentado algo que se parezca a la
producción planeada de delitos de lesa humanidad y crímenes de guerra. O de
delitos, a secas.
Quien tenga el primer reportaje (reportaje en serio), que lo
publique.