miércoles, 12 de octubre de 2011

CEGUERA EMPRESARIAL


México desaprovecha 11 acuerdos comerciales

La falta de acuerdos políticos, la compleja tramitología, la arcaica estructura fiscal, tecnología deficiente y la escasez de trabajo, hacen que el país desperdicie los pactos que ha establecido con más de diez naciones.

A la fecha opta por el camino fácil: vender y comprar sólo con Estados Unidos. Francisco Navarro Fausto A pesar de que México tiene firmados 12 tratados de libre comercio con 44 países en el mundo, de plano no los explota.

 Tan es así que el 80 por ciento de sus exportaciones no petroleras, se concentran en Estados Unidos. Otro 5 por ciento es para la comunidad europea, un 4 por ciento para Canadá, y el resto se reparte de manera reducida en las demás naciones con las que tiene acuerdos mercantiles.

Con esto, el país pierde la oportunidad de llegar a los mil millones de consumidores que podría tener alrededor del mundo. “Realmente los tratados ahí están, las condiciones de apertura ahí están.

De algún modo podemos decir que el gobierno hizo su chamba porque abrió el mercado a los exportadores mexicanos. Consideremos que podemos entrar a otros países de manera preferencial sin pagar aranceles, entonces hace falta que el sector empresarial aproveche los tratados”, expresó a ZETA Guadalupe Sánchez Vélez, profesora de la Escuela de Administración y Negocios de CETYS Universidad.

Respecto al gobierno de Felipe Calderón Hinojosa, pronunció que la falta de efectividad en las políticas de apoyo a los distintos sectores económicos, es ampliamente cuestionable.

Cabe mencionar que la nación sigue empeñada en abastecer un mercado estadounidense deprimido que apunta a no recuperarse a corto plazo, ya que el pronóstico de crecimiento que el Fondo Monetario Internacional estima para 2011 será de 1.6, luego de que hace tres meses lo estableciera en 2.5 por ciento.

Ante este panorama es evidente que la industria nacional depende del comportamiento de la producción industrial del vecino país. De ahí que el Banco de México (BANXICO) previó para 2010 y 2011 crecimientos anuales de la economía mexicana entre 3.2 y 4.2 por ciento.

Por otro lado y de acuerdo a la Secretaría de Economía (SE), México tiene dos líneas de exportación que destacan en torno a la Unión Americana.

 Una es la industria electrónica, ya que el 40 por ciento de las exportaciones está en el sector de maquinaria y equipo eléctrico, gracias a la manufactura de partes para televisores del sector maquilador.

El otro apartado es el automotriz, que representa más del 17 por ciento del Producto Interno Bruto Manufacturero. Hay que recordar que los tratados comerciales tuvieron auge a partir de que la nación mexicana signó en 1994 el Tratado de Libre Comercio con América del Norte (TLCAN), con Estados Unidos y Canadá.

Éste es un conjunto de reglas para fomentar el intercambio comercial y los flujos de inversión entre los tres países, a través de la eliminación paulatina de aranceles o impuestos que pagan los productos para entrar a otra patria.

Cabe enfatizar que el establecimiento de normas debe respetarse por los productores de las tres naciones. La IED no ha sido solución Registros de la SE dan cuenta que en los primeros meses de 2011 ingresaron al país 10 mil 601 millones de dólares en Inversión Extranjera Directa (IED), cifra 13.3 por ciento por debajo de la que se registró en el mismo periodo en 2010, cuando ingresaron 12 mil 239 millones de dólares a México por el mismo concepto.

De acuerdo con la investigadora del Departamento de Estudios Económicos de El Colegio de la Frontera Norte, Leticia Hernández Bielma, en el difícil entorno económico que actualmente persiste a nivel internacional, la apuesta de México fue atraer más capital extranjero.

“Se dice que tuvimos que traer más capitales pero no estamos en un momento estático, es una dinámica que no podemos decir que la inversión extranjera puede ser una solución, porque de hecho siempre la hemos tenido”, explica de entrada la especialista.

“Los tratados de libre comercio comenzaron a acelerarse a partir del TLCAN, que se firma en 1994, éste es el modelo para hacer más convenios comerciales bilaterales, multilaterales, etc. Se basan sobre ese mismo modelo y el objetivo general de los acuerdos ha sido traer más inversiones, aunque insisto, eso se ha dado a lo largo de todos estos años”.

A decir de la entrevistada, la atracción de capital no ha sido la respuesta esperada, al no fortalecer el aparato productivo nacional ni encauzar una estrategia productiva que apuntale el crecimiento en la nación.

“Hasta ahora no ha sido así, se buscaba que con la mayor parte de capital crecieran las exportaciones y que nos convirtiéramos en un país exportador, pero lo que se ha visto es que la mayor parte de los ingresos ha sido por exportaciones petroleras y de maquila, sin embargo esto ya existía antes del TLCAN. No hubo un giro sustancial, lo único que se hizo es que en las condiciones, se generalizaron las preferencias arancelarias”, sostiene Hernández Bielma.

A decir de la investigadora, partir del TLC las importaciones que entraron al país fueron principalmente de origen manufacturero, de empresas trasnacionales del sector aeronáutico, y automotriz con capital 100 por ciento extranjero, utilizado como plataforma de exportación al país sin causar un efecto de encadenamiento a la industria nacional.

 “El país se ha maquilarizado, lo que trae que nos volvamos una plataforma de re-exportación que en lugar de fortalecer al sector productivo, lo ha debilitado, ha habido un efecto sustitución.

La industria nacional está siniestrada, ahí está el caso de Chihuahua, donde al haber un incremento del sector maquilador, el sector local se desarticula y desapareció”, dice la académica para continuar aportando más ejemplos:

 “Otro caso es el de Guanajuato. La industria del calzado se está siniestrando. Se podría pensar que mayor inversión directa, implica mayor crecimiento. No es cierto, porque a partir de los 90 decían que la alternativa era que la inversión extranjera surtiera a países del capital que les hacía falta y que dinamizaran las economías;

pues sí, eso sería lo ideal, pero en una estrategia industrial”. Los capitales extranjeros entran en función de su racionalidad económica y, si en México no se instrumentan medidas necesarias y los ejes con los cuales se pueda articular con la industria nacional, estas acciones no tendrán un efecto benéfico.

“Vienen, usan bajas las tasas arancelarias en el país e importan para Estados Unidos. Sólo van a usar sólo la fuerza laboral barata. Vamos a ser como una especie de islas donde las empresas extranjeras no tienen mayor nexo con el país”, advierte.

 Empresarios en zona de confort El hecho de que el 80 por ciento del comercio nacional tenga a Estados Unidos como destino, ha sido uno de los señalamientos importantes en diversos sectores en México, considerando que existen 12 acuerdos en total.

“Lo que podríamos cuestionar en torno al Gobierno Federal, es la falta de efectividad en las políticas de apoyo como PROMEXICO, BANCOMEX para apoyar el comercio, pero hace falta más para apoyar a las empresas, también es un tema de los empresarios”, dijo Guadalupe Sánchez Vélez.

 “Al empresario mexicano de algún modo no le gusta aventurar, y tiene su lógica. Nuestro cliente principal es Estados Unidos, entonces es la economía más grande, el principal mercado consumidor del mundo. Conocemos el camino, estamos cerca geográficamente, el segundo idioma de los mexicanos es el inglés, culturalmente nos conocemos. Para el empresario es más fácil, es por eso que no se ha logrado avanzar en otros tratados como el de Perú (que tiene un crecimiento anual del PIB aproximado entre el 7 y 9 por ciento); aunque el gobierno lleva la batuta, los empresarios son los que presionan. La verdad es que hay que trabajar en lo que tenemos”, replicó.

Más adelante Sánchez Vélez mencionó que la fabricación de aparatos electrónicos y de autos se hace con insumos que no son producidos en México y, por lo tanto, no dejan un valor agregado en el país. De acuerdo a cifra oficiales, se estima que en relación de las exportaciones de la industria maquiladora, el 70 por ciento se paga en insumos importados.

“No es que exportemos y todo quede aquí, ya antes buena parte del capital salió para comprar las partes en el extranjero, porque las empresas maquiladoras vienen de grupos multinacionales muy fuertes que manejan estándares de calidad, sistemas de justo a tiempo, y precios competitivos”.

 — ¿Qué tan bueno o malo es abrir un tratado con países como Perú o Brasil?, se le preguntó a la catedrática de CETYS Universidad.

 “No estaría cerrada, es una tendencia a nivel global. Yo estaría de acuerdo en que los tratados que existen, se rescaten en cuanto a dimensionar los beneficios para los empresarios, los nichos de mercado y aprovecharlos. Trabajar en lo que existe no solamente ahora, sino cómo le hacemos para incentivar a los empresarios para que a futuro vayan a buscar nuevos mercados”, respondió Guadalupe Sánchez Vélez, y fue clara al decir que México no debe cerrarse a la posible negociación de un acuerdo comercial con otra nación.

Atados de manos Para el vicepresidente nacional de Franjas Fronterizas e Industria Maquiladora de Cámara Nacional de la Industria de Transformación (CANACINTRA), Mario Escamilla Novelo, la principal razón de que el empresariado no busque otros mercados tiene que ver con la excesiva tramitología que se tiene en México para exportar.

 “Los marcos legales de operación son por demás primitivos, entonces no tenemos manera de competir con un país que realiza un tratado comercial con una visión empresarial de nación, y nosotros sólo como mero trámite publicitario con beneficios para unos cuantos”, resaltó.

De acuerdo con el empresario, firmar más tratados beneficiaría muy poco a los productores nacionales, pues de continuar con la política antes mencionada, se seguirá creando un país de obreros con tendencia a “fayuca” de manera permanente, sin valor agregado o la creación de productos mexicanos con peso tecnológico y de mercado.

 “China tiene un mercado de mil cien millones de consumidores, excelente oportunidad de negocios, pero cómo acudo sin apoyo y amarrado de manos a un mercado tan competitivo y lleno de oportunidades”, finalizó con un claro ejemplo.

Sin visión de política industrial Según el presidente del Colegio Estatal de Economistas en Baja California, (CEEBC), Rubén Roa Dueñas, para que México logre un crecimiento económico, al gobierno le hace falta concretar una política industrial que permita articular proveedores nacionales para la industria y los servicios asociados a la exportación.

En relación a los tratados comerciales, indicó que generalmente en otras economías se han establecido plazos de tiempo a efecto de que gradualmente se vayan fortaleciendo ciertas cadenas productivas.

De esta manera se ejerce cierta competitividad, aunque perentoriamente, a la vez de que incorporan tecnologías y una curva de aprendizaje.

Esto le da a los sectores productivos tiempo de madurar y competir en los mercados internacionales. En el caso de México, lo único que ha hecho el Gobierno Federal es abrir las fronteras. Roa Dueñas indicó que la política industrial consta de dos estrategias.

La primera es la inductiva, donde se establecen los sectores estratégicos a los que se va a estructurar una serie de beneficios, a efecto de llevarlos en una dirección.

“Esto ha fallado, no se ha visto. La otra parte de la política industrial es dejar hacer, dejar pasar, pero dejarlo de la mano de la economía de mercado sin generar condiciones para que el mercado genere sus propios equilibrios; ése ha sido el problema del gobierno mexicano, que ha propiciado desequilibrios en contra de los productores nacionales.

 “No se les dan las facilidades. El marco regulatorio es engorroso, es muy difícil, además tenemos el tema fiscal-hacendario. Es difícil ser un contribuyente cumplido, son muchos trámites y ya conocemos las medidas de los dólares y tantas cosas que han afectado. A final de cuentas el Estado mexicano no es un facilitador para promover la generación de empleos. No facilita la acumulación de riqueza en las empresas para que puedan eventualmente invertir. No facilita el ahorro a la clase trabajadora para que posteriormente pueda invertir y poder sobrevivir en tiempos difíciles. Las reformas económicas han sido pura retórica y no se han visto los resultados”, resumió el economista.

 De manera que los tratados internacionales han sido muy poco aprovechados y poco capitalizados positivamente para la economía mexicana, dada la falta de voluntad política y de una visión de largo plazo, aunado a la carencia de concesos entre las diferentes fuerzas políticas que han impedido al país sacar mayor provecho a estos instrumentos de comercio internacional.

“Lamentablemente somos una economía sumamente abierta, que da las facilidades para importar productos y servicios, pero que lamentablemente y dada la estructura económica del país, vemos que nos hace difícil aspirar a lograr convertir en realidad ese sueño de ser una potencia exportadora, por falta de tecnología e infraestructura para transporte de mercancías, entre tantas otras cosas”, concluyó el académico. .

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