jueves, 7 de julio de 2011

PA´LOTRA, MI BUEN PEDRO...

Santiago SAMANIEGO CORTEZ
Ojalá me equivoque, pero, creo que las pretensiones de Pedro Romano por dirigir los destinos del PRI Municipal tendrán que esperar mejores tiempos, si es que decide intentarlo de nuevo en un futuro, aunque dudo que lo dejen llegar si es que no cambia de bando para entonces, me refiero a grupo político, no sean mal pensados.

Que golpe tan artero, asestado por sus mismos compañeros de partido, le dan a las buenas intenciones de una persona que lo único que busca es unificar a su partido, hacer las cosas bien y tratar de que funcionen con formas distintas a las acostumbradas que solo derrotas les han acarreado en el pasado.

Después del dolor tan enorme que debe causar una desilusión de tal naturaleza, quien sabe que rumbos políticos tomará el Pedro, ¿Se retirará momentáneamente de la política? ¿Renunciará a su partido y buscará mejores aires? ¡Que feo se debe sentir que por primera vez te animes a participar, confiando en los “aires de renovación democráticos” que se sienten al interior de tu partido y seas el primero en darse cuenta que todo es puro pedo, ¡Perdón por el olor!

¿Con que energía renovada seguirás adelante defendiendo los principios de tu partido? ¿Qué explicación le darán a Pedro Romano, que cure sus lacerantes y desahuciadas heridas emocionales? ¡No creo que haya cura para la secuela sicológica que le espera!
¡Malditos caciques! ¡Cuánto daño causan a su paso por este mundo! No los detiene nada, ¡Ni su propia familia! Cada tres años es lo mismo, pasan sobre quien sea y lo que sea para lograr sus incomprensibles ansias de poder, si no me creen, pregúntenle al “Cacho” Zaragoza quien fue uno de los artífices de su derrota, y luego, se repite la historia.

¿Que afán de querer estar siempre dominando los escenarios? ¿Para que? ¡Si nadie los quiere! ¡Todos los odian! Incluyendo por supuesto a sus propios compañeros de partido, ¡Son los que menos los quieren! Porque se convierten en liderazgos a fuerza, que imponen desde la cúpula, y así no les agarran cariño, el amor político también llega a través del corazón, no del dinero, amor comprado u obligado te traiciona, tarde que temprano.

Algunos de estos caciquillos de rancho ya están en los albores de su vida, ¿Por qué no mejor se dedican a hacer algo bueno los últimos años de su vida? Tienen tanto dinero que bien podrían utilizar una parte en hacer el bien a los pobres o a los enfermos, por ejemplo.

Todavía están a tiempo de hacer cosas que les permitan dejar huella positiva, que lave un poquito el camino tan sucio que van dejando por donde caminan, ¡Ya no pasan por honorables! La sociedad, la suya y la nuestra, los tiene bien calificados y en el justo lugar que cada quien se merece, que feo han de sentir allá desde el infierno, cuando se mueren, las pestes que la gente habla de ellos aquí en la tierra, ¡Incluyendo sus propias familias!

Pero, no crea mi Pedro que solo en Guaymas pasa esto, para que le sirva de consuelo, esto sucede en todo el país hasta el más recóndito rincón de nuestra patria, allá donde halla una sucursal del PRI, del tamaño que sea, allí están los caciques locales haciendo lo mismo, no se preocupe, al igual que usted, hay miles de priistas bien intencionados queriendo “inocentemente” cambiar las cosas.

Yo soy de los convencidos que en la medida que el PRI y otros partidos mejoraran sus formas, las cosas también mejorarían para los mexicanos, pero, los priistas se siguen resistiendo al cambio, no han aprendido a ser oposición, y el tan cacareado cambio es “de la lengua para afuera”, ustedes los priistas saben perfectamente que así es, ya que son los primeros perjudicados, y si no me creen, esperen programas.

Ojalá me equivoque mi querido Pedro Romano, sabes que gozas de mi estimación y afecto, pero creo que este arroz ya se coció, ¡Pa´lotra mi buen!

samaniegosanti@hotmail.com

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