“Le pedimos que nos presente
pruebas en las que se demuestre que somos los autores de esos ataques, que no
nada más esté vociferando”, expuso el dirigente Óscar Morales.
En respuesta, señaló que
fueron sacados de las oficinas de Álvarez, comprometiéndose el funcionario a
atenderlos después, ya que en ese momento atendía a los medios de comunicación
que los cuestionaban sobre el caso de UBER.
Respecto a las agresiones de
que han sido objeto conductores de UBER y los señalamientos que implican a los
dirigentes de Taxis Amarillos de haber ordenado a sus choferes atacarlos, Óscar
Morales aseguró:
“No hemos dado ninguna orden
de golpear a nadie, y si algún chofer de Taxis Amarillos agrede a alguien a
nombre del sindicato o por cuenta propia, que digan su nombre y yo lo despido
de inmediato”.
Morales anotó estar en busca
de un encuentro con el dirigente del servicio de UBER, “para que se vengan a
trabajar con los Taxis Amarillos, yo tengo mucha demanda por atender, no me doy
abasto en la línea”.
A cambio del espacio les
cobraría una renta, aclaró, “que me ayuden a pagar lo que me cobra el
municipio, por los sitios pagamos 60 mil pesos al mes”, expuso.
En cuanto a las agresiones
bajo investigación, añadió que es a la autoridad a la que le corresponde
investigar, que se haga y se detenga a los responsables, pero que no se acuse
sin pruebas, “eso es lo que le queremos decir al subprocurador”.
“No tenemos nada contra UBER,
nuestra única inconformidad es con -la Dirección de- Vialidad y Transporte y
con las autoridades municipales, por no poner orden y les permiten operar en
forma irregular” y acotó, “pero de eso a ser agresores hay una gran
diferencia”.
(SEMANARIO ZETA/ ISABEL MERCADO /LUNES,
4 JULIO, 2016 01:47 PM)
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