MÉXICO, D.F. (Apro).-
A 17 meses de la aprobación de la reforma educativa, el Banco Mundial (BM)
presentó un estudio en el que destaca la “baja calidad profesional” de los
maestros y reconoce que el mayor desafío a la hora de elevar esa calidad no es
fiscal ni técnico, sino político porque el Sindicato Nacional de Trabajadores
de la Educación (SNTE) constituye un actor de peso en ese rubro.
De acuerdo con el
análisis, los profesores en México aprovechan apenas 50% del tiempo en las
aulas para actividades de aprendizaje, y a pesar de los esfuerzos por dotar a
las escuelas con tecnología, los docentes se aferran a utilizar el pizarrón
como su principal material de apoyo en la docencia, lo que, aunado a su baja
calidad profesional, impide el avance educativo en el país.
La investigación,
denominada “Profesores excelentes. ¿Cómo mejorar el aprendizaje en América
Latina y el Caribe?”, destaca que en promedio los mentores mexicanos tienen un
pobre manejo de los contenidos académicos, además de prácticas ineficaces en el
aula, lo que afecta en el aprendizaje de cerca de 26 millones de alumnos de
educación básica.
El tiempo muerto en
las aulas de las escuelas mexicanas, precisa, representa perder un día de clase
a la semana y eso contribuye al bajo aprendizaje de los alumnos, principalmente
en matemáticas. En la prueba del Programa Internacional de Evaluación de los
Alumnos (PISA) de 2012, la diferencia de 100 puntos entre México y Alemania
representa una disparidad de conocimientos de más de dos años completos de
enseñanza de esa materia, apunta.
Puntualiza que la
mayor parte del tiempo de instrucción perdido por los maestros en el país se
destina a borrar el pizarrón, pasar lista, corregir la tarea o repartir
papeles, actividades a las que destinan 39% del tiempo de la clase.
Además, 9% del
tiempo se desperdicia en actividades ajenas a la clase, como “socializar” en la
puerta del salón o simplemente no interactuar con los estudiantes.
Así, 10% del tiempo
total de instrucción dedicado a tareas ajenas equivale a 20 días perdidos en un
año escolar de 200. Y la mitad del tiempo perdido se debe a que los profesores
están físicamente ausentes del aula, llegan tarde, se van temprano o realizan
otras actividades escolares durante la jornada.
El estudio destaca
que los maestros se apoyan en el pizarrón una tercera parte del tiempo en el
aula y destinan entre 14 y 24% del tiempo al uso de materiales didácticos, pero
solo 2% de su tiempo a la enseñanza con tecnologías de la información y
comunicación, a pesar de que crece el equipamiento de escuelas públicas y
particulares con proyectores, pizarrones digitales, computadoras portátiles y
tabletas electrónicas.
“Solo utilizan los
elementos de tecnología de la información y las comunicaciones disponibles en
las aulas 2% del tiempo”, apunta.
Cabe señalar que de
las 207 mil 685 escuelas registradas en el censo educativo, un total de 14 mil
444 no tienen pizarrón en todas sus aulas.
El análisis del BM
indica también que los profesores tienen serias dificultades para mantener la
atención y participación de los alumnos en el aprendizaje, pues en promedio una
quinta parte de los estudiantes se encuentran “desconectados”, lo que
regularmente altera la atención de los demás.
Y resalta que si
bien el contexto familiar del alumno, como la educación de sus padres, la
situación socioeconómica y condiciones dentro del hogar, son el principal
factor de los resultados del aprendizaje, las observaciones realizadas al
magisterio evidencian que “una vez que los niños ingresan a la escuela, ningún
otro actor es tan importante como la calidad de los profesores”.
El Banco Mundial
–cuyo análisis se realizó con la información de más de 15 mil maestros de siete
países de América Latina y el Caribe– recomienda a México que para formar
cuerpos docentes de alta calidad reclute, desarrolle y motive a mejores
docentes.
(DOSSIER
POLITICO/ Redacción / Proceso/ 2014-08-01)
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