Infracciones
en normas oficiales mexicanas incurridas por el SIMPATT en el manejo de
animales, han encendido los focos rojos de PROFEPA, instancia que podría poner
en cuarentena este ícono recreativo de Tijuana. El director de la
paramunicipal, Julio César Díaz, también está en la mira de la Junta de
Gobierno, a cuyos integrantes ha ignorado al momento de hacer convenios de
renta de espacios y transferencias presupuestales
Arbitrariedades
en Parque Morelos
“Como sistema
municipal me conviene más hacer negocio, porque esto es un negocio para el
mismo parque, que necesita dinero para sobrevivir, y la única forma de
obtenerlo es mediante eventos, convenios, renta y contratos”.
Con ese argumento,
Julio César Díaz Carrera justificó los acuerdos, transacciones financieras y
cambios realizados durante los ocho meses que lleva al frente del Sistema de
Parques Temáticos de Tijuana (SIMPATT).
Sin antecedente
alguno en el manejo de parques, el funcionario afirma haber aprendido a dirigir
el SIMPATT “sobre la marcha”. La realidad demuestra lo contrario.
Su impericia lo ha
llevado a infringir las normas oficiales que regulan el manejo y exhibición de
animales, lo que pone en riesgo de cuarentena al Parque Morelos, uno de los
principales, y pocos, centros recreativos para el esparcimiento familiar de los tijuanenses.
En lo que va de la
administración de Jorge Astiazarán Orcí, el registro en los ingresos al parque
de la fauna animal, se ha dado sin apego a las normas de la Secretaría del
Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT).
Tampoco ha cumplido
con los lineamientos establecidos por la Secretaría de Agricultura, Ganadería,
Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación (SAGARPA), por lo que la Procuraduría
Federal de Protección al Ambiente (PROFEPA) ya inició una investigación.
Pero esto no
preocupa en lo más mínimo a Díaz Carrera, quién en apego a un registro
concedido por SEMARNAT en el año 2000 para que el Parque Zoológico de Tijuana pudiera
operar como Unidad para la Conservación, Manejo y Aprovechamiento Sustentable
de la Vida Silvestre (UMA), cuya vigencia es “definitiva”, se dice en completa
libertad para hacer cualquier movimiento de animales, sin requerir permisos de
otras instancias.
Así es como permitió
la operación dentro del parque de la empresa Mundo Safari, originaria de
Sinaloa, con presencia en Sonora, entidad donde ha sido demandada ante PROFEPA
y SAGARPA por maltrato animal.
Por si fuera poco,
el funcionario ha decidido multiplicar los ingresos del SIMPATT “haciendo
negocio” con los arrendatarios de los parque De la Amistad y Morelos,
suprimiendo el pago de rentas a cambio de recibir un porcentaje de las
ganancias, algo no aprobado por la Junta de Gobierno de la paramunicipal.
Los comerciantes que
no acceden a esta nueva modalidad lo acusan de hostigamiento, acoso asentado en una denuncia formal,
mientras que en la Sindicatura Procuradora, Julio César Díaz Carrera es
investigado por nepotismo, por tener parientes en la nómina del SIMPATT.
EN RIESGO DE CLAUSURA
“Lo menos grave
sería la aplicación de sanciones administrativas, aunque el riesgo más latente
es que el parque (Morelos) sea puesto en cuarentena”, observó el regidor Luis
Felipe Ledesma, integrante de la Junta de Gobierno del SIMPATT.
Este trance deriva
de la introducción de nuevos animales por la empresa Mundo Safari y el desarrollo del Festival Canino Dejando
Huella, ambos eventos realizados sin requerir ni haber obtenido los permisos
correspondientes como marca la Norma Oficial Mexicana de SAGARPA, en su
apartado 045, o la NOM-059 de SEMARNAT.
Los lineamientos
oficiales establecen un manejo condicionado y controlado por reglas
zoosanitarias y fitosanitarias de los animales sometidos a exhibición,
particularmente cuando son introducidos a un nuevo ambiente.
Los nuevos
habitantes del parque debieron recibir una atención previa por un médico
veterinario certificado y autorizado por SAGARPA, como también tendrían que
haber sido sometidos a una cuarentena previa para evitar el posible contagio de
enfermedades con la fauna ya establecida, o viceversa.
Pero ni de una ni de
otra regla consta cumplimiento. Los regidores integrantes de la Junta de
Gobierno del SIMPATT han requerido a Díaz Carrera “en lo económico, en forma
verbal”, los permisos federales donde se asiente el apego a las normas, “pero
nos ha ignorado, ahora lo tendremos que requerir en forma oficial”, anotó el
regidor Luis Felipe Ledesma Gil.
Y sentenció: “Al no
obtener respuesta se ha informado a SAGARPA y PROFEPA para que investiguen y
nos informen al respecto, ya que la fauna del parque está de por medio”.
Cuestionado por
ZETA, Julio César Díaz Carrera admitió no haber requerido tales permisos, ya
que para él, contar con un registro a la Unidad para la Conservación, Manejo y
Aprovechamiento Sustentable de la Vida Silvestre (UMA), lo exime de cualquier
sanción federal.
Un registro de UMA,
explicó, “es una condonación para poder mover animales exóticos por todo el
territorio nacional, sin requerir vacunas, permisos de salubridad, ni permisos
de traslado”.
Lo que no mencionó
es que para la validez de ese registro, el permisionario, en este caso él como
director del parque, está “obligado a dar estricto cumplimiento al clausurado
indicado…”, cuyo incumplimiento “dará origen a la instauración de un
procedimiento administrativo ante la autoridad competente, para proceder a la
cancelación del registro y a la aplicación de la legislación correspondiente”,
se lee en el documento.
Entrevistado al
respecto, Gustavo Almaraz Montaño, delegado de PROFEPA en Baja California, dijo
que las inspecciones en los centros donde se exhiben animales, como es el
Parque Morelos, se realizan cada año, pero ante los señalamientos expuestos, la
dependencia ya investiga.
Indicó que el
SIMPATT sí está obligado a dar aviso a PROFEPA de las actividades a realizar,
como es la introducción de nuevos animales, así como eventos en los que se
tenga participación de ellos, como el festival canino realizado el 6 de julio
de 2014, en el que los visitantes llevaron un promedio de 600 mascotas, entre
perros y gatos.
De acuerdo a la
norma, esos animales debieron ser sometidos a un proceso de esterilización y a
un manejo controlado para ser introducidos al parque.
De antemano, el
delegado de la PROFEPA anotó que de corroborarse irregularidades y asentarse
denuncias, se aplicarán las sanciones correspondientes. Eso conlleva una
posible clausura.
LAS ARBITRARIEDADES
Carente de drenaje sanitario,
los cinco baños establecidos en el Parque Morelos son fosas sépticas cuyos
desechos no siempre son extraídos a tiempo de las cisternas a donde desembocan,
por lo que desbordan.
Los sanitarios se
ubican próximos a las áreas de animales, pero salvo un proyecto de
rehabilitación, no se contemplan mayores cambios en ellos.
Donde sí se aprecia
movimiento es en el establo de caballos, algo nuevo en el parque, que ha valido
sacrificar área de pasto, la cual resulta insuficiente en el centro recreativo,
pero si un evento lo amerita, es utilizada como área de estacionamiento.
La vigilancia en las
áreas de juegos y zoológico es prácticamente nula, porque los elementos de
seguridad se concentran en el cuidado de los vehículos, mientras que los
espacios peatonales son utilizados como derrotero del tren safari.
Todo esto se pudo
constatar en un recorrido efectuado el pasado fin de semana por ZETA.
Con una concurrencia
promedio de 15 mil visitantes diarios, los contenedores de basura también son
escasos, por lo que generalmente se encuentran rebosados.
Necesidades todas
que los fines de semana y días festivos son más evidentes, pero no se atienden.
Por el momento, el
funcionario Julio César Díaz dice ocuparse en la recaudación de más ingresos.
Asegura que en lo que va de la actual administración, ha logrado incrementar en
un millón y medio los ingresos económicos del SIMPATT, “de 7.5 millones recabado
en 2013 durante el mismo periodo, hemos logrado ingresos propios por 9 millones
de pesos”, se ufanó.
Dinero, admitió, que
no se encuentra ingresado en las cuentas bancarias de la paramunicipal, sino
que se retiene en las cajas del SIMPATT.
A los recursos
extras, se suma un presupuesto de ingresos y egresos de 27 millones de pesos
que le fue autorizado por el municipio para 2014.
Pero quiere más, su
meta es “hacer negocio para que el parque eleve sus ingresos”.
Por ello celebró un
convenio con el circo que actualmente se ubica en el estacionamiento para que,
en lugar de renta, le proporcione el 50 por ciento de sus ganancias.
La misma propuesta
la hizo a varios de los arrendatarios del Parque Morelos y Parque de la
Amistad, ambos, centros recreativos administrados por él. Vendedores de
comidas, prestadores de servicio de espectáculo, actividades recreativas y
hasta los operadores del mismo palenque, han recibido el ofrecimiento: aumentar
los costos de sus servicios y productos y darle un porcentaje negociado de las
ganancias.
Algunos han
accedido, otros no, “pero yo continuaré insistiendo de ser socio, no les voy a
cobrar renta, pero que me den participación de todo lo que haya”.
— ¿Qué nuevos
proyectos va a desarrollar con esos recursos?, se le cuestionó.
“Ninguna obra
adicional, apenas alcanza para la operatividad del parque y pago de servicios”.
El único proyecto se
centra en el establecimiento de un área especial de comida con contenedores
reciclados de barcos, que estaría sustituyendo a las actuales cabañas, la cual
se efectuará con un remanente de 2.5 millones de pesos que dejó la anterior
administración.
Sobre la venta de
comida, Díaz mencionó tener una propuesta de McDonald´s para instalarse dentro
del Parque Morelos, algo que en su entender “daría un plus” al lugar.
JUNTA DE GOBIERNO REBASADA
Julio César Díaz
asegura administrar el SIMPATT en forma transparente y contar con la anuencia
de la Junta de Gobierno que rige a la paramunicipal, pero sus integrantes lo
contradicen.
Luis Felipe Ledesma
Gil anota que en una reunión, el director les presentó el borrador de un
proyecto, pero no se ha formalizado ni se ha aprobado su ejecución.
Sindicatura
Municipal, instancia que integra la Junta, tampoco está enterada.
Es precisamente en
la fiscalía municipal donde ya se ha iniciado una investigación del actuar de
Díaz Carrera, por la queja de los comerciantes por supuestas arbitrariedades y
de un menor al que mordió una víbora dentro del parque y no fue atendido como correspondía.
También se le
investiga por nepotismo, porque dos primos de él se encuentran laborando en la
misma dependencia: Carlos y Wendy Díaz. El funcionario asegura que, aun cuando
entraron en esta administración “yo no los contraté, lo hizo Recursos Humanos”.
Carlos Díaz ingresó
como guardia y hoy es el jefe de seguridad del Parque Morelos, mientras que
Wendy, es cajera en la dirección del centro recreativo.
En la nómina también
se localizó a Jesús Díaz Carrera como encargado de cuadrilla de servicios
públicos, pero el director de la paramunicipal aseveró que “fuera de mis
primos, no hay nadie más de mi familia en nómina”.
De la presencia de
un hermano “coordinando el ingreso al estacionamiento, guardias de seguridad y
a los comerciantes”, así como de sus padres y otros parientes, anotó que todos
ayudan “como voluntarios” en el mantenimiento del lugar, pero sin cobro a
cambio.
Entrevistado al
respecto, el secretario de Desarrollo Social Municipal, Javier Camarena
Salinas, sostuvo que en el Parque Morelos sí ha habido un trabajo de
mejoramiento y ampliación del área de animales, “el zoológico es un atractivo
muy importante y se ha visto reflejado con un incremento de un 30 por ciento en
el número de visitantes”, subrayó.
De los contratos
realizados por el director de SIMPATT, aclaró que éstos tienen que pasar por la
Junta de Gobierno, “él no puede dar un contrato a título personal”, concluyó.
(SEMANARIO
ZETA/ Isabel Mercado Juárez/ 31 de Julio del 2014 a las 21:00:00)
No hay comentarios:
Publicar un comentario