Al dolor de haber
perdido a dos familiares, quienes resultaron ahogados tras volcarse una lancha
al sur de Puertecitos, en la zona del Valle de San Felipe, una familia reclama
la divulgación de información falsa sobre la supuesta participación de
elementos de la Secretaría de Marina en las labores de rescate.
En lugar de las
publicaciones que replicaron medios de comunicación sobre la oportuna
participación de la Marina, la familia relata a ZETA, la tardía respuesta de la
Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y la falta de sensibilidad
de las autoridades.
“A la Marina, los
están elevando, es una falsedad, nosotros estuvimos sufriendo, fue un
martirio”, comenta Javier Lozoya, pariente de Enrique Ulloa Lozoya y Mario
Murguía Rivera, quienes resultaron muertos después de que la lancha donde
viajaban con una persona más, se volcara.
“Por cinco, seis
horas ahí estuvo el cuerpo tirado ahí en la playa”, hace memoria el hombre
sobre los hechos ocurridos la tarde del 19 de julio de 2014.
Debido a que el
poblado de Puertecitos se localiza a 80 kilómetros al sur de San Felipe, y por
lo tanto se encuentra entre el límite de Mexicali y Ensenada, la PGJE no pudo
determinar con claridad ni rapidez, a qué agencia de las dos ciudades
correspondía el levantamiento de los cadáveres.
“A la Marina se les
avisó en la tarde y vinieron hasta las ocho de la mañana del domingo (día
siguiente). Traían un barco un poco más grande de la panga en que nos
volteamos”, comenta Jaime Vega, uno de los sobrevivientes del accidente.
“Una vil lancha”,
tercia enojada Engracia Lara, residente de El Centro, California, y esposa de
uno de los fallecidos, Mario Murguía Rivera.
“Desde las cinco de
la tarde como hasta las doce de la noche duró el cuerpo de mi esposo ahí tirado,
tuvimos que hacer una lumbrada porque andaban los coyotes ahí rondando”,
recuerda indignada Engracia.
Tanto el
sobreviviente como los familiares, quienes fueron testigos del accidente,
refieren que al lugar llegaron en apoyo dos policías municipales adscritos al
sur de Puertecitos.
La familia se
encontraba vacacionando en la playa “La Costilla”, ubicada más al sur del
poblado.
Finalmente, el
Ministerio Público procedente desde Ensenada, del Valle de la Trinidad, arribó
al lugar.
Jaime Vega describe
cómo los marinos buscaban en las orillas del mar y sobre la playa, el cuerpo de
Enrique Ulloa Lozoya, de 21 años de edad, quien se encontraba en la lancha
junto a él y los dos hombres que resultaron muertos.
Fue hasta la mañana
del 21 de julio, dos días después del accidente, que el cuerpo de Enrique fue
encontrado, una vez que la marea lo devolvió.
Entonces se repitió
la odisea del día del accidente, ya que el agente del Ministerio Público arribó
12 horas después, lapso durante el cual, el cuerpo estuvo expuesto a los rayos
del sol.
Hasta el mediodía
del 23 de julio, los familiares de los dos fallecidos seguían en espera de la
entrega de los cuerpos por parte del Servicio Médico Forense.
Desde hace 20 años,
esta familia recorre la zona turística en paseos colectivos. Ese fin de semana
de julio, viajaron cerca de 15 integrantes a bordo de tres vehículos y
acamparon en la playa conocida como La Costilla.
Al mediodía del
sábado 19 de julio, seis de ellos y el dueño de una panga salieron a pescar,
recorriendo la orilla de la paradisiaca playa, luego se alejaron un poco más,
pero a la par, el mar empezó a encresparse y de repente una ola les pegó en la
panga, para voltearla.
Nadie llevaba puesto
el chaleco salvavidas. El accidente significó la muerte por ahogamiento de dos
de los tripulantes, uno falleció inmediatamente. Su cuerpo fue jalado desde la
panga hasta la playa. El otro apareció hasta la mañana del día siguiente.
“Los de la Marina
solo sirvieron para espantar a los coyotes del joven que apareció en la playa”,
finaliza su relato, indignado, Javier Lozoya.
(SEMANARIO
ZETA/Sergio Haro Cordero/ 28 de Julio del 2014 a las 12:00:00)
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