A 12 años de que se empezó a aplicar en México un
programa antidopaje, las cifras de resultados adversos entre los deportistas
profesionales y aficionados son altas, en lo que puede interpretarse como un
fracaso de las autoridades para prevenir este fenómeno que afecta al deporte en
todo el mundo. Aunque un especialista de la Conade afirma que en México el
consumo de sustancias prohibidas se ubica por debajo de la media mundial, la
realidad es que el problema existe, entre otras razones, por desinformación de
los atletas que consumen alimentos contaminados.
Beatriz Pereyra /Reportaje Especial
MÉXICO, D.F.
(Proceso).- Por primera vez en 12 años la Comisión Nacional de Cultura Física y
Deporte (Conade) difundió los resultados de controles realizados a deportistas
mexicanos en el Laboratorio Nacional de Prevención y Control de Dopaje. De las
21 mil 537 muestras de orina analizadas, 508 (2.3%) dieron positivo a
sustancias prohibidas.
Las pruebas
corresponden a deportistas olímpicos y no olímpicos, así como a profesionales
de la Liga Mexicana de Beisbol (LMB). De acuerdo con información publicada en
la página web de la Conade, en esta última disciplina se aplicó el mayor número
de controles: 4 mil 765.
Sin embargo, no se
aclara cuáles resultados corresponden a jugadores de la LMB y cuáles a
seleccionados de 16 y 18 años que acudieron a campeonatos mundiales. Los
números indican que durante ese periodo se encontraron sustancias dopantes en
las muestras de orina de 330 beisbolistas, tanto profesionales como amateurs.
Después del beisbol,
el futbol fue el deporte en que se analizó el mayor número de muestras de
orina, con un total de 3 mil 647. En 10 de éstas se detectaron sustancias prohibidas.
De los casos registrados en 2011, seis fueron por clembuterol y cinco de ellos
correspondieron a los jugadores Guillermo Ochoa, Francisco Javier Maza
Rodríguez, Christian Hobbit Bermúdez, Édgar Dueñas y Antonio Naelson Sinha,
quienes fueron separados de la selección nacional que participó en la Copa Oro.
Al cabo de un mes,
la Federación Mexicana de Futbol (Femexfut) exoneró a los cinco futbolistas,
pues determinó que la presencia del clembuterol en su cuerpo se debió,
supuestamente, al consumo de carne contaminada.
Los deportes en los
que entre 2000-2011 se detectaron sustancias prohibidas fueron: atletismo, 28
casos (mil 642 muestras); ciclismo, 27 (710); levantamiento de pesas, 14 (612);
vela, 11 (mil 531); boxeo, siete (259), y natación, siete (908 muestras).
Llama la atención
que después de atletismo, vela sea el deporte en que mayor número de muestras
de orina han sido recolectadas, toda vez que se trata de una disciplina en la
que no llegan a 10 los atletas de alto rendimiento que la practican.
Otras disciplinas en
las que se registraron menos casos fueron: judo, seis (uno en 2007, cuatro en
2008, uno en 2011; lucha, seis (uno en 2009, uno en 2010, cuatro en 2011); tiro
–no se especifica si se trata de tiro con arco o tiro deportivo–, cinco casos
entre 2005 y 2009; volibol, también cinco; handball y hockey, cuatro cada uno;
basquetbol, tres; frontón, tres; nado sincronizado, karate, taekwondo y tenis,
con dos casos . Con un solo caso aparecen triatlón (2000), canotaje (2005),
esgrima (2008), pentatlón (2007) y montañismo (2011).
Discrecionalidad
Entre 2000 y 2009 se
analizaron 17 mil 461 muestras de orina y en 430 se encontraron sustancias
prohibidas (2.4%); en la información que difundió la Conade no se especifica
cuáles. No obstante, una gráfica elaborada en el área de Medicina y Ciencias
Aplicadas al Deporte de la Conade muestra que entre 2003 y 2008 las sustancias
descubiertas fueron: nandrolona (esteroide), anfetaminas, mariguana, efedrina,
metenolona (esteroide), testosterona, boldenona (esteroide), metandienona
(esteroide anabólico), furosemida (diurético), hidroclorotiazida (diurético),
clortalidona (diurético) y cocaína, entre otras.
Hasta ese momento,
el laboratorio no tenía capacidad para detectar hormona del crecimiento humano
(HGH) ni eritropoyetina (EPO).
En 2010, la Conade
analizó 2 mil 272 muestras de orina y 34 produjeron un resultado analítico
adverso (RAA). La disciplina con mayor número de esos resultados fue
fisiconstructivismo y fitness, con 17 casos en los que se encontraron
diuréticos, esteroides, mariguana y cocaína. Le sigue el beisbol profesional y
amateur con siete por cocaína, esteroides, anfetaminas, mariguana, un
analgésico opioide (oxicodona) y un estimulante.
En ciclismo tres
muestras de orina dieron positivo a estimulantes y corticoesteroides; en
levantamiento de pesas hubo dos casos por esteroides y diuréticos. Con un
resultado adverso aparecen las siguientes disciplinas: natación (testosterona),
voleibol (corticoesteroides), luchas asociadas (diurético), boxeo (mariguana) y
softball (esteroides).
Entre esos
resultados no aparece el positivo a cocaína que dio la taekwondoína Alejandra
Gaal, quien simplemente fue separada de la selección nacional. La ausencia de
ese resultado en las cifras oficiales confirma la discrecionalidad con que las
federaciones, la propia Conade y el Comité Nacional Antidopaje han tratado los
casos en los que se ha registrado la presencia de una sustancia dopante y cómo
los atletas tampoco han recibido ayuda.
En mil 624 muestras
analizadas en 2011 hubo 44 resultados analíticos adversos. Los deportes en los
que se confirmó la presencia de una sustancia prohibida, sus metabolitos,
marcadores o evidencia del uso de un método prohibido fueron los siguientes:
Ciclismo, siete
casos (122 muestras); futbol, seis (105 muestras); atletismo, cinco (216
muestras); futbol americano, cinco (53 muestras); luchas asociadas, cuatro (39
muestras); natación –dos casos en waterpolo–, cuatro en 124 muestras; volibol,
tres; gimnasia, dos, y la Federación de Ciegos y Débiles Visuales, dos casos.
Con un solo RAA
aparecen las siguientes disciplinas: beisbol (sólo Liga Mexicana de Beisbol),
judo, tiro deportivo, vela, levantamiento de pesas y basquetbol.
En ninguno de los
resultados de 2000 a 2011 se especifica qué controles se realizaron dentro de
competencia y cuáles fuera de ésta.
Valdría la pena
reflexionar por qué el número de resultados analíticos adversos registrados no
es más alto, si se considera que México tiene un problema de salud pública
porque los ganaderos utilizan clembuterol para engordar animales. La lógica
indicaría que esta sustancia debería ser la número uno en esos resultados.
Disuasión
En entrevista con
Proceso, el director de Medicina y Ciencias Aplicadas al Deporte de la Conade,
Juan Manuel Herrera, aclara que los resultados analíticos adversos no deben
confundirse con sanciones impuestas por violación a las reglas antidopaje. Es
decir, no pueden ser necesariamente considerados como “positivos” puesto que
antes de emitir un juicio debe analizarse si el atleta contaba con una
autorización de uso terapéutico.
Aunque no da una
cifra exacta, Herrera indica que más de la mitad de los controles realizados
entre 2010 y 2011 se realizaron fuera de competencia, para disuadir a los
atletas sobre la eventual utilización de sustancias prohibidas.
“El problema del
dopaje lo tenemos controlado y lo estamos atacando”, sentencia el funcionario.
Y añade: “México está abajo del promedio de atletas internacionales que tienen
un resultado analítico adverso. Con base en lo que hemos visto, en 10% de los
casos podemos hablar de un dopaje orientado; o sea que sí se hace con intención
de hacer trampa y se usa una sustancia para mejorar el rendimiento”.
Detalla que la mayor
cantidad de resultados analíticos adversos se presentan porque los atletas
consumen suplementos alimenticios sin saber que están contaminados con
sustancias prohibidas. Dice que en la dependencia federal tienen “un museo”
donde se exhiben muchos de esos productos.
Aunque la Agencia
Mundial Antidopaje (WADA) no prohíbe el consumo de suplementos y complementos
alimenticios, sí aclara que los deportistas deben consumirlos bajo su propio
riesgo, ya que si dan positivo por esta razón no serán exculpados.
“La WADA indica que
18% de los suplementos a nivel mundial están contaminados con entre una y siete
sustancias. Como cada país tiene una regulación distinta sobre estos productos
y son de fácil acceso, se convierten en un agente agresor altamente nocivo para
los atletas. Muchos de estos productos entran al mercado mexicano con la leyenda
de que son de origen natural, y por idiosincrasia para nosotros lo natural no
hace daño. Tenemos que cambiar con educación esos paradigmas que los atletas
adquieren en sus familias. Otro de los factores es la automedicación por la
forma como se distribuyen los medicamentos en México, donde sólo se pide receta
para los antibióticos o los controlados”, explica Herrera.
–¿Después de 12 años
de un programa antidopaje en México, todavía los atletas mexicanos siguen
alegando ignorancia? ¿Eso habla de una política fallida de la Conade?
–Hemos dado la
información. En la página de la Conade están varios vínculos donde pueden entrar
a la lista de los productos milagro que dio a conocer la Cofepris (Comisión
Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios), a la lista de sustancias
de la WADA, a la información de los suplementos alimenticios. Es información
pública que además les hemos dado en talleres y se las hemos dicho una y otra
vez.
“Lo dice el propio
Código Mundial en el artículo 2.1: esgrimir falta de conocimiento no es una
situación de defensa. No se deben decir sorprendidos. Si consumen algo lo hacen
con el riesgo que conlleva tener un resultado analítico adverso. Si una persona
viola las reglas del juego tiene que asumir su castigo. Esa es nuestra
política. Tiene derecho a juicio justo y explicar por qué apareció esa
sustancia en su cuerpo. No lo voy a crucificar antes de oírlo, pero los
deportistas deben entender que lo que esté en su organismo es su máxima
responsabilidad.”
El médico explica
que antes no se difundían los resultados de los controles antidopaje en virtud
de que el laboratorio –que realiza los procedimientos necesarios para obtener
la certificación de la WADA– no contaba con el ISO-17025 que acredita que sus
resultados tienen validez y confiabilidad.
Una vez que se
cuente con esa certificación, añade, los resultados no serán sólo para consumo
local, sino que los tendrá en tiempo real la WADA –mediante los sistemas LIMS y
ADAMS–, de tal suerte que las federaciones internacionales de cada deporte
vigilarán que las federaciones mexicanas abran un expediente por cada caso, y
si se determina que el resultado analítico adverso se convierte en un positivo,
impongan las sanciones correspondientes.
“Digamos que para
entonces el ensayo habrá terminado. Esto que hicimos durante 12 años fue como
la pretemporada; a partir de la certificación todo cambiará. Las federaciones
nacionales también serán vigiladas por el Comité Nacional Antidopaje para
verificar que realicen de forma correcta los juicios de instrucción para que
los atletas sean sancionados o no, según sea el caso. Algunos (presidentes de
federación) no contestan cuando se les notifica que hay resultados analíticos
adversos; hay que mandarles varias veces el escrito para que atiendan los
casos. Con la certificación tendrá que ser a la primera”, advierte Herrera.
De acuerdo con los
resultados analíticos adversos de 2010 y 2011, las federaciones nacionales
debieron iniciar 78 juicios de instrucción y un expediente por cada atleta que
tuvo un resultado adverso. No obstante, nunca han informado cuántos de esos
casos ya están cerrados, qué sanciones se impusieron ni los nombres de los
infractores. Hoy en día tampoco se sabe cuántos expedientes permanecen
abiertos.
Cuando un deportista
da positivo en un control antidopaje, muchos de los presidentes de las
federaciones simplemente lo dan de baja de las selecciones nacionales; si
tienen preferencia por algún atleta las sanciones son mínimas o incluso no son
castigados. Cada federativo deja a su libre albedrío el tratamiento de esos
casos.
La Conade también ya
trabaja en la implementación de los lineamientos que permitan atender a los
deportistas cuyo análisis de muestra de orina arroja un resultado analítico
adverso o positivo.
Los controles
antidopaje en la Olimpiada Nacional (ON), la justa deportiva más importante de
México, en la que participan alrededor de 27 mil personas, es una deuda
pendiente que aún tiene la Conade, que en 2013 espera recibir la certificación
del laboratorio.
En la edición 2012
de la ON apenas fueron analizadas alrededor de 500 muestras de orina de todos
los atletas, que en total ganaron mil 841 medallas de oro, mil 822 de plata y 2
mil 229 de bronce.
(PROCESO/ Beatriz Pereyra/ 19 de febrero de 2013)
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