Juan Pablo Proal
MÉXICO, D.F.
(proceso.com.mx).- La secta “Defensores de Cristo” indujo a sus seguidores a
practicar el incesto, cometer abusos sexuales contra menores de edad y
practicar el tráfico de órganos.
“México ha sido la
sede de la secta más destructiva y peligrosa que haya visto”, declaró en rueda
de prensa el abogado argentino Héctor Walter Navarro, presidente de la Red de
Apoyo para Víctimas de las Sectas, tal vez el jurista de Latinoamérica con más
experiencia en la materia.
Esta mañana fueron
presentados testimonios de víctimas de la secta fundada por el español Ignacio
González de Arriba, “Maestro Fénix”, quien se proclamaba la reencarnación de
Cristo. Las afectadas narraron que fueron obligadas a comer vísceras, practicar
la poligamia y fueron sometidas a encierros.
Blanca Castro, una
de las víctimas, denunció que fue obligada a permanecer días enteros sin comer,
a comer vísceras de animales crudos y cometer orgías. Uno de sus hijos, menor
de edad, debía ver pornografía para prepararse para practicar la poligamia
cuando fuera adulto. Y una menor de once años fue casada por la fuerza con un
hombre de 40.
El 25 de enero
pasado fue detenido el líder de la secta, que operaba en México desde 2010,
primero en Coahuila y posteriormente en Nuevo Laredo, Tamaulipas. Mediante el
internet, la organización tenía alrededor de cuatro mil simpatizantes de 80
países.
La secta publicaba
anuncios en internet en los que prometía enseñar a ejecutar milagros:
resucitar, devolver la vista a ciegos, comunicarse con ángeles, matar demonios,
obtener fuerza como la de Sansón, generar un corazón o hígado nuevos, eliminar
el dolor, aumentar el tamaño del pene, atravesar paredes… Un total de 343
poderes sobrenaturales. Los cursos tienen un costo desde mil 300 hasta 130 mil
dólares.
La Fiscalía Especial
para los Delitos de Violencia contra las Mujeres y Trata de Personas (Fevimtra)
de la Procuraduría General de la República (PGR) fue la responsable de la
investigación, que derivó en la captura del “Maestro Fénix”.
Norma, otra de las
víctimas, relató en rueda de prensa que los líderes de la secta le prometieron
que le regenerarían la matriz e incluso le devolverían la capacidad de
embarazarse.
Los representantes
de la red pidieron a la opinión pública que no se les juzgue como personas
crédulas, pues el proceso de inducción a una secta es complejo y se basa
principalmente en el maltrato y la manipulación psicológica.
(PROCESO/Juan Pablo Proal/ 19 de
febrero de 2013)
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