Para los acapulqueños febrero ha sido un mes negro.
Apenas iniciado, el lunes 4, seis turistas españolas fueron violadas por un
grupo de presuntos sicarios de una célula que opera en la zona para el Cártel
Independiente de Acapulco. El hecho mismo y las torpezas de las autoridades
locales en el manejo del asunto provocaron un escándalo internacional, si bien
aparentemente algunos de los violadores fueron detenidos. En una zona que de
por sí es acosada por el crimen organizado, las dos semanas siguientes fueron
de terror, pues a la inseguridad galopante se sumaron operativos policiacos,
allanamientos, detenciones arbitrarias…
Ezequiel Flores Contreras
ACAPULCO, GRO.
(Proceso).- La violación de seis turistas españolas la madrugada del lunes 4 en
una casa de playa ubicada en la franja turística oriental de este puerto desató
una ofensiva policiaca en la zona, controlada por el narco y donde las
violaciones y asaltos a los visitantes han proliferado en los últimos meses.
De acuerdo con
testimonios
y documentos
oficiales consultados por Proceso, desde el año pasado autoridades estatales y
federales tenían conocimiento de que en el corredor turístico del puerto
–ubicado en la parte oriental y que abarca de la Zona Diamante al balneario de
Barra Vieja– los robos, secuestros y agresiones a turistas y paseantes eran la
constante en temporada vacacional.
Tras la agresión a
las españolas, las autoridades se enfocaron en las células del Cártel
Independiente de Acapulco (Cida), remanente del extinto grupo de los hermanos
Beltrán Leyva que encabeza el ex policía federal Víctor Aguirre Garzón, un
presunto primo del gobernador Ángel Aguirre Rivero.
Durante dos semanas
los operativos policiacos aterrorizaron a las comunidades guerrerenses aledañas
al sitio de la violación, lo que movilizó a lugareños molestos por las
detenciones arbitrarias. Los dispositivos del Sistema de Posicionamiento Global
(GPS, por sus siglas en inglés) permitieron a los agentes ubicar uno de los
celulares robados a las turistas españolas. Eso, según la versión oficial,
facilitó la localización y captura de seis jóvenes que operaban en el centro
del puerto, a quienes se señaló como autores de las violaciones.
El titular de la
Procuraduría General de la República (PGR), Jesús Murillo Karam, se desplazó de
inmediato a este puerto y organizó una conferencia de prensa en la cual anunció
que el caso estaba resuelto. Los detenidos confesaron “plenamente su
participación”, dijo. En incongruencia con esta aseveración, las autoridades
ministeriales solicitaron a un juez de primera instancia el arraigo de los
presuntos responsables con el argumento de que aún faltan “algunos dictámenes”.
La razzia fue
dirigida por el encargado de despacho de la comisaría general de la Policía
Federal (PF) en la entidad, Omar Hamid García Harfuch –hijo de Javier García
Paniagua, ex titular de la desaparecida Dirección Federal de Seguridad–, y el
director de la Policía Ministerial Estatal (PME), Marcos Juárez Escalera –un
general en retiro señalado por sus presuntos nexos con el narco– y se concentró
en la franja turística de los balnearios de Playa Bonfil, San Andrés Playa
Encantada y Barra Vieja.
Durante dos semanas,
además de los allanamientos a viviendas y restaurantes, policías federales y
ministeriales uniformados y vestidos de civil arrestaron a una decena de
jóvenes, según los testimonios de los pobladores.
La indiscriminada
ola de detenciones arbitrarias generó la semana pasada protestas de familiares
y amigos de los inculpados, entre ellos los vecinos de la colonia Alfredo V.
Bonfil, quienes durante dos días bloquearon importantes vías del puerto, así
como la costera Miguel Alemán y el Bulevar de las Naciones, que conecta la zona
Diamante con el aeropuerto Juan N. Álvarez.
El jueves 14 fueron
puestos en libertad cuatro de los jóvenes que habían sido detenidos durante una
redada en el balneario de Barra Vieja el viernes 8. Estuvieron arraigados en
una casa de seguridad de la Procuraduría General de Justicia (PGJ) en esta
capital, donde los interrogaron sobre el asalto y violación de mujeres
registrado en octubre último en una casa de Playa Bonfil. Nada se sabe de los
otros jóvenes capturados, refieren familiares entrevistados por Proceso.
Informes oficiales a
los que tuvo acceso este semanario indican que entre el miércoles 13 y jueves
14 una unidad especial de la procuraduría local detuvo a seis adolescentes más
a los que se relaciona directamente con la violación de las españolas. Ellos
son: José Antonio Castañeda El Negro Candela, de 30 años, a quien las
autoridades señalan como el jefe de la banda que opera en el barrio de La
Noria, en pleno centro de Acapulco; Abraham Rodríguez Flores, El Barny, de 27;
Omar González Gaspar, El Burger, de 20; Miguel Ángel Torres Tlaxiaco, El Migue,
de 19; un menor de 16 años, y Jorge Antonio Helodio Carmona, El Payaso, de 20.
La captura de esta
célula al servicio del Cida se originó a partir de la detención de un menor que
tenía uno de los 10 celulares robados a las turistas españolas y sus
acompañantes durante la agresión, de acuerdo con el reporte oficial.
El detenido declaró
que el teléfono se lo vendió El Payaso. Los agentes fueron a buscarlo a su casa
de La Noria, uno de los barrios históricos del centro del puerto que controla
el narco. La mañana del martes 12 los agentes irrumpieron en dicho domicilio, donde
sólo se encontraba una hermana del Payaso, quien, según ella, él estaba en la
comunidad de El Aguacate, municipio de Marquelia, en la región de la Costa
Chica.
Horas después El
Payaso fue detenido y terminó por dar las direcciones de los integrantes de la
célula criminal, quienes fueron aprehendidos la madrugada del miércoles 13;
cuatro de ellos en el centro del puerto, mientras que el presunto jefe de la
banda, El Negro Candela, en la colonia La Vacacional, situada en la zona
conurbada de Acapulco.
Autodefensa
Ante la creciente
inseguridad en Guerrero, en varias comunidades se han organizado grupos
ciudadanos de autodefensa para enfrentar directamente a la delincuencia, sobre
todo en la Costa Chica.
Y si bien la masacre
de nueve policías estatales en la Zona Norte, en represalia porque el Ejército
abatió a un jefe de pistoleros de La Familia Michoacana, indignó a la sociedad,
la violación de turistas en Acapulco –“la segunda ciudad más violenta del
mundo”, según el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y la Justicia
Penal– elevó el malestar social en el estado.
El gobernador Ángel
Aguirre Rivero niega que haya ingobernabilidad; incluso declaró que en la
entidad, sobre todo en este puerto, los delitos “van a la baja”, aunque se
cuidó de no proporcionar ninguna estadística.
La violación de las
seis turistas españolas exhibió a las autoridades que se niegan a actuar contra
el narco, aun cuando desde el año pasado tenían indicios de que en el oriente
del puerto pandillas al servicio del Cida cometen robos, extorsiones y
violación de turistas. De nada ha servido el ostentoso operativo
policiaco-militar Operación Guerrero Seguro (OGS), según admiten las propias
autoridades.
Esta zona de
contrastes donde se asientan poblados y colonias como Alfredo V. Bonfil, El
Podrido y Lomas de Chapultepec fue concebida y planificada hace más de 20 años
durante la administración de José Francisco Ruiz Massieu, quien contó con el
apoyo jurídico del abogado panista Diego Fernández de Cevallos.
El ex candidato presidencial
fue el que le ayudó a despojar de los terrenos a los ejidatarios o comprárselos
a bajo precio para revenderlos a corporativos y desarrolladores urbanos a fin
de que construyeran ahí inmuebles de lujo y plazas comerciales, refiere un
reporte periodístico publicado en el periódico El Sur en su edición del
miércoles 6.
Durante los últimos
tres años, esta zona ha sido escenario de la confrontación entre bandas
delincuenciales que se disputan brutalmente la plaza de Acapulco, así como del
asesinato y secuestro de líderes ejidales, indica el diario.
Sobre la carretera a
Barra Vieja se extiende una amplia gama de restaurantes donde “el pescado a la
talla” es el atractivo gastronómico. Ahí hay también casas de retiro entre el
mar y la laguna de Tres Palos, así como hoteles de distintas categorías y
hospedería extrahotelera que hace del lugar un atractivo para el turista que
busca relajarse del bullicio urbano.
Las detenciones
El 24 de enero
agentes federales detuvieron en este lugar a siete hombres y una mujer cuyas
edades van de los 19 a los 42 años, presuntamente vinculados con una célula
criminal dedicada al narcomenudeo, secuestro, robo y violación que trabaja para
el Cida, organización liderada por Víctor Aguirre Garzón.
De acuerdo con la
averiguación previa PGR/SEIDO/UEIDMS/223/2012, a la que tuvo acceso este
semanario, los presuntos delincuentes identificados como El Kalule, El Cachas,
El Cheque, El Matute, La Muñeca, El Balta, El Eder y La Charo se dedicaban a
prestar servicios turísticos y a cuidar viviendas. Su centro de operaciones es
el área de playa de la colonia Alfredo V. Bonfil, ubicada en la franja
turística donde el lunes 4 fueron violadas las turistas españolas.
La Subprocuraduría
Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO) les atribuye
al menos cinco acciones cometidas desde noviembre.
Los presuntos
delincuentes ubicaban a las víctimas desde que llegaban a rentar casas de
oferta extrahotelera en temporada vacacional, ingresaban a los inmuebles por
las noches gracias a que una mujer identificada como La Charo les proporcionaba
las llaves de las viviendas, refiere la averiguación previa de la SEIDO.
En su declaración,
el supuesto jefe de la célula criminal, El Kalule, de 32 años, narra que en una
ocasión él y sus compañeros agredieron y violaron a familiares de “un
comandante de la policía del Estado de México”:
“A principios de
noviembre nos metimos a robar en la calle de la primaria como a las 12:00. Ahí
nos robamos algunas cosas y en esa casa violaron a algunas mujeres…
“El Cacha se violó a
una rubia, en esa misma casa; después nos movimos a dar un rol a La Isla
(conocido centro comercial), de donde seguimos a una camioneta que fue a la
colonia Bonfil, en la casa que cuida El Eder, donde había dos mujeres y cinco
batos.
“El Balta fue quien
violó a la güerita y creo que también El Eduardo. De ahí los sacamos a bordo de
su camioneta y los llevamos a dar un rol allá por Plan de Los Amates, donde los
tuvimos hasta el amanecer en un terreno baldío en esa zona. El hijo del dueño
de esa casa nos dijo que su papá era comandante de la policía del Estado de
México, por lo que los dejamos solos ahí en su camioneta.”
Familiares de los
inculpados, quienes se encuentran retenidos en el Centro Nacional de Arraigos
de la Procuraduría General de la República (PGR) en la Ciudad de México, han
organizado varias protestas en el puerto, incluidos los bloqueos de avenidas en
la Zona Diamante, para exigir su liberación. Dicen que son inocentes y
advierten que la banda de violadores sigue operando impunemente.
La agresión a los españoles
Diez días después de
que la Policía Federal anunció públicamente que había desarticulado una banda
dedicada al secuestro y la venta de droga al menudeo en la playa Bonfil de
Acapulco, se registró una agresión más contra vacacionistas, con las mismas
características y en la misma zona turística.
La madrugada del
lunes 4, al menos 15 sujetos armados y encapuchados irrumpieron en una casa que
se encuentra en el kilómetro 37 de la carretera a Barra Vieja, en el punto
conocido como San Andrés Playa Encantada, en el ejido El Podrido, contiguo a la
colonia Alfredo V. Bonfil, donde se hospedaban 12 turistas españoles (seis
mujeres y seis hombres) y una mexicana, refieren reportes de la PGJ.
Los criminales
sometieron a los extranjeros y violaron a las seis mujeres. Sólo respetaron a
la mexicana. Antes de marcharse, robaron aparatos electrónicos y el dinero de
las víctimas, informó la procuradora Marta Garzón Bernal. Según ella, el móvil
de este crimen fue “el robo” y lo hicieron, dijo “para divertirse”.
Reportes oficiales
consultados por Proceso describen la agresión y advierten que las autoridades
ministeriales tuvieron conocimiento de ésta nueve horas después de que se
cometió.
Indica que cerca de
las dos de la madrugada los criminales, siete de los cuales iban armados,
irrumpieron en la casa del empresario acapulqueño Pablo Álvarez, dueño de la
franquicia de restaurantes 100% Natural, donde se alojaban las turistas. Dos
horas y media después los delincuentes se retiraron del lugar.
El reporte detalla
el monto y los artículos robados: Dos computadoras portátiles, dos tabletas
electrónicas, 16 teléfonos móviles, tres cámaras fotográficas, un reproductor
de música portátil, varias tarjetas de crédito y 7 mil 800 pesos.
A las 6:56 horas, el
delito fue reportado vía telefónica al servicio de emergencias 066 y se
consignó como un robo a casa habitación. Pero fue hasta las 13:52 horas cuando
la denuncia se registró en la coordinación central de la Policía Ministerial
Estatal (PME), dependiente de la Procuraduría local.
Más tarde la noticia
fue difundida por medios locales. Por la noche, el alcalde Luis Walton y la
procuradora Garzón dieron una conferencia de prensa en la cual aquél trató de
minimizar el hecho para evitar la afectación de la imagen del puerto.
(PROCESO/ Ezequiel Flores Contreras/19 de febrero de
2013)
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