El 19 de enero de 2001 escapó de un penal de alta
seguridad en un carro de lavandería
La revista Forbes lo califica uno de los hombres más
influyentes y ricos del mundo
Gustavo Castillo García
El 19 de enero de
2001, Joaquín El Chapo Guzmán Loera escapó del penal de máxima seguridad de
Puente Grande (hoy llamado Centro Federal de Readaptación Social Occidente), y
de tener una organización criminal que operaba en cinco estados, se ha
convertido, 12 años después, en el narcotraficantes más buscado por Estados
Unidos y México.
El cártel de
Sinaloa, su organización, opera en 24 estados y varios países de Centro y
Sudamérica, y se ha vinculado con grupos criminales que envían cocaína a
naciones de Europa, según información obtenida de funcionarios de la
Procuraduría General de la Republica (PGR).
En marzo de 2012, el
titular de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia
Organizada (hoy Seido), declaró que la
Policía federal estuvo cerca de capturar al líder del cártel de Sinaloa –quien
según la revista Forbes es uno de los hombres más influyentes y ricos del
mundo–, en una mansión localizada en el puerto turístico de Los Cabos.
Supuestamente el
narcotraficante logró escapar un día después de que la secretaria de Estado de
Estados Unidos, Hillary Clinton, se reunió con decenas de cancilleres en la
misma ciudad mexicana.
Según información
difundida por Wikileaks, con base en cables diplomáticos, el ex secretario de
la Defensa Nacional, el general Guillermo Galván Galván, dijo a diplomáticos
estadunidenses que Guzmán Loera se desplaza frecuentemente entre 10 y 15 sitios
para evitar ser arrestado y que tiene un equipo de seguridad de unos 300
hombres.
El 19 de enero de
2001 se metió a un carro de lavandería, se cubrió con una sábana y encima le
colocaron un colchón. En su celda, para impedir que se pudiera observar a
simple vista su estancia, utilizó una sábana como cortina.
Ese día, de manera
directa, al menos 15 servidores públicos cuidaron que el carro de lavandería
ascendiera tres niveles, pasara al menos seis puntos de vigilancia y saliera de
la zona del estacionamiento sin problema. Supuestamente, bajo el colchón iba un
kilo de oro que el maestro del taller había pedido a El Chapo que lo enviara
fuera del penal. Entonces, 74 personas fueron detenidas: funcionarios,
custodios y colaboradores de El Chapo, entre ellos su cocinera.
Guzmán aprovechó muy
bien sus primeros meses de libertad; en el mismo 2001 hizo alianzas con capos
considerados históricos, como Ismael El Mayo Zambada; Juan José Esparragoza
Moreno, El Azul, e Ignacio Nacho Coronel Villarreal, del cártel de Juárez.
Así reinició la
historia de lo que se conoce como el cártel de Sinaloa, y se transformó el mapa
de las organizaciones criminales, ya que según reportes de la PGR hoy opera a
lo largo de todos los estados de la costa del Pacífico y mantiene disputas,
principalmente, con los cárteles de los hermanos Beltrán Leyva y Los Zetas, en
Veracruz, San Luis Potosí, Durango, Coahuila, Zacatecas y Jalisco.
El gobierno mexicano
ofrece una recompensa de hasta 30 millones de pesos por información que lleve a
su captura, en tanto autoridades de Estados Unidos prometen cinco millones de
dólares.
(La Jornada/ Gustavo Castillo García/ Domingo 20 de
enero de 2013, p. 10)
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