domingo, 10 de septiembre de 2017

EL ERROR DE SEPTIEMBRE PUSO EN APRIETOS A “EL KIRIKY”


Águeda Barojas Ontiveros
Nadie en el gobierno estatal y federal podía creer cuando se enteraron que el presidente municipal de Empalme, Carlos Enrique Gómez Cota, había paralizado los trabajos de construcción de la planta de ciclo combinado de CFE, donde a penas tres semanas atrás había estado el presidente Enrique Peña Nieto, presumiendo hasta el cansancio las “bondades” de la mal llamada Reforma Energética.

“El Kiriky” les madrugó. Una noche antes trazó su plan maestro y por la madrugada del miércoles se aventó la peor hazaña de su vida: bloquear una obra millonaria asignada a los cuates del presidente de la República.

Nadie daba crédito de la hazaña, mientras unos decían que se trataba de un acto de valentía, otros decían que era un acto de torpeza o un acto de desesperación.

Carlos Enrique Gómez Cota dejó en claro que el pleito no era con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) o lo que es lo mismo, con el presidente de la República.

El tiro se lo cantó nada más y nada menos que a la empresa española OHL, cuyos escándalos de corrupción en este país arrastra precisamente a su partido, al Revolucionario Institucional.

El nombre de OHL, una de las empresas subcontratadas por CFE para la construcción de la planta de ciclo combinado Empalme 1, es sinónimo de escándalos de corrupción aquí y en España.

Justo este año que los priistas y Peña Nieto se jugaban su futuro en la elección del Estado de México, diarios internacionales dieron cuenta de denuncias por actos de corrupción entre OHL y el Partido Revolucionario Institucional.

Se dice que gracias a los acuerdos alcanzados con la empresa española se habría financiado la campaña del PRI en el Estado de México. Esto a través de dos grandes proyectos carreteros, el circuito exterior mexiquense y viaducto Bicentenario.

El diario español El País en su artículo titulado “La sombra de la corrupción del PRI y OHL que se extiende en más de 100 kilómetros del Estado de México”, del 1 de junio pasado, dio cuenta que nunca antes dos carreteras trajeron tanto dolor de cabeza a un partido político.

El fantasma de la corrupción de OHL sacudió la campaña del Estado de México y puso en la agenda de la oposición la relación insana entre el PRI y la empresa española, la misma que hoy construye la planta de ciclo combinado Empalme 1 y a la que el alcalde empalmense se le puso al tiro, según él por no pagar los permisos de construcción.

Carlos Enrique Gómez Cota rompió con la Nomenklatura de su partido. No entendió las reglas del juego, ni quien lo puso donde está.

Fue el Gobierno del Estado de Sonora quien tuvo que intervenir para que el alcalde empalmense retirara su “absurdo” bloqueo a la obra asignada a los cuates del presidente de la República.

La orden vino de muy arriba, es obvio que no se anduvieron con contemplaciones, por lo que a Gómez Cota no le quedó más remedio que retirar la fuerza pública del lugar y anunciar que instalarían mesas de negociación con las empresas.

Más allá de lo políticamente correcto o incorrecto, la duda es: Realmente las empresas le deben a Empalme 240 millones de pesos?

Todo parece indicar que no.

Ya la gobernadora Claudia Pavlovich en su visita al valle de Guaymas, a la cual no invitó al alcalde empalmense, dejó en claro que se trató de un error.

A la gente de Empalme ahora le debe quedar claro si es un error político o jurídico, es decir de interpretación de leyes, o bien un acto desesperado del alcalde priista por obtener recursos que le permitan salir del problema que tiene por el desvío de recursos por más de 60 millones de pesos.

Regidores de oposición dijeron que una vez revisando la Ley de Ingresos de este año, queda claro que las empresas ya pagaron los permisos reclamados por Gómez Cota.

Aún así, a la empresa OHL ya le habían autorizado un pago de un millón y medio de pesos, pero están tan encabritados en el gobierno del Estado con el alcalde que les dijeron que no pagaran ni un peso.

Y estos hechos se dan justo cuando se supo que Empalme fue el municipio con más baja calificación en la Cuenta Pública del 2016.

De los 72 municipios de Sonora, Empalme quedó en último lugar con 5.45, situación que no ocurría desde la última vez que gobernó el PRI con Samuel Rodríguez Sánchez.

Políticamente hablando Carlos Enrique Gómez Cota está muerto.

La calificación no sorprendió a nadie, el mal manejo de los recursos en Empalme es un secreto a voces.

El desvío de 60 millones de pesos es un tema que se encuentra en la cancha de la Fiscalía Anticorrupción.

Hoy Carlos Enrique Gómez Cota está en aprietos y metió en aprietos a la gobernadora, Claudia Pavlovich, quien desde que asumió el poder ha tomado como bandera el combate a la corrupción.

Después de la rebelión del alcalde empalmense la pregunta obligada es: sacrificará la gobernadora Claudia Pavlovich Arellano a Gómez Cota en aras de mantener intacto el discurso del combate a la corrupción en Sonora?

Empalme, municipio gobernado por el PRI puso a tambalear el discurso sexenal de Claudia Pavlovich y eso políticamente hablando tiene un costo.


(EL PORTAL DE LA NOTICIA/ AGUEDA BAROJAS/ 10 SEPTIEMBRE 2017)  

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