Apenas se supo que Emilio Lozoya Austin habría
recibido más de 10 millones de dólares en “propinas” por parte de la empresa
brasileña Odebrecht, el exfuncionario peñanietista amagó con demandar por
difamación a quien difundiera lo que llamó “chisme”. Su actitud contrasta con
la del año pasado, cuando un centenar de medios internacionales, incluido
Proceso, difundieron la investigación global Panama Papers, según la cual el
pasaporte de Lozoya se encontraba en los archivos internos de Mossack Fonseca,
ante lo cual guardó silencio.
CIUDAD DE MÉXICO (Proceso).-
En abril de 2011 el despacho panameño Mossack Fonseca, especializado en la
incorporación de sociedades offshore, hizo los trámites para abrir una cuenta
bancaria y una caja fuerte en el banco panameño Prival Bank a nombre de Balerg
Associates Inc., una sociedad de papel con sede en Panamá.
Era una fachada. En paralelo,
el despacho otorgó un poder de administración de esa cuenta a Emilio Ricardo
Lozoya Austin, entonces socio del fondo de inversión JF Holdings, S.A., establecido
en Luxemburgo, e integrante del consejo de administración de la empresa
española OHL en México.
Lozoya no lidió directamente
con el despacho panameño: se valió de los servicios de Kalliopi Paky Houriet,
una abogada del sector financiero, exvicepresidenta del Chase Manhattan Bank,
experta en incorporación de sociedades offshore y una de las primeras clientas
de Mossack Fonseca en Suiza.
Ese mismo año, en agosto,
Houriet pagó 96 dólares con 30 centavos a Mossack Fonseca para costear el
papeleo que realizó el despacho en el otorgamiento del poder de administración
de la cuenta bancaria a Lozoya.
En 2012, Lozoya se incorporó
a la campaña del candidato presidencial priista Enrique Peña Nieto como
coordinador de asuntos internacionales. Cuando Peña llegó a Los Pinos, Lozoya
se convirtió en director general de Pemex.
Altos ejecutivos de la
empresa brasileña Odebrecht declararon ante la justicia de su país que
otorgaron “propinas” por 10 millones de dólares a Lozoya, primero mientras
formaba parte de la campaña de Peña Nieto y luego como director de Pemex, a
cambio de su apoyo para obtener contratos de obra pública, como lo exhibió la
organización periodística Quinto Elemento Lab en un reportaje publicado en este
semanario (Proceso 2128).
Fragmento del reportaje especial publicado en Proceso
2129, ya en circulación
(PROCESO/ REPORTAJE ESPECIAL/ MATHIEU TOURLIERE , 19
AGOSTO, 2017)
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