Estar ‘pegados’ al celular y pendientes al trabajo impide que nos desconectemos psicológicamente, lo que afecta nuestra salud mental. Además, aumenta los niveles de cortisol (la hormona del estrés)
“Desconectarse psicológicamente del
trabajo es importante para relajarse y recargar energía para el siguiente día
laboral”
Steve M. Jex
Profesor de psicología organizacional e
industrial de la Universidad Estatal Bowling Green
Muchos sabrán lo que se
siente: salir de la oficina y dirigirse a casa con la conciencia de que, en
cualquier momento, podrían recibir una llamada del jefe.
Lo saben quienes tienen
empleos en los que el final de la jornada laboral no garantiza que el changarro
se cerró hasta el día siguiente. En lugar de decir al jefe o al colega “hasta
mañana”, suelen despedirse con una frase del tipo “cualquier cosa, me llamas”.
O ni siquiera lo reafirman.
Porque saben que “cualquier cosa” puede llegar a interrumpir los drinks after
office, la clase de yoga, el paseo con el perro, la caminata en el parque, la
película de Netflix o la cena familiar. Lo saben y seguramente ya se
acostumbraron a ello, o al menos eso es lo que creen.
Pero el cuerpo y la mente
cobran factura en las personas que no se desconectan del trabajo en el día a
día.
En el estudio más reciente en
el tema encabezado por el doctor Jan Dettmers, investigador de la psicología
del trabajo de la Universidad de Hamburgo, en Alemania, se encontró que estar
disponibles fuera del horario de trabajo tiene, a la mañana siguiente, efectos
negativos en el estado de ánimo –mayor cansancio y tensión, por ejemplo– y
aumenta los niveles de cortisol (la hormona del estrés) del trabajador, en
respuesta a la anticipación del estrés.
Los hallazgos, publicados el
pasado mes de agosto en Journal of Occupational Health Psychology, no se
explicaron por el número de llamadas que los empleados atendieron el día
anterior, sino por el mero hecho de haber estado a la expectativa de cualquier
interrupción, lo que les confirma que en realidad no tienen el control de su tiempo libre.
El estudio fue realizado con
132 empleados –en su mayoría hombres con una edad promedio de 42 años– de 13
compañías de diversas áreas como transporte y logística, informática, servicios
técnicos, comercio, guarderías y hospitales.
Los participantes
respondieron cuestionarios diarios durante cuatro días cuando estaban
disponibles fuera de horario de oficina –incluyendo el fin de semana– y cuatro
días cuando no tenían la responsabilidad de guardia.
También se recabaron muestras
de los niveles de cortisol de 51 participantes al despertar.
LA INCERTIDUMBRE PESA
Otro estudio de este año
realizado por investigadores de distintas instituciones europeas concluyó que
la mera posibilidad de que nos llamen fuera del horario de oficina aumenta la
sensación de fatiga y el estrés y, con ello, la necesidad de relajarse, reducir
la tensión acumulada y recuperarse fuera del horario laboral para reponer la
energía física y mental. Porque nunca nos sentimos completamente desconectados
del trabajo.
Y mucho menos nos permitimos
relajarnos con la persona que tenemos a un lado.
Como señala en Psychology
Today el doctor Steve M. Jex, profesor de psicología organizacional e
industrial de la Universidad Estatal Bowling Green, en Ohio, “cuando estamos
constantemente pensando en el trabajo, checando el correo electrónico y tomando
llamadas relacionadas con el trabajo, realmente nos estamos desconectando de
aquellos que están a nuestro alrededor, como amigos y familia”.
SIEMPRE CONECTADOS
Ofrecen ventajas de
comunicación, sí, pero lo cierto es que los dispositivos móviles no nos están
ayudando a desconectarnos psicológicamente del trabajo.
Como señala una investigación
publicada en 2014 en la revista científica Industrial Health, del Instituto
Nacional de Seguridad y Salud Ocupacional de Japón, “dado a la actual economía
24/7, las fronteras tradicionales entre el trabajo y la vida personal son cada
vez más borrosas. Además, las tecnologías de información proporcionan la
oportunidad de completar el trabajo de uno fuera de la oficina (...) e incluso
más allá de las horas de trabajo tradicionales”.
En otro estudio de 2011,
también encabezado por el doctor Steve M. Jex, de la Universidad Estatal
Bowling Green, se analizaron las formas en las que 432 empleados separaban la
vida personal y laboral, los límites que establecen en el uso de la tecnología
en casa para fines laborales y cómo estos factores contribuyen al desapego
psicológico del trabajo.
Entre los hallazgos,
publicados en Journal of Occupational Health Psychology, se encontró que
aquellos empleados que preferían no mezclar la vida laboral con la personal a
través de ciertas prácticas o reglas en el hogar –no llevarse trabajo a casa o
no utilizar el mismo número de teléfono para llamadas personales y del empleo,
por ejemplo– tenían un mayor distanciamiento psicológico del trabajo en sus
horas de ocio.
Mientras que los empleados
que dijeron tener una oficina dentro de casa –y no era un requisito– reportaban
niveles de distanciamiento psicológico más bajos durante las horas fuera del
trabajo. Son aquellos que no establecían límites respecto al uso de la
tecnología en casa para fines laborales.
ANTE TODO, SATISFACCIÓN PERSONAL
¿Qué haces al llegar a casa
después de un mal día en el trabajo? Si lo tuyo no es la cocina, pero tampoco
el ejercicio, entonces busca otro pasatiempo que realmente te ayude a
desconectarte de todo y enfocar tu mente en una sola cosa.
La idea es aprender algo
nuevo o hacer lo que ya sabes hacer por gusto, pero sin distracciones. De nada
sirve que dibujes, si vas a estar pensando en ese mail que se te olvidó enviar
antes de salir de la oficina o en el pendiente que tienes que palomear a
primera hora del día siguiente.
Otra propuesta: participa en
algún programa de voluntariado. De acuerdo con una investigación encabezada por
la doctora Eva Mojza, del departamento de trabajo y psicología industrial de la
Universidad de Konstanz, en Alemania, los empleados que en su tiempo libre
trabajaban de voluntarios ganaban mucho
en términos de bienestar: no solo satisfacían la necesidad de decidir
por cuenta propia, sino que también se sentían útiles al sumar mayores
aprendizajes y asumir nuevos retos.
Esto, además del beneficio de
olvidarse completamente de las preocupaciones laborales.
Las ventajas del voluntariado
del día anterior se traducían en empleados con mayor disposición para escuchar
de manera activa a la mañana siguiente, en el trabajo, y con un mejor estado de
ánimo.
Los hallazgos del estudio
fueron reportados en 2011, en Journal of Occupational and Organizational
Psychology.
IMPONIENDO LA MODA
Mientras algunas profesiones
se prestan a que la agenda del día nunca sea predecible y a que el empleado
prácticamente esté siempre disponible, los trabajadores de algunas minoristas
estadounidenses del sector de ropa de moda, al menos hasta hace poco, también
debían lidiar con guardias que ponen en jaque la forma en la que administran el
tiempo personal fuera de la oficina.
Por lo general se les agendan
turnos con una semana o incluso menos de antelación.
Es decir, deben estar
disponibles en el momento en que se les necesite, aunque no sepan en qué
momento van a ser requeridos.
El pasado mes de agosto Andi
Owen, Presidente Global de Banana Republic, anunció que dicha práctica se irá
eliminando de forma gradual hasta que deje de existir en todas las tiendas para
fines de este mes.
“Además, cada una de nuestras
marcas se ha comprometido a mejorar sus políticas de planificación para dar
aviso a sus empleados de tienda con un mínimo de 10 a 14 días de antelación”,
agregó Owen.
“La mayoría de las marcas
desplegarán estas nuevas políticas en septiembre, y todas las marcas de Gap
Inc. están comprometidas a introducir gradualmente la calendarización avanzada
a principios de 2016”.
Fue en abril de este año
cuando el Fiscal General del Estado de Nueva York, Eric Schneiderman, apuntó a
evaluar la programación en guardia al solicitar información detallada del
personal de 13 grandes cadenas minoristas, como Target, J.C. Penney y
Abercrombie & Fitch.
En aquel entonces,
Schneiderman dijo a Bloomberg que dicha práctica "realmente bloquea el día
para un trabajador. No pueden programar otro trabajo; no pueden programar el
cuidado de los niños (...) Es un problema cada vez mayor”.
Laura Wilkinson, portavoz de
Gap en San Francisco, California, adelantó que la compañía “está comprometida a
establecer prácticas de planificación sostenibles que mejoren la estabilidad
para nuestros empleados, al tiempo que ayuden a gestionar eficazmente nuestro
negocio".
(REPORTE INDIGO/ EUGENIA RODRÍGUEZ / Jueves 24 de septiembre
de 2015)
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