FOTOS:
Jorge Dueñes / archivo
El
asesinato de la activista Aidé Fierro y sus dos hijas sacudió a la sociedad
tijuanense y puso de manifiesto el nivel de inseguridad que enfrentan los
ciudadanos que habitan las colonias marginadas, cuyas denuncias son ignoradas.
No obstante, en la investigación del múltiple asesinato no se descarta como
línea la liga sentimental de la víctima
La
madrugada del viernes 16 de diciembre, al interior de su propia vivienda, Aidé
Guadalupe Fierro y sus dos hijas fueron golpeadas brutalmente, hasta perder la
vida; cometido el crimen su agresor prendió fuego a la humilde morada.
El
estado de ignición de los cuerpos de las dos menores de edad –10 y 15 años– fue
tal que impidió su identificación y hace necesario un estudio de ADN para que
las autoridades puedan entregarlos a sus familiares.
El
hecho ocurrió en la colonia El Niño, una de las más marginales de Tijuana en
donde los robos, asaltos y venta de drogas son el pan de cada día, aunque las
estadísticas de Seguridad Pública establecen otra realidad, al ponderar un
índice a la baja.
Particularmente
son los habitantes de la calle homónima del referido asentamiento los que a
diario son víctimas de robos y asaltos a mano armada, “por temor no
denunciamos, aunque identificamos a los ladrones”, compartieron a ZETA.
Pero
Aidé Fierro, activista de causas sociales, fue la excepción. Ella no solo
denunció la serie de hurtos que registró en su humilde casa –el último apenas
un par de semanas antes de ser asesinada–, sino también recogió los agravios
contra sus vecinos y los asentó en quejas interpuestas en la Delegación La
Presa Este.
Ninguna
autoridad actuó y los actos delictivos continuaron a la alza; alarmados,
algunos vecinos optaron por cambiar de domicilio, mientras que los que se
quedaron habitan con temor de ser víctimas de los delincuentes.
Pero
las denuncias presentadas por Aidé no es la única línea de investigación que
siguen las autoridades, la línea sentimental de la joven mujer es otra arista
sujeta a indagación.
Un
ex convicto de Estados Unidos, una de las últimas parejas de Aidé, fue de las
últimas personas que los vecinos dicen haber visto ingresar al domicilio de la
víctima.
Aide,
Gloria y Mia
Paradójicamente
hasta antes de la muerte de la mujer de 40 años y sus dos hijas, los habitantes
de la calle El Niño no recuerdan haber visto ninguna patrulla vigilando,
actualmente elementos de Seguridad Pública Municipal custodian el domicilio en
el que se registró el asesinato.
LA VÍSPERA DEL CRIMEN
El
jueves 15 de diciembre de 2016, Aidé Guadalupe se presentó a las 8:00 horas en
el consultorio de la parroquia del lugar, en donde se empleaba como asistente.
Ahí
comentó con amigas el malestar que la aquejaba en los pulmones y el reciente
robo domiciliario del que había sido objeto a finales de noviembre de 2016, en
el que sustrajeron de su domicilio una computadora portátil y una televisión.
A
su casa volvió ya de noche y se encerró con sus hijas, Gloria de Jesús Fierro
Castro, de 15 años, y Mía Aidé Bustos Fierro, de 10 años.
Sería
la última vez que sus vecinos las verían con vida. Algunos vecinos que
retornaron a sus hogares la madrugada del viernes 16 de noviembre, observaron a
un residente de nombre Luis parado fuera de su domicilio, ubicado casi frente a
la casa habitada por Aidé y sus hijas.
Es
precisamente a este sujeto al que ubican como uno de los autores de la ola de
robos registrados en los últimos meses en el sector.
Fuera
de eso, nada extraño observaron quienes habitan el caserío de la calle El Niño,
tampoco escucharon ningún grito, ni ruidos extraños esa madrugada.
Fue
hasta pasadas las 4:00 de la madrugada del viernes, cuando el fuego que
arrasaba la vivienda que 15 años atrás un grupo de activistas americanos le
había construido a Aidé, despertó a los vecinos.
Alarmados
pidieron ayuda, pero cuando Bomberos llegó las llamas ya había arrasado con la
vivienda y sus moradoras. Horas después fueron sacados del domicilio los
cuerpos carbonizados de las dos menores y el de Aidé.
DEMANDAN ATENDER INSEGURIDAD
Grupos
sociales, empresariales y del Partido Revolucionario Institucional (PRI), en el
cual militaba Aidé Fierro, se han pronunciado en contra del violento crimen del
que fueron víctimas la joven mujer y sus dos hijas.
A
las autoridades municipales y estatales demandan atender el problema del
narcomenudeo y de la seguridad.
Particularmente
al gobierno de Francisco Vega de Lamadrid reclaman atender el problema de la
inseguridad “el cual se le ha desbordado y no hace anda por revertir la ola de
robos violentos, la incidencia de robos comunes registra una alarmante alza y
no actúa en consecuencia”, denunció la diputada federal Nancy Sánchez.
Jorge
Alberto Tsutsumi Valenzuela, ex delegado de la Presa y padrino de Mía, la hija
de 10 años de Aidé, fue el primero en exigir justicia por el asesinato de esta
familia.
Dice
haber acompañado a Aidé en las quejas que presentó en la comandancia de La
Presa Este, tanto por los robos de que había sido objeto, como por lo que sus
vecinos le denunciaban.
“Esa
zona es tierra sin ley porque las autoridades no la atienden, no hay vigilancia
policiaca y los delitos que se denuncian no se investigan, los habitantes viven
con miedo, eso tiene que parar”, exigió.
Conminó al gobernador Kiko Vega a poner
énfasis en el tema de narcomenudeo, “porque de ahí derivan los robos que
tenemos en nuestras comunidades, tenemos una cantidad impresionante de adictos
que esperan que te descuides para robarse cualquier cosa del patio, tanque de
gas, ropa del tendedero y, como en el caso de Aidé, hasta se meten a los
domicilios”, subrayó.
“Si
la procuradora Perla del Socorro Ibarra, o la gente que tiene en el área de
investigación de la Procuraduría General de Justicia del Estado (PGJE) y de la
Secretaría de Seguridad Pública del Estado no están generando los resultados
que merecen los ciudadanos, ya de plano que los cambie, urge una sacudida en el
tema de seguridad pública”, subrayó.
CIUDADANOS VIVEN CON TEMOR
Para Genero de la Torre, presidente del Consejo Ciudadano de
Seguridad Pública, la pronta liberación de quienes perpetran delitos de bajo
impacto, como robos a casa habitación y asaltos, ha inhibido a los ciudadanos a
presentar denuncias, por temor a represalias de los delincuentes.
“Por
eso buscamos conformar, en coordinación con las autoridades, un sistema de
protección a víctimas, de tal forma que el Nuevo Sistema de Justicia Penal no
exponga a los ciudadanos que denuncias, como sucede actualmente”.
Es
esto precisamente lo que ha propiciado una baja en las denuncias, lo que no
significa que los delitos vaya en descenso, por el contrario, el que no se
señalen deriva impunidad y crecimiento en la delincuencia, señaló.
También
pidió a las autoridades atender con urgencia los delitos derivados del tema del
narcomenudeo y la drogadicción que se registra en Tijuana, “fuera de grupos
sociales no hay quien atienda el tema de las adicciones, por lo que buscamos
que en Baja California se dé inicio la Corte de Droga, la cual se encargaría de
someter a una rehabilitación real a los enfermos de adicción”, expuso Genaro de
la Torre.
Colocan
altar en ingreso en la vivienda de las victimas Los adictos “laceran a la
sociedad”, manifestó, pero más que delincuentes debemos verlos como enfermos,
problemática social que el gobierno tendría que estar atendiendo, anotó.
LA INVESTIGACIÓN
A
casi una semana de ocurrido el triple homicidio, la Procuraduría General de
Justicia del Estado sostuvo registrar “un avance importante para esclarecer el
homicidio de una mujer –Aidé Fierro– y sus dos hijas”.
Las
denuncias de robo interpuestas por la activista social, es una de las
principales líneas de investigación que siguen las autoridades, pero no es la
única. No se descarta la línea personal y sentimental.
“Uno
de sus últimos novios tenía mal aspecto, lleno de tatuajes, hasta había estado
en la cárcel en Estados Unidos, fue de las últimas personas –ajenas a la
familia Fierro- que se vio entrar en la casa”, indicaron los vecinos en un
sondeo realizado por ZETA.
De
eso hace ya varias semanas, pero “fuera de Aidé y sus hijas, a nadie más
veíamos entrar a esa casa”, apuntaron. “No descartamos ninguna línea de
investigación”, reiteraron las autoridades de la PGJE.
Aunque
en un reporte preliminar expuesto el día del homicidio se presumió que las
víctimas podían haber sido abusadas sexualmente, el resultado de la necropsia
descartó la violación.
Traumatismo
craneoencefálico fue la causa de muerte de la mujer y sus hijas.
El
cuerpo de Aidé, aunque registró severas quemaduras, pudo ser identificado por
los peritos del Servicio médico Forense (SEMEFO) de Tijuana, no así el de las
menores.
Y
aunque los restos de Aidé fueron liberados por las autoridades, Víctor Fierro,
hermano de la activista, decidió dejarlo en SEMEFO hasta que sean liberados los
cuerpos de sus dos sobrinas, para un funeral conjunto.
(SEMANARIO
ZETA/ EZENARIO/ ISABEL MERCADO DOMINGO,
25 DICIEMBRE, 2016 12:00 PM)
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