martes, 21 de junio de 2016

LA REAPREHENSIÓN DE “EL GÜERO”


Por dos homicidios perpetrados hace más de 20 años en Nayarit, Héctor Palma fue reaprehendido y enviado al penal del Altiplano.

Las víctimas del doble crimen son un subdirector de la Policía Estatal nayarita y su acompañante, quienes brindaban información a los Arellano Félix.

Abogados del narcotraficante solicitaron un amparo para que su cliente no sea incomunicado y maltratado. “El Chapo” Guzmán no tendrá la suerte de Palma, asegura el periodista y escritor J. Jesús Esquivel   ¿Estoy detenido?, fue la primera pregunta que escapó de los labios de Héctor Palma Salazar, “El Güero Palma”, a su llegada a la frontera de Tamaulipas, Matamoros.

Su repatriación de los Estados Unidos, donde pasó los últimos nueve años, había sido pactada desde el 11 de junio después que logró su pre libertad –dicen las autoridades de aquel país que por buena conducta.

El 15 de junio de 2016 se concertó el traslado entre autoridades de ambos países.

Sería por Matamoros, luego que se había especulado que podría ser por Tijuana, Mexicali, Ciudad Juárez e incluso por Nuevo Laredo.

La duda se disipó cuando los aviones de la Defensa Nacional, la Armada de México y la Procuraduría General de la República tomaron sus lugares en el Aeropuerto Internacional Servando Canales en Matamoros. Además fue evidente el despliegue de seguridad.  



“Vienen por un pesado”, decían en las inmediaciones los testigos del operativo federal. Poco a poco se dieron cuenta que el operativo no era para algún jefe local, sino para quien fue capturado el 23 de junio de 1995, cuando el avión que lo trasladaba de Ciudad Obregón, Sonora, hacia una fiesta en Guadalajara, tuvo un accidente en Nayarit.

Las horas que antecedieron a la llegada del otrora jefe del Cártel de Sinaloa, uno de los más importantes capos de la historia del país, no representaron cambio alguno en la vida de la ciudad fronteriza donde la maquiladora es la principal actividad económica y el patrullaje de las fuerzas federales es permanentes desde el 2008 cuando la Policía Municipal Preventiva fue desarmada y encuartelada para dar paso a la presencia militar en las actividades de seguridad en toda la frontera tamaulipeca.

El operativo que quiso ser discreto, no logró el objetivo, pues si bien la actividad militar es constante en los cruces internacionales, en dirección de sur a norte no lo es tanto.

El reloj marcó las 5 de la tarde y en los torniquetes de paso peatonal se detuvo la actividad, quienes tenían urgencia por llegar a los Estados Unidos no se quedaron a conocer el porqué de este bloqueo y buscaron el otro cruce cercano.

Quienes decidieron esperar, también lo hicieron por conocer al personaje de la historia del narcotráfico en México.

A medio puente elementos del Servicio de Inmigración y Aduanas detuvieron el tráfico, para dar paso al operativo. Esposado llegó “El Güero Palma” hasta las inmediaciones del Puente Nuevo Internacional Brownsville & Matamoros, donde agentes del Instituto de Migración lo esperaron.

En sus manos portaba sus pocas pertenencias en una bolsa que aunque transparente no permitía ver libremente su contenido.

Para muchos el personaje era desconocido, volteaban a verlo y hasta tomaban fotografías únicamente por el operativo que se cernía a su alrededor.

Los cuatro policías estadounidenses protegidos con chalecos antibalas e incluso con una tipo bufanda para evitar ser identificados, entregaron al ex socio de los Arellano Félix a las autoridades mexicanas. 

Entregaron a un hombre cuyos 55 años se notan en su cara, pero no en la mirada, que aún conserva esa dureza de otros años.

Una camisa de color claro a rayas, pantalón obscuro y una gorra negra, vestía el detenido a su llegada.

Bigote, hasta cierto punto bien cuidado, un reloj digital que se observaba en su muñeca, su caminar firme, su cuerpo aun a través de la camisa se denota atlético, no es un hombre acabado a pesar que los últimos 21 años ha estado en prisión.

Desde el enero del 2007 “El Güero” Palma no permanece en cárceles mexicanas; ese año el gobierno de Felipe Calderón lo extraditó junto a otros 10 criminales de alto perfil, entre ellos Osiel Cárdenas Guillén, líder del Cártel del Golfo, de esta ciudad donde fue repatriado el que fuera líder del Cártel de Sinaloa. 

Lo que siguió fue el protocolo, el papeleo, la revisión médica y psicológica para que una vez en territorio nacional no se acusará de maltrato o violencia de las autoridades locales.

Para quienes a esa hora recorrían la calle Sexta –la principal de la ciudad fronteriza– y su prolongación, la avenida Pedro Cárdenas hacia el Aeropuerto, no vieron extraño que algunas patrullas de la Policía Federal permanecieran apostadas en alguna esquina o lugar estratégico.

No es raro, aunque eso podría ser el aviso de operativos especiales y el temor de un enfrentamiento, de esos que en los últimos tres meses de acuerdo a la Armada de México se han hecho menos frecuentes por los cambios de jefes de plaza.

“Tienen la instrucción de no buscar el enfrentamiento, porque desgraciadamente porque cuando los enfrentan pues ellos pierden la vida”, señaló hace unos días el comandante del Sector Naval, Elías Caballero Rosas.

En esta ocasión no era el anuncio de Situaciones de Riesgo como se les dice comúnmente a estas acciones, ahora el paso a toda velocidad de por lo menos sietes unidades del Ejército, varias de ellas blindadas, eran para trasladar a quien será el nuevo huésped del Penal del Altiplano.

Ya en el Aeropuerto Internacional el personal militar responsable de los andenes, los pilotos, y demás integrantes del vuelo especial tomaban sus lugares. Nueve minutos desde su ingreso al puerto aéreo local fue lo que tardaron en resolver lo que faltaba. 


Jesús Esquivel 

Primero el avión militar, después un Lear Jet con matrícula ANX 1204, tomarían las pistas para emprender el vuelo hacia la Ciudad de México, en el segundo de ellos viajaba ya Héctor “El Güero” Palma hacia su nuevo destino carcelario.

Su primera pregunta en suelo mexicano había sido respondida. Jesús Héctor Palma Salazar ya durmió en prisión mexicana. La misma de la que se fugó su ex socio Joaquín “El Chapo” Guzmán.

El gélido penal de máxima seguridad del Altiplano en Almoloya de Juárez dio cobijo al capo la noche del miércoles 16 de junio. Ni 25 minutos hizo el helicóptero del hangar de la Procuraduría General de la República a Almoloya de Juárez. Durante ese día, las informaciones iban y venían.

También las desinformaciones. “El Güero Palma” no salió por la frontera de Baja California como se había estimado inicialmente. Por estrategia, al sinaloense le deportaron de Estados Unidos por Matamoros, Tamaulipas, donde México cuenta con una importante flota de la Marina.

Las expectativas generadas la víspera sobre el horario de la entrega de Palma Salazar al gobierno mexicano se despejaron poco después de las 5 de la tarde con 10 minutos, cuando caminando por el puente internacional aparecieron los agentes de aduanas norteamericanos acompañando al narcotraficante deportado.

Como lo había anticipado ZETA en su edición anterior, Héctor Palma lucía delgado y con más años encima, muy notorios en su rostro serio e inmutable.

De pantalón negro, camisa blanca de vestir con tenues líneas cuadriculadas, gorra negra y una chamarra negra cargada en sus manos el hombre fue entregado a la autoridad de su país.

Soldados y marinos, acompañados de agentes del Ministerio Público Federal realizaron el traslado del “Güero Palma” en tanquetas artilladas hacia el aeropuerto tamaulipeco, de donde le llevaron en avión de la Procuraduría General de la República hasta la terminal aérea de la Ciudad de México.

La incertidumbre del futuro inmediato hizo presa de Jesús Héctor Palma al arribar a la capital de la República. ¿Estoy detenido? Habría preguntado a sus acompañantes. Pronto saldría de la duda.

Personal ministerial de la Fiscalía General del Estado de Nayarit le preguntó su nombre y le notificó “tiene usted una orden de aprehensión por el delito de homicidio”.

Así el recién repatriado recibió la “invitación” de miembros de la Policía Federal y las Fuerzas Armadas para abordar un helicóptero de la Marina que le llevó hasta las instalaciones del Centro Federal de Readaptación Social número 1 “Altiplano”, en el Estado de México, donde pasó su primera noche.  

PRIMER AMPARO

Desconcertados por la detención que no esperaban, los abogados del narcotraficante presentaron durante la noche una demanda de garantías ante el juzgado de Distrito de Amparo en Materia Penal de turno en la Ciudad de México reclamando actos fuera de juicio.

En su escrito, los representantes de Palma señalaron como responsables de esa aprehensión al Presidente de la República, a la titular a de la PGR y a otras autoridades, reclamando “actos de detención, incomunicación, malos tratos, tortura y cualquiera de los contrarios al artículo 22 Constitucional”.

El juez de amparo concedió al quejoso la suspensión provisional del acto reclamado para que no sea aislado ni pierda contacto con sus abogados, y no sea maltratado durante el tiempo que permanezca a disposición de representantes de autoridad.

Personal del órgano jurisdiccional no tuvo oportunidad de notificar personalmente a Palma Salazar ni de que ratificara la demanda de amparo promovida en su nombre, pues fueron a buscarlo a las instalaciones de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada (SEIDO), donde el quejoso no estaba.

Los abogados estaban confiados de que el ex fundador del Cártel de Sinaloa sería liberado al tocar suelo nacional y que solo tenían que esperar al protocolo que se emplea para estos casos.

Habían verificado personalmente las versiones de que en el Juzgado Cuarto de Distrito de Procesos Penales Federales de Guadalajara existían dos causas penales contra su defendido.

Las lograron inactivar en estos años que Palma estuvo en Estados Unidos.

Sin embargo, no contaban con que en el estado de Nayarit había un añejo asunto –como debe haber varios en diversas entidades– que sigilosamente aguardaba el momento de llevar ante la justicia local al afamado narcotraficante.  

CRIMEN ORDENADO

Antes de su detención en Zapopan el 22 de junio de 1995 por el seguimiento al accidente aéreo que sufrió cerca de Tepic un día anterior, Jesús Héctor Palma contaba con el control casi total del Cártel de Sinaloa en la región del Pacífico debido al encierro de su compadre Joaquín “El Chapo” Guzmán desde 1993. Especialmente supervisaba personalmente dos territorios: Sonora y Nayarit.

El dominio de “El Güero” Palma se ejercía en Nayarit a través de sus dos hombres de mayor confianza. Uno de ellos su cuñado Ramón Laija Serrano “El Colo” o “El Colochón”, hermano de Guadalupe, la decapitada esposa de Héctor. El otro, su hermano Luis Valerio Palma “El Vale” o “El Alacrán”.


Puerto aledaño al puente nuevo de la garita internacional de Matamoros 

Ellos realizaban las tareas de logística, trasiego de drogas y traslado de dinero para la organización.

En 1995, Jesús Héctor recibió el pitazo de que el comandante Antonio Contreras, subdirector de la Policía Estatal de Nayarit, quería entregarlo a sus enemigos, los hermanos Arellano Félix, que dominaban el estado vecino de Jalisco.

Molesto porque supuestamente el comandante Contreras pasaba información de sus actividades a la competencia, el narcotraficante originario de Mocorito, Sinaloa, habría ordenado a su cuñado “El Colo” que lo eliminara para evitar una sorpresa.

De esa forma, Laija Serrano cumplió la instrucción y junto con varios de sus sicarios dio muerte al policía, quien estaba acompañado de otra persona.

El testimonio –de oídas– es del cuñado de Joaquín “El Chapo” Guzmán, Marcelo Peña García, vecino de Compostela, Nayarit y quien fungió como testigo de la PGR con clave confidencial “Julio”, quien traía y llevaba mensajes del Centro Federal de Readaptación número 2 “Occidente”, en Puente Grande, cuando visitaba a la pareja de su hermana Estela y trataba con Héctor Palma.

Las declaraciones de “Julio” fueron empleadas en un fracasado proceso penal incoado por la PGR contra “El Güero” Palma, para acreditar que el capo seguía dirigiendo la organización criminal desde el interior del centro penitenciario de Jalisco.

Las correrías narradas sobre el “El Colo”, “El Vale” y otros pistoleros como Gonzalo “El Chalo” Araujo, Eduardo Gastélum “El Pony” y Jorge Navarrete “El Cholo” no funcionaron para incriminar a Palma.  

UN BUEN "TRATO"

Palma Salazar fue liberado por el Buró de Prisiones de los Estados Unidos el 10 de junio y finalmente repatriado a México el día 16.

El delincuente estuvo preso en la unión americana poco más de nueve años. Le fue muy bien, comparado con lo que le espera a su ex socio Joaquín Archivaldo Guzmán.

Héctor recibió una condena de 16 años de prisión en una Corte de Distrito de California por transportar 50 kilos de cocaína. Le contaron para la pena, cinco años que estuvo recluido en Puente Grande en espera de la declaración de procedencia de la extradición (entre 2002 y 2007) y finalmente le redujeron la sentencia por buen comportamiento.

El periodista y escritor J. Jesús Esquivel, corresponsal del semanario Proceso en Washington y autor del libro “Los narcos gringos” publicado en mayo pasado por Editorial Grijalbo, asegura que ya no había razón de ser para que Jesús Héctor continuara en una cárcel federal estadounidense.


“‘El Güero’ Palma al igual que ‘El Chapo’ Guzmán, es un cartucho quemado, está muy enfermo, ya no le sirve para nada en los Estados Unidos. Lo interesante es ver qué es lo que va a hacer el gobierno de Enrique Peña Nieto con él. Creo que ésa es la gran pregunta”, dijo Esquivel antes de la deportación.

La duda se disipó cuando Palma Salazar fue reaprehendido para que se le juzgue por un par de homicidios y de los cuales podría salir bien librado en el futuro por la cantidad de años que han pasado desde la comisión del hecho y la verdad perdida durante todo ese tiempo. Sin embargo, esa misma suerte no será la de Joaquín Guzmán, establece el periodista.

“Se ha especulado mucho sobre sí ‘El Chapo’ será testigo protegido. Yo no creo. Lo descarto totalmente porque Guzmán Loera no va a hablar y lo saben los agentes federales de los Estados Unidos. Si hablara, imagínate, provocaría una guerra interna mayor entre las diversas fracciones del Cártel de Sinaloa y sobre todo estaría poniendo en riesgo a sus hijos”.

A diferencia de Palma, “El Chapo” seguramente va a ser sentenciado a una cadena perpetua o una cadena muy larga de años en prisión para mandar la señal, que es lo que siempre hacen aquí, en los Estados Unidos, de castigos ejemplares a los que consideran narcotraficantes significativos y que en este caso son capturados y enviados a este país”, finalizó el corresponsal.    

MALOVA CONFIRMÓ LA IRRUPCIÓN DE UN GRUPO ARMADO

El Gobernador Mario López Valdez confirmó la irrupción de un grupo armado en algunos poblados de Badiraguato pero hasta el momento no tiene reporte de enfrentamientos ni personas fallecidas. Mencionó que al parecer se trata de un pleito entre familiares y no entre grupos delincuenciales rivales.

Algunos pobladores optaron por dejar sus viviendas y se están desplazando hacia otras comunidades, indicó. Señaló que el grupo armado recorrió varias comunidades y eligieron a los habitantes que se retirarán.

Hasta el momento, dijo, no han confirmado que hubieran allanado la casa de Consuelo Loera, la mamá de Joaquín  el Chapo Guzmán. Elementos del Ejército se encuentran en la zona y agentes de las corporaciones locales se dirigen hacia el lugar. (Nota publicada por Ríodoce)    

TOMA GRUPO ARMADO LA TUNA Y OTRAS DOS COMUNIDADES EN BADIRAGUATO

Unos 150 hombres fuertemente armados entraron desde este sábado a la comunidad La Tuna, ubicada en el municipio de Badiraguato y comunidad donde nació Joaquín Guzmán Loera el Chapo, donde mataron a tres personas y saquearon la casa de Consuelo Loera, madre del capo del Cártel de Sinaloa.

Según testigos que prefirieron mantener el anonimato, habrían sido al menos ocho los residentes que fueron masacrados a tiros por pistoleros que desde las 10 de la mañana de ese mismo sábado que entraron al pueblo, pero esto no ha sido confirmado.

Solo tres cadáveres ha sido localizados hasta el momento: uno de ellos fue ultimado afuera de su casa, y otros dos en las afueras del poblado.


FOTO: tomada de internet

Simultáneamente, otro comando entró a la casa de Consuelo Loera, y tomaron dos vehículos conocidas como Razers, y al menos otras tres motocicletas todo terreno, además de cortar líneas telefónicas, y de Internet.

También despojaron de vehículos a residentes de San José del Barranco, y de Arroyo Seco, lo que ha provocado que muchas de sus habitantes hayan emigrado desde el domingo pasado a Culiacán, y a la cabecera municipal de Badiraguato.

Las comunidades que se reportan quedaron desoladas son Arroyo Seco, La Tuna y La Palma, y según al menos dos fuentes consultadas por Ríodoce, fueron integrantes de la organización criminal de los Beltrán Leyva y del Isidro Meza Flores, conocido como el Chapito, quienes encabezaron los ataques, aparentemente dirigidos contra los Guzmán Loera.

De acuerdo con una familia entrevistada por Ríodoce, a pesar de que reportaron a las autoridades estos ataques, no han acudido a esa región policías ni efectivos militares.

La Secretaría de Seguridad Pública del Estado anunció hoy que se iniciaría un operativo en la zona, junto con elementos del Ejército Mexicano, para retomar el control, pero hasta la tarde de este miércoles no hay reportes oficiales de que esto se haya llevado a cabo. 


(SEMANARIO ZETA/ Investigaciones Zeta /Lunes, 20 junio, 2016 12:00 PM)

No hay comentarios:

Publicar un comentario