miércoles, 13 de abril de 2016

"GRÁBATELO EN TU CABEZA YO SOY AUTORIDAD TÚ NO ERES NADIE"


Una mujer narra cómo la trataron los agentes de tránsito del ayuntamiento de Los Mochis como a las 11:30 de sábado


Operativo de alcoholímetro en Los Mochis. ENRIQUE ROSAS
 El Debate

Los Mochis, Sinaloa.- Era el sábado 2 de abril, 11:30 p.m., aproximadamente. Mi esposo, mis dos pequeños hijos, niña de 3 años y niño de 5 y yo, nos dirigíamos a nuestra casa después de convivir en familia con una tía.

Por el bulevar Rosendo G. Castro y al dar vuelta a la izquierda por el Macario Gaxiola, estaba el operativo alcoholímetro, del cual para nosotros no existe problema porque ni mi esposo ni yo tenemos vicios de ninguna índole.

UN OFICIAL, "SI SE LE PUEDE LLAMAR ASÍ", NOS ORDENÓ DETENERNOS PARA SU OBJETIVO.       

TRÁNSITO: De dónde vienes, cuántas te tomaste? Mi esposo se confundió, por no ser razón ni manera de diálogo, y momentáneamente no le contestó.

Y ESTE FUE EL PECADO, POR NO CONTESTARLE DE INMEDIATO, PARA QUE NOS HUMILLARA DE LA SIGUIENTE MANERA:
TRÁNSITO NUEVAMENTE: en tono más fuerte, cuántas te tomaste, de dónde vienes.

Yo su esposa, soy maestra de profesión, y contesté que veníamos de casa de una tía; y me ignoró.

Mi esposo le dijo: de dónde vengo y a dónde voy, esas preguntas no se las puedo contestar.

TRÁNSITO: ¡AH, SÍ! ¡ORÍLLATE! Bájate y dame tu licencia, tarjeta de circulación y el seguro del carro (esto en tono prepotente). Mi esposo le dio la licencia, único documento que traíamos. Le comunicamos que la tarjeta de circulación estaba vencida y la camioneta no está asegurada.

ACTO SEGUIDO. Bájense todos del carro, porque se los voy a decomisar y a ti (mi esposo) te voy a meter a la barandilla y se lo llevó atrás de la camioneta.

Yo inmediatamente me bajé con mi niña dormida en brazos, seguido de mi niño llorando asustado.

Viviendo tal situación, le dice a mi esposo ya todo humillado: DISCÚLPAME, (?) no me quites la camioneta, todos los lunes nos vamos a la 5 de la mañana al medio rural donde mi esposa imparte clases. Y de manera altanera, el tránsito le dijo que eso a él no le importaba. ¡DESALÓJENLA! Porque se las voy a quitar.

Estaba arriba de la camioneta, una prima mía, testigo de todo lo que estaba sucediendo. Le dice mi esposo “No me la puedes quitar, no he hecho nada malo, levántame la infracción”.
  
TRÁNSITO. Yo soy la autoridad y lo pueda hacer, y altaneramente le pregunta, ¿dónde trabajas, a qué te dedicas? Mi esposo le respondió que como yo trabajaba en escuela rural, al llegar al pueblo se encargaba de atender a los niños, mientra yo impartía clases.

TRANSITO: así que estás de mantenido, huevón, no sirves para nada, ¿dónde están tus huevos? ¡no tienes pantalones! bueno para nada, mujercita. Voy a hablar con la señora de la casa, que es la que te mantiene. En eso llegó mi mamá que venía atrás de nosotros en otro carro y escuchó las groserías que le decían a su yerno.

Le dice: ¿Por qué lo tienen detenido, él jamás ha tomado, es un buen muchacho.

FUIMOS HUMILLADOS, OFENDIDOS ante mi esposo, mi prima y mi pequeño hijo.

Mi esposo le seguía pidiendo disculpas (?) lo que queríamos es que nos dejara ir. El lector comprenderá, mas NO el gobierno, porque esto no es novedad, la cultura de mi esposo, ante tanta sandez y escarnio.

TRÁNSITO. ¡GRÁBATELO BIEN EN TU CABEZA, YO SOY LA AUTORIDAD AQUÍ, TÚ NO ERES NADIE.

(EL DEBATE/REDACCION/ 13 DE ABRIL 2016)

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