lunes, 14 de julio de 2014

LAS PUNTADAS DEL GOBER

Ya sabía que son los ayuntamientos los que fijan las tarifas para el consumo de agua potable. Ya sabía, también, que en Empalme no hay oficina dependiente de Conagua para el control de este negocio que debería de llamarse Agua de Empalme, de lo que se está encargando el vecino puerto, nada justo para medir este líquido, que si bien no cobra 83 mil pesos y pico en los consumos, si carga la mano a la gente humilde, con pensiones de 1,200 pesos, con el cobro de mil 400 mensuales, lo que les impide hacer el pago. Semejante suma está por encima del salario mínimo, lo que mata de sed a las familias y, por consecuencia, de hambre del mismo modo.

Una pregunta: ¿Serán los habitantes de Hermosillo los que pagarán el costo del acueducto, en un criminal sacrificio de los pobladores de esa ciudad, como se está viendo con los consumos de agua de 54 y 83 mil pesos mensuales?

Nunca se ha sabido en Empalme cuál es la tarifa fijada por ayuntamiento del alcalde panista Laguna, pero sí informan los empleados de la sucursal de Agua de Guaymas que los responsables de las altas cobranzas son los señores regidores que fijan las tarifas y para reclamar un buen cobro, se tiene que ir al puerto a alegarle al ampáyer, quien el igual que el recordado Viejo Leal llamaba a su compañero de arbitraje de las bases para consultarle su decisión, y al regresar a su posición en el home, se quitaba la responsabilidad cargando a su compañero la decisión, lo que dejó varias veces al Chile López en la estaca.

Total que así son los descorteses y autoritarios empleados de Agua de Guaymas, descargando su culpa en los trabajadores de la sucursal Empalme y asunto que se termina. Permanece el alto consumo, la multa y el recargo por la demora en el pago.

Se entiende que, con el agua abundante que llega del Novillo, los cobros deben ser bajos, es decir, congruentes con los salarios y las pensiones de los jubilados, lo que no es así y se deja a los consumidores chiflando la Valentina en la Loma de Guamúchil, donde los yaquis rumian su amargura ante la negativa del “gober” de obedecer los fallos de la Suprema Corte de Justicia, aplicando aquel principio de “que eso y un vaso de agua no se le puede negar a nadie”.

Y todavía los señores de la administración del agua, se van por el corte del servicio, algo que está prohibido pero los succionadores de los dineros públicos se lo pasan por el arco del triunfo y lanzan un maderazo de desprecio a los sufridos usuarios que se lo regresan multiplicados y juran venganza en las urnas el 2015, de lo que hace caso omiso el diputado panista Luis Ernesto Nieve de la Comisión del Agua, cuya comisión preside. ¿Y tu nieve de que la quieres?, pregunta a sus críticos.

La situación sigue igual o peor en el caso de la Comisión Federal de Electricidad, que también está en el plan de aumentar las tarifas, con ese desglose imaginario que presentan en el recibo, dando por hecho que la CFE ha colaborado con más del 70 por ciento del importe del pago. Su teléfono 071 es el único medio de los inconformes para pedirle perdón a la Virgen del Cerrito y de la Curva de San Judas, por las mentadas de madre que les han dedicado a los autoritarios y simpáticos empleados, que esperamos sean relevados de los cargos ahora que con la reforma energética, pasan a ser las víctimas de su incompetencia. Pues, los que vienen, vienen a competir en trato, precio y consumo. ¡Qué Dios los encuentre confesados! Por el lado del consumidor no habrá misericordia.

Y mientras, el Gober engordando el bolsillo, sin darse cuenta que la nueva administración panista está en contra de la obesidad.

Y en cuanto al alcalde de Hermosillo, Alejandro López Caballero, frustrado aspirante a Gobernador del Estado, no tiene perdón de Dios cuando invoca a Samuel Moreno Terán, para escudarse en la excusa de que éste no reporta las fallas en los recibos del agua, cuando basta y sobra que reciba 300 quejas diarias el ayuntamiento y 30 en su celular, para proceder en consecuencia. Que atienda su negocio y no se concrete a cargar culpas a terceras personas. Eso es inhabilidad para el cargo.

El pan no existe. Se acabó en la distribución del poder entre sus hambrientos miembros, avorazados e ineptos. No les alcanzó la docena del rastacuerismo y piden pan y no les dan, como los maderos de San Juan... pero sí reciben el hueso que les dan  por el pescuezo...

(DOSSIER POLITICO/ ESTEBAN MARTÍNEZ DÍAZ / 2014-07-13)

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