La mamá de ‘Robertito’ negaba los abusos cuando la llamaban a la escuela del niño
TIJUANA.- La abuelita del niño
“Robertito”, justificó las quemaduras que sufrió su nieto bajo el
argumento de ser “un problema de carácter familiar”.
EL MEXICANO acudió a la casa del fraccionamiento Rinconada de Otay, en donde ocurrieron los hechos.
La mamá de Alethia A. Peña, contestó desde el interior de la vivienda, sin abrir la puerta de protección.
Al pregntarle su versión respecto a las quemaduras que su hija le ocasionó en las manos a su nieto, de 5 años, respondió era un problema de familia.
Después se defendió al argumentar no sucedieron los hechos como lo informó la Policía Municipal y culpó a los medios de comunicación por dar la noticia sobre el arresto de Alethia.
“Lo que diga la autoridad no me importa, porque yo sé lo yo que hice”, declaró para luego cerrar la puerta de su hogar.
La autoridad informó que la abuelita denunció el maltrato a su nieto “Robertito”, por eso llegaron policías el lunes pasado a su casa en la calle Del Faro.
A partir de entonces, el menor y su hermano Elías, de 3 años, se encuentran a disposición del DIF Estatal, mientras su mamá a disposición de la agencia del Ministerio Público de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar.
Alethia le quemó las manos a su hijo con las parrilas de la estufa, bajo el argumento de comerse unas galletas sin permiso.
MADRE NEGÓ AGRESIONES
El pequeño “Robertito” un día contó en el jardín de niños Renato Leduc, cómo su mamá agarró un cuchillo para agredir a su papá.
Para la maestra Ofelia Osuna la violencia que mostraba en la escuela era producto del reflejo de lo que veía en casa.
Era “demasiado agresivo, hacía unas tras otras. Pegar, agarrar cosas que no eran de él, molestar a los compañeros”, recordó.
También lo calificó como “un niño muy tierno, que respondía muy bien al estímulo verbal”.
Cuando le decía “Roberto lo estás haciendo muy bien. ¡Que bonito te quedó tu trabajo!, respondía”, detalló la educadora de la escuela ubicada en la misma colonia Rinconda Otay.
Siempre vestía ropa grande. El pantalón y la camisa eran de tallas más grandes. En una ocasión le contó su mamá lo había quemado. Citaron a Alethia pero negó todo.
“Constantemente llamaba a la mamá”, mencionó.
Una vez el niño argumentó tenía marcas en su manos por piquetes de pulgas.
Pero luego le reveló “que la mamá le había hecho (eso). Cuando yo le pregunté a la señora me dijo: No, yo no le pegó a mis hijos”.
“En aquella ocasión el niño me había dicho que su mamá lo había quemado”, expresó la educadora.
En la Procuraduría General de Justicia del Estado se informó el caso aún está bajo investigación.
(EL MEXICANO/ Said BETANZOS /22 DE MAYO 2014)
La mamá de Alethia A. Peña, contestó desde el interior de la vivienda, sin abrir la puerta de protección.
Al pregntarle su versión respecto a las quemaduras que su hija le ocasionó en las manos a su nieto, de 5 años, respondió era un problema de familia.
Después se defendió al argumentar no sucedieron los hechos como lo informó la Policía Municipal y culpó a los medios de comunicación por dar la noticia sobre el arresto de Alethia.
“Lo que diga la autoridad no me importa, porque yo sé lo yo que hice”, declaró para luego cerrar la puerta de su hogar.
La autoridad informó que la abuelita denunció el maltrato a su nieto “Robertito”, por eso llegaron policías el lunes pasado a su casa en la calle Del Faro.
A partir de entonces, el menor y su hermano Elías, de 3 años, se encuentran a disposición del DIF Estatal, mientras su mamá a disposición de la agencia del Ministerio Público de Delitos Sexuales y Violencia Intrafamiliar.
Alethia le quemó las manos a su hijo con las parrilas de la estufa, bajo el argumento de comerse unas galletas sin permiso.
MADRE NEGÓ AGRESIONES
El pequeño “Robertito” un día contó en el jardín de niños Renato Leduc, cómo su mamá agarró un cuchillo para agredir a su papá.
Para la maestra Ofelia Osuna la violencia que mostraba en la escuela era producto del reflejo de lo que veía en casa.
Era “demasiado agresivo, hacía unas tras otras. Pegar, agarrar cosas que no eran de él, molestar a los compañeros”, recordó.
También lo calificó como “un niño muy tierno, que respondía muy bien al estímulo verbal”.
Cuando le decía “Roberto lo estás haciendo muy bien. ¡Que bonito te quedó tu trabajo!, respondía”, detalló la educadora de la escuela ubicada en la misma colonia Rinconda Otay.
Siempre vestía ropa grande. El pantalón y la camisa eran de tallas más grandes. En una ocasión le contó su mamá lo había quemado. Citaron a Alethia pero negó todo.
“Constantemente llamaba a la mamá”, mencionó.
Una vez el niño argumentó tenía marcas en su manos por piquetes de pulgas.
Pero luego le reveló “que la mamá le había hecho (eso). Cuando yo le pregunté a la señora me dijo: No, yo no le pegó a mis hijos”.
“En aquella ocasión el niño me había dicho que su mamá lo había quemado”, expresó la educadora.
En la Procuraduría General de Justicia del Estado se informó el caso aún está bajo investigación.
(EL MEXICANO/ Said BETANZOS /22 DE MAYO 2014)
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