lunes, 5 de agosto de 2013

EL INFORTUNIO DE UN CASINO EN LOS CABOS

 
Familias cabeñas protestan por la apertura del casino La Fortuna en la conocida Plaza Sendero, misma que desde un principio fue avalada por el gobierno perredista del alcalde José Antonio Agúndez Montaño

Gerardo Zúñiga Pacheco
Cabo San Lucas, Baja California Sur. Desde un principio, el gobierno del alcalde del Partido de la Revolución Democrática (PRD), José Antonio Agúndez Montaño, supo de la instalación del casino La Fortuna en este destino de playa, cuando la compañía Doblecar, S.A. de C.V. solicitó y tramitó una licencia de construcción para registrar una obra de remodelación en la Dirección General de Planeación, Desarrollo Urbano y Ecología del Ayuntamiento de Los Cabos.

En el formato de solicitud quedó registrado debidamente el nombre del usuario, la descripción de la obra, ubicación y teléfono; se entregó constancia de carta de posesión, constancia de no adeudo de agua y de Impuesto Predial, así como la copia del plano de la construcción, constancia de deslinde y autorización de uso de suelo.

En el rubro de descripción, quedó asentado que la obra de remodelación era de una casa de juegos y apuestas, detallando  el plano estructural, instalaciones y arquitectónico de esta compañía originaria de Monterrey, Nuevo León.

Datos recabados por ZETA exponen que a principios de abril de 2013, el Departamento de Licencias de Construcción fue el responsable de elaborar el trámite y revisar que se cumplieran las necesidades técnicas, de seguridad y orden de una manera global, en cuanto al diseño, construcción, reparación y ampliación de obras en base al plan y programa de desarrollo urbano.

Terminó la obra y la compañía Doblecar, S.A. de C.V. todavía tuvo tiempo de introducir mesas, sillas, sillones, escritorios y todas las máquinas de juegos al azar, y hasta colocar decoraciones en el interior de las instalaciones.

Peor aún, la casa de juegos y apuestas puso el anuncio exterior con la leyenda La Fortuna, en cuyo logotipo sobresale la figura de una máquina de juegos con iluminación fluorescente.

De manera oficial, nadie se había dado cuenta de esto, hasta que el 27 de julio, la presidenta de la Asociación de Padres de Familia de Los Cabos, Adriana López Monge, apareció cerca de las diez de la mañana y, tras una convocatoria, protagonizó una manifestación en contra de la apertura del casino La Fortuna en la conocida Plaza Sendero de Cabo San Lucas.

Durante la protesta, donde participaron padres de familias y niños, condenaron la puesta en marcha de esa casa de juegos, sobre todo porque, recordó, “el Congreso local había prohibido el 26 de marzo la instalación de más casinos en el estado, y pareciera que fue todo lo contrario”.

Según el dictamen de la XIII Legislatura, publicado en el Diario Oficial, los diputados aprobaron por unanimidad reformar los artículos 14 y 148 de la Constitución Política del Estado, donde quedó establecida la prohibición a las autoridades estatales y municipales de otorgar permisos para uso de suelo y licencias de construcción a empresas denominadas casinos, salas de sorteos, casas de juego o similares.

En su momento el dictamen fue avalado por las comisiones de Enlace Legislativo y de Puntos Constitucionales y de Justicia, quienes en su pronunciamiento conjunto, expusieron que “no permitirán más casinos” por los problemas sociales y económicos que estaban generando y el incremento de “jugadores problema”.

El caso desató una serie de comentarios, como los del presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Los Cabos, Julio Castillo Gómez,  quien analizó la situación desde la perspectiva jurídica y social.

En entrevista con ZETA, consideró que el destino necesita orden, ya que el crecimiento desordenado no solo genera problemas políticos, sino también sociales.

“Los empresarios estamos obligados a respetar las leyes y normas, pero si alguien no está haciendo caso, la autoridad tiene la obligación de hacerlas valer, basado en el marco jurídico, porque se está sentado un precedente de desorden, el cual se puede repetir con otras empresas en un futuro”, dijo Castillo.

El empresario señaló que los diputados -quienes prohibieron la instalación de más casinos- también están obligados a revisar que las leyes que aprobaron se ejecuten, e incluso la Secretaría de Gobernación debe revisar este caso, porque ya se está generando un problema social en la localidad.

La presión social obligó a la Dirección de Inspección Fiscal del Ayuntamiento de Los Cabos a tratar de emendar el error y pretender clausurar el casino cuatro días después de la inauguración -29 de julio-, pero no pudo.

El representante legal de la compañía exhibió el amparo 2412/2012/6Y, expedido el 2 de julio de 2013 por el Juez Segundo de Distrito en materia Civil y del Trabajo en el Estado de Nuevo León, que a la letra dice:

“Se concede la suspensión provisional para que se mantengan las cosas en el estado que se encuentran, es decir, para que no sean desalojados, desposeídos, ni se lleve a cabo el decomiso, sustracción, aseguramiento, incautación, secuestro o embargo de bienes propiedad de la quejosa, siempre y cuando así lo acredite; ni su ejecución con uso de la fuerza pública, cateo, rompimiento de caraduras, ni tampoco se lleve a cabo la ejecución de proveídos, autos, socorros y resoluciones señaladas tendientes a una violación a la privacidad domiciliaria, allanamiento del centro de trabajo relacionada en la ubicación antes mencionada. Todo lo anterior, no provenga del procedimiento administrativo que en su caso se estuviera siguiendo”.

Cuando el Ayuntamiento de Los Cabos pretendió clausurar el local con la fuerza pública, todos fueron sacados del lugar y, expuestos al ridículo, el representante amenazó con llamar a las fuerzas armadas si no se retiraban del lugar, al violentar “un amparo federal”.

Sobre estos hechos, el gobierno de José Antonio Agúndez Montaño aseguró que “como autoridad actuó estrictamente apegado a la Ley, y clausuró jurídicamente el casino”. No obstante, reconoció que La Fortuna opera ilegalmente porque carece de permiso de apertura, operación y licencia de alcohol, y todos los días recibe a más de 300 personas en sus instalaciones.

Para concluir, el alcalde citó que el casino no debe operar, porque lo cual “se está revisando jurídicamente el caso para actuar en consecuencia”, ratificando su compromiso con la legalidad, el Estado de Derecho y con la ciudadanía.

(SEMANARIO ZETA BCS / agosto 5, 2013 12:00 PM)

El infortunio de un casino en Los Cabos

casinos 1



Posted agosto 5, 2013 12:00 PM by

Familias cabeñas protestan por la apertura del casino La Fortuna en la conocida Plaza Sendero, misma que desde un principio fue avalada por el gobierno perredista del alcalde José Antonio Agúndez Montaño
Cabo San Lucas, Baja California Sur. Desde un principio, el gobierno del alcalde del Partido de la Revolución Democrática (PRD), José Antonio Agúndez Montaño, supo de la instalación del casino La Fortuna en este destino de playa, cuando la compañía Doblecar, S.A. de C.V. solicitó y tramitó una licencia de construcción para registrar una obra de remodelación en la Dirección General de Planeación, Desarrollo Urbano y Ecología del Ayuntamiento de Los Cabos.
En el formato de solicitud quedó registrado debidamente el nombre del usuario, la descripción de la obra, ubicación y teléfono; se entregó constancia de carta de posesión, constancia de no adeudo de agua y de Impuesto Predial, así como la copia del plano de la construcción, constancia de deslinde y autorización de uso de suelo.
En el rubro de descripción, quedó asentado que la obra de remodelación era de una casa de juegos y apuestas, detallando  el plano estructural, instalaciones y arquitectónico de esta compañía originaria de Monterrey, Nuevo León.
Datos recabados por ZETA exponen que a principios de abril de 2013, el Departamento de Licencias de Construcción fue el responsable de elaborar el trámite y revisar que se cumplieran las necesidades técnicas, de seguridad y orden de una manera global, en cuanto al diseño, construcción, reparación y ampliación de obras en base al plan y programa de desarrollo urbano.
Terminó la obra y la compañía Doblecar, S.A. de C.V. todavía tuvo tiempo de introducir mesas, sillas, sillones, escritorios y todas las máquinas de juegos al azar, y hasta colocar decoraciones en el interior de las instalaciones.
Peor aún, la casa de juegos y apuestas puso el anuncio exterior con la leyenda La Fortuna, en cuyo logotipo sobresale la figura de una máquina de juegos con iluminación fluorescente.
De manera oficial, nadie se había dado cuenta de esto, hasta que el 27 de julio, la presidenta de la Asociación de Padres de Familia de Los Cabos, Adriana López Monge, apareció cerca de las diez de la mañana y, tras una convocatoria, protagonizó una manifestación en contra de la apertura del casino La Fortuna en la conocida Plaza Sendero de Cabo San Lucas.
Durante la protesta, donde participaron padres de familias y niños, condenaron la puesta en marcha de esa casa de juegos, sobre todo porque, recordó, “el Congreso local había prohibido el 26 de marzo la instalación de más casinos en el estado, y pareciera que fue todo lo contrario”.
Según el dictamen de la XIII Legislatura, publicado en el Diario Oficial, los diputados aprobaron por unanimidad reformar los artículos 14 y 148 de la Constitución Política del Estado, donde quedó establecida la prohibición a las autoridades estatales y municipales de otorgar permisos para uso de suelo y licencias de construcción a empresas denominadas casinos, salas de sorteos, casas de juego o similares.
En su momento el dictamen fue avalado por las comisiones de Enlace Legislativo y de Puntos Constitucionales y de Justicia, quienes en su pronunciamiento conjunto, expusieron que “no permitirán más casinos” por los problemas sociales y económicos que estaban generando y el incremento de “jugadores problema”.
El caso desató una serie de comentarios, como los del presidente del Consejo Coordinador Empresarial de Los Cabos, Julio Castillo Gómez,  quien analizó la situación desde la perspectiva jurídica y social.
En entrevista con ZETA, consideró que el destino necesita orden, ya que el crecimiento desordenado no solo genera problemas políticos, sino también sociales.
“Los empresarios estamos obligados a respetar las leyes y normas, pero si alguien no está haciendo caso, la autoridad tiene la obligación de hacerlas valer, basado en el marco jurídico, porque se está sentado un precedente de desorden, el cual se puede repetir con otras empresas en un futuro”, dijo Castillo.
El empresario señaló que los diputados -quienes prohibieron la instalación de más casinos- también están obligados a revisar que las leyes que aprobaron se ejecuten, e incluso la Secretaría de Gobernación debe revisar este caso, porque ya se está generando un problema social en la localidad.
La presión social obligó a la Dirección de Inspección Fiscal del Ayuntamiento de Los Cabos a tratar de emendar el error y pretender clausurar el casino cuatro días después de la inauguración -29 de julio-, pero no pudo.
El representante legal de la compañía exhibió el amparo 2412/2012/6Y, expedido el 2 de julio de 2013 por el Juez Segundo de Distrito en materia Civil y del Trabajo en el Estado de Nuevo León, que a la letra dice:
“Se concede la suspensión provisional para que se mantengan las cosas en el estado que se encuentran, es decir, para que no sean desalojados, desposeídos, ni se lleve a cabo el decomiso, sustracción, aseguramiento, incautación, secuestro o embargo de bienes propiedad de la quejosa, siempre y cuando así lo acredite; ni su ejecución con uso de la fuerza pública, cateo, rompimiento de caraduras, ni tampoco se lleve a cabo la ejecución de proveídos, autos, socorros y resoluciones señaladas tendientes a una violación a la privacidad domiciliaria, allanamiento del centro de trabajo relacionada en la ubicación antes mencionada. Todo lo anterior, no provenga del procedimiento administrativo que en su caso se estuviera siguiendo”.
Cuando el Ayuntamiento de Los Cabos pretendió clausurar el local con la fuerza pública, todos fueron sacados del lugar y, expuestos al ridículo, el representante amenazó con llamar a las fuerzas armadas si no se retiraban del lugar, al violentar “un amparo federal”.
Sobre estos hechos, el gobierno de José Antonio Agúndez Montaño aseguró que “como autoridad actuó estrictamente apegado a la Ley, y clausuró jurídicamente el casino”. No obstante, reconoció que La Fortuna opera ilegalmente porque carece de permiso de apertura, operación y licencia de alcohol, y todos los días recibe a más de 300 personas en sus instalaciones.
Para concluir, el alcalde citó que el casino no debe operar, porque lo cual “se está revisando jurídicamente el caso para actuar en consecuencia”, ratificando su compromiso con la legalidad, el Estado de Derecho y con la ciudadanía.
- See more at: http://www.zetatijuana.com/ZETA/bcs/el-infortunio-de-un-casino-en-los-cabos/#sthash.7dxIBTrI.dpuf

No hay comentarios:

Publicar un comentario