viernes, 3 de mayo de 2013

"O SE BAJAN O LOS MATAMOS": INDOCUMENTADOS NARRAN TERROR


‘¡O se bajan o los matamos!’: indocumentados narran terror
Cosoleacaque, Ver.- Gustavo Adolfo Garnica es uno de los indocumentados centroamericanos que, por no haber pagado una cuota de 100 dólares al crimen organizado, fue obligado a tirarse del tren en movimiento la noche del miércoles.

Asegura que él, como los otros más de 300 compañeros que iban en el lomo de los vagones, no traían dinero, por lo que suplicó que le permitieran seguir en la ruta, pero fue en vano.

“Tenía unos 25 minutos de haber salido de Coatzacoalcos, cuando se subieron cuatro sujetos que nos preguntaron que si habíamos pagado una dichosa cuota de 100 dólares, pero la verdad casi todos no teníamos para pagar ni quién nos ayude, pues sólo salimos de nuestro país con nuestra fe en Dios.

“Pero ellos dijeron a los que no habían pagado: ‘¡O se bajan o los matamos!’, recuerda el migrante de origen hondureño de ese atraco.

Tras la amenaza, dice, se aferró a no soltar las escalinatas del vagón, pero por los golpes de machete que recibió, se dejó caer y sufrió varios golpes, por lo que al igual que otros nueve fue rescatado por socorristas que acudieron al paraje y trasladado al Hospital General de Minatitlán.

Sin embargo, por la amenaza que sufrió, Gustavo Adolfo confiesa al abandonar el hospital, que no volverá intentar viajar a Estados Unidos.

Para el Gobierno de Veracruz, los hechos violentos obedecieron a un riña entre los mismos viajeros, pero los testimonios, como los de Gustavo Adolfo, advierten de un asalto masivo y violento por sujetos armados que atacan los vagones uno por uno.

“Venían de vagón en vagón, desde adelante hacia atrás. Unos siete que estaban armados con machetes y pistolas se quedaron en el primero, con los que pagaban; mientras que otros dos, uno con un machete y otro con una pistola, avanzaban por los techos de los vagones”, sostiene Luis Ortiz, quien es nicaragüense y se refugió en la capilla católica de Las Barrancas.

“A mí me tocó ver cómo los aventaban o se dejaban caer, pero el tren no paraba, venía con velocidad. Yo, y otros, apenas me bajé cuando me apuntaron desde lejos con el arma, pero a varios sí les dispararon”, agrega.

“He viajado en tren en otras ocasiones a California, pero ésta es la primera vez que sufro y ya no vuelvo a viajar, porque me tocó caer y rasparme todo el rostro, preferí aventarme antes que lo hicieran”, lamenta el hondureño Carlos González.

“Ojalá y hagan algo las autoridades, porque nosotros no hacemos daño a nadie, sólo queremos trabajo”, dice a su vez el nicaragüense Pablo Valdivia.

Al mediodía, el director del Hospital General de Minatitlán, Ángel Lezama, reporta que sólo quedan dos internados: Julio Martínez Gómez, quien tiene una herida de machete en la mano izquierda; y Saúl Roque, quien sufrió un balazo en el muslo.

Fray Tomás González, dirigente del refugio de migrantes “La 72”, localizada en Tenosique, Tabasco, asegura que se trata de una estrategia que desde inicios del 2013 instrumentó el crimen organizado para que, en lugar de acrecentar sus ganancias con secuestro, cobrarles a cada uno de los migrantes que viajan a bordo del tren.

Unen auxilio

La mayoría de los migrantes agredidos buscó refugio en el poblado de Las Barrancas, donde los habitantes se organizaron y les brindaron auxilio en la capilla de Nuestra Señora de El Carmen.

“No nos dimos abasto. Uno de nosotros decidió hacer un perifoneo en el poblado y así fue que vinieron también los evangélicos para dar café y tamales de cenar”.

A las 3:00 horas, refiere Jara, elementos del Instituto Nacional de Migración arribaron al poblado con cuatro camiones vacíos para conminar a los migrantes a retornar a sus países.

“Sólo dijeron que quienes quisieran regresar o refugiarse en el albergue de Acayucan, ahí estaban los autobuses. Y los cuatro se los llevaron llenos”.

No obstante, a 24 horas del atraco, todavía hay una veintena de migrantes que permanece en la capilla y estiman que puede haber más heridos dispersos por las vías del tren.

“Yo creo que queda mucho más gente golpeada que aún anda por las vías”, dice Luis Cruz.

Rastrean a red de extorsionadores

Unos 300 efectivos de la Marina, el Ejército y la Policía Federal fueron desplegados en Cosoleacaque, Minatitlán y las vías que llevan a Chinameca y Jaltipan de Morelos, en el sur de Veracruz, para ubicar a una peligrosa red de extorsionadores.

Para las Fuerzas Armadas, la zona es considerada como un foco rojo para los indocumentados debido a la constante agresión de la que son objeto quienes proceden de Centroamérica y se suben al lomo del tren, conocido como “La Bestia”, para llegar a Tamaulipas o Lechería, en el Estado de México.

Fuentes militares advierten que la extorsión de migrantes es un modus operandi de un grupo delictivo y que comprende cuatro tramos del tren que viaja desde Chiapas, Tabasco y Veracruz.

Estos tramos corresponden a: Tenosique-Palenque, de Teapa a Chontalpa, Coatzacoalcos-Cosoleacaque y Sayula-Tierra Blanca.

Apenas el 12 de febrero, en Cosoleacaque grupos promigrantes reportaron que varios centroamericanos fueron secuestrados en el mismo tren proveniente de Coatzacoalcos y criminales les exigieron 100 dólares por el paso de cuota.

Denuncias de desaparición

En el sexenio pasado, la PGR reportó un total de 100 denuncias de desaparición de personas de migrantes, según se establece en una respuesta de información fechada en abril pasado. Para 2013, reporta seis secuestros de indocumentados.

En un documento solicitado vía Transparencia, la empresa Ferrocarril del Istmo de Tehuantepec (FIT), cuya ruta abarca de Medias Aguas, en Veracruz, a Salina Cruz, en Oaxaca, que comparte el derecho de paso con Ferrosur, reconoce que el tren es detenido, sólo cuando hay operativos del Instituto Nacional de Migración y que los migrantes que viajan en la parte superior de los vagones son vulnerables al robo o secuestro de grupos delictivos.
 
  (ZOCALO/Reforma/03/05/2013 - 03:00 AM)

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