jueves, 15 de noviembre de 2012

MANUEL VILLEGAS RODRIGUEZ ¿UN PRIÍSTA EN EL PAN O UN PANISTA EN EL PRI?

La Viña del Señor

Agueda Barojas Ontiveros 
En los últimos días llama poderosamente la atención del respetable la forma en que la clase política –la que gobierna en los municipios y nos representa en el Congreso del Estado-- ha decido resolver problemas como la crisis financiera de diversos ayuntamientos de la entidad, lo cual hizo permitiendo el megaendeudamiento. 

No pasará mucho tiempo en que se sepa si el remedio es peor que la enfermedad lo que aunado a una política de recaudación que raya en el terrorismo sobre los contribuyentes  plasmada en el presupuesto para el 2013 planteado por Otto Claussen, todo en aras de extraer recursos a mansalva, sin tener una  idea clara los porteños de lo que será el Plan Municipal de Desarrollo para el trienio. 

En ese escenario político, la presencia de un personero de la Secretaria de Gobierno en donde cobra como titular Roberto Romero López, haciendo talacha al interior del PAN, en donde con todo el poder de la firma planchó la asunción de Omar Núñez Caravantes a la presidencia del comité municipal blanquiazul en sustitución de Francisco López Lucero. 

En dicha operación fue detectado el exalcalde César Lizárraga Hernández, moviéndose para favorecer al Calamardo, de las gentes de mayor confianza de Francisco Bueno. 

El encargado de convencer a los otrora tiradores al cargo Andrés Panochas Valenzuela, Mirna Araujo y Lalo Garza, de declinar sus aspiraciones fue el expriísta Manuel Villegas Rodríguez, caracterizado en el pasado por ser un recalcitrante descalificador de todo lo que oliera a Acción Nacional, cuando desde la secretaria del ayuntamiento en tiempos del Toño Astiazarán (2006-2009) de quien era colaborador incondicional, orquestó ataques en medios afines en contra del entonces edil Paco Bueno, Omar Núñez y demás panistas de entonces. Les dio con todo Manuel a dichos panuchos.

En efecto, Villegas, quien anduvo metido en 2003 en la campaña interna del PRI cuando su entonces jefe Antonio Astiazarán contendió en contra de Carlos Zataraín por la candidatura a la alcaldía en la cual mordió el polvo y fue consolado con la candidatura a la diputación federal por el 04 distrito, la cual le coordinó el interfecto, ganándose el pase a una regiduría en la planilla con el Bebo, posición que ocupó junto a Martha León Chávez, Alejandra Padilla, Yosadaq López, Karitina Espinoza y otros, alcanzando la coordinación del grupo edilicio priísta desde donde le jugó las contras a Zataraín todo el trienio, al pertenecer durante  mucho tiempo -¿ya dejó de serlo?— a la cuadra de Antonio  Astiazarán, con quien fue secretario del ayuntamiento, puesto que dejó por supuestas diferencias con el Toño, aunque se sospechó que todo fue una jugada para mandarlo a manejarle ciertos asuntitos por fuera de la comuna. Durante su gestión se dio el golpe al SUTSAG para acomodarlo a los intereses oficiales, lo cual incluyó el uso de la policía municipal para tan aviesos fines. 

Iniciado en la política partidista en la organización México Nuevo que dirigía el médico Germán Carlos Boneo, a la postre llegó a dirigir a la misma cuando José Luis Marcos León Perea presidía al PRI guaymense. Tiempo después coordinó la descarrilada precampaña de Arturo Montiel en la región, cuando el mexiquense buscó la nominación de su partido a la presidencia, la cual abandonó ante la exhibida que le dieron desde el equipo de Roberto Madrazo y que por el calibre y elaboración del golpe las sospechas recaen sobre Manlio Fabio Beltrones, lo que según esto le ganó al sonorense su salida de San Lázaro hacia una embajada a partir del 1º. de diciembre.

De rabioso persecutor de panistas a candidato

Luego de coordinar la campaña del panista Max Othón por rumbos del mayo pasó a integrarse a la secretaría de Gobierno, convirtiéndose en brazo derecho de su titular a quien sirve sin empacho como secretario particular pero con cartera operativa para actuar dentro del quehacer del partido en el gobierno estatal.

Ahora, al alimón con Adrián Espinoza, a la sazón secretario general del directivo estatal panista y reconocido operador electoral, se les ha visto circular por el puerto, de pura coincidencia cuando desde la cúpula blanquiazul se implementó el programa de conformar subcomités en los municipios, una especie de comités de barrio como los que integró Sara Valle en su Gobierno de Ciudadanos o los ya conocidos Seccionales priístas. 

Estos mentados subcomités tienen la función de ir organizando a la ciudadanía de los barrios y colonias con obvias intenciones electorales ante el rotundo fracaso de Fuerza XXI en los comicios de este año, que en Guaymas representó un descomunal descalabro al ganar el tricolor el carro completo yanto en el municipio como en el distrito local XIII y en el federal 04. 

Debido a ello, se dice se ha comisionado a Manuel Villegas a operar políticamente en el puerto por sus conocimientos que dice tener sobre su expartido el PRI, amén de mencionársele como pretenso a ocupar una candidatura bajo las siglas panistas.

Operativo de Estado

Sin embargo, el burócrata y el directivo panista tienen como tarea promover que cada funcionario del gobierno del estado en Guaymas conforme una brigada para en una barrida por las colonias del puerto visiten en sus domicilios a los miembros adherentes del PAN para que firmen el refrendo, cuando antaño dicha acción se llevaba a cabo mediante convocatoria pública en la que se invitaba a todos los adherentes a pasar a las oficinas del partido para que signaran tal refrendo.

Lo anterior hace ver los temores de que derivada de la debacle electoral de este 2012 se de una desbandada de adherentes o cunda el desencanto al interior del partido. 

Estos movimientos confirman la especie difundida en algunos medios de comunicación críticos que sostiene que Espinoza desde el PAN, Roberto Romero como segundo de abordo en la jerarquía del gobierno y Sebastián Sotomayor, quien fue impuesto a chaleco como presidente del Supremo Tribunal de Justicia de quien depende el Tribunal Estatal Electoral a la hora buena, y sobre cuyo nombramiento los diputados locales priístas interpusieron ante la Suprema Corte de Justicia de la Nación una controversia constitucional, integran las cartas fuertes para controlar el proceso electoral de 2015.

Francisco Javier Zavala Segura, actual presidente del Consejo estatal Electoral, pudiera acomodarse en esa línea a final de cuentas y cerrar los ojos a la penetración de los órganos electorales con afines al régimen y los propósitos del Newson.

Con la misma piedra

Y en esas cosas raras más propias del surrealismo de la que no es excepción la política, tenemos a un rabioso persecutor de panistas como Villegas trabajando a favor de la causa azul.  

Por ello no es gratuito que muchos panistas con memoria desconfíen de los buenos oficios del Villeguitas…. La burra no era arisca… la derrota de Manuel Aguilar a pesar de contar con todo el poder del dinero detrás suyo, dejó muchas lecciones para los blanquiazules porteños de a pie en materia de imposición de candidatos. 

De persistir estas viciadas prácticas estaremos en presencia del principio del fin que lleva a la destrucción del partido como opción política.
 

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