
Álvaro Delgado
Tal como se presenta hoy el escenario para el 1 de julio, aun si las
encuestas no están “cuchareadas” –como sin duda lo están–, el Partido
Revolucionario Institucional (PRI) no sólo conquistaría la Presidencia de la
República, sino la mayoría en las dos cámaras del Congreso y, junto con casi
todas las gubernaturas, reinstauraría la vieja hegemonía, pero ahora con la
legitimidad de las urnas.
Es un panorama ominoso para México, pero perfectamente posible sin un
contrapeso serio del partido del gobierno que controla Calderón –cuyos
incondicionales han hecho suyas las principales candidaturas y controlan el
PAN–, y con Andrés Manuel López Obrador sin capacidad hasta ahora para sacudir y
atraer a su proyecto a millones de indecisos que pueden dar su voto al PRI
mediante la estupidez del voto nulo.
El infausto porvenir con Peña Nieto no es él en sí mismo –un maniquí
manipulable–, ni Luis Videgaray y Miguel Ángel Osorio Chong, sus coordinadores
formales, sino los poderes económicos y políticos que le prestaron a los
panistas un ratito el poder y que, mediocres, no fueron capaces de administrar
eficazmente, poderes que entre otros representa Televisa, el ministerio de la
ignorancia en México.
Junto a la plutocracia engendrada por Carlos Salinas, uno de los mentores de
Peña Nieto, se encuentran los gobernadores y exgobernadores –a su vez seguidos
por legiones de priistas hambrientos de presupuesto, que ya sienten suyo–, y
grupos criminales que requieren protección al más alto nivel para sus
actividades que financian campañas.
Es la corrupción a gran escala, institucionalizada, que jamás atacaron
Vicente Fox y Felipe Calderón en 12 años de gobierno, que no existe en el
vocabulario ni en el programa del PAN ni de Vázquez Mota, y que con el PRI se
vería perfectamente normal.
Y si a la mayoría de los mexicanos la corrupción le parece perfectamente
normal, si a esos mexicanos no les importa el respeto a su voto, Peña Nieto
ganará. Sin duda…
Apuntes
Se equivoca Gustavo Madero, presidente de ese partido, al calificar de guerra
sucia el trabajo periodístico del semanario Proceso, que publica en su edición
de esta semana que Isabel Miranda de Wallace, candidata a jefe de gobierno del
Distrito Federal, fue sujeta a proceso penal por los delitos de tentativa de
homicidio y resistencia de particulares, hace 14 años, información que ella ha
escamoteado a los ciudadanos que aspira a gobernar. El partido de la guerra
sucia se dice víctima de la guerra sucia… Otra paradoja en el PAN: Vázquez Mota
despide a la periodista Karla Garduño por un equívoco lingüístico, pero enaltece
al responsable de la muerte de 49 bebés en la guardería ABC de Hermosillo, en
2010: Juan Molinar Horcasitas, que ella documentó…
Comentarios: delgado@proceso.com.mx y Twitter: @alvaro_delgado
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