
Hay silencio oficial en la isla sobre el caso de niños adoptados en México y trasladados allá. El asunto parece el inicio de un caso mayor de dudosa legalidad.
BRUSELAS, Bel.- Primero la negativa, luego la recurrente
justificación: “El tema aquí está demasiado sensible”, dicen voceros de
instituciones, organizaciones, agencias y del gobierno irlandés cuando se les
solicita hablar respecto a los niños mexicanos que han sido adoptados de forma
un tanto confusa por familias irlandesas.
Una institución canaliza hacia otra y
ésta a su vez envía a una más que igual se niega, como las anteriores, a hablar
de la vida de alguno de los 92 niños mexicanos que viven en Irlanda.
El clima de
hermetismo es causado por el reciente descubrimiento de una red de tráfico de
niños bajo el señuelo de contratarlos para fotografía publicitaria en
México.
El pasado mes de enero una mujer fue detenida cuando presuntamente intentaba
vender a su hija de dos años en Jalisco.
Las autoridades locales iniciaron
acciones legales en contra de lo que después se confirmó que se trataba de una
red de tráfico infantil internacional, que operó alrededor de 20 años y en la
que participaban al menos nueve personas cuya cabeza se presume que sería el
despacho López y López Asociados, ubicado en Guadalajara, que estaría a cargo
del abogado Carlos López Valenzuela (M Semanal, núm. 743, seis de
febrero de 2012). La noticia impactó en la isla al mismo tiempo que en México
porque 11 parejas de ese país fueron también detenidas y acusadas de participar
en el tráfico de menores.
El nueve de enero la Policía de Zapopan recibió una denuncia y detuvo a Laura
Fabiola Carranza Talamantes, de 21 años de edad, en una avenida de ese
municipio.
En ese lugar supuestamente la mujer vendería a su hija de dos años
por 15 mil pesos.
De acuerdo con las investigaciones de la Subprocuraduría de
Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO), la misma madre
había cedido previamente el consentimiento firmado para que su otro hijo,
Alejandro Raúl, de ocho meses de nacido, emigrara de forma definitiva a Irlanda
con el matrimonio conformado por Mark Joseph Buckley Williams y Grainne Mary
Fitzgerald Doyle, quienes tramitaban ante un juez de lo familiar en el estado de
Colima un proceso de adopción internacional.

POLÍTICAMENTE PODEROSOS
“El tema de la adopción es muy sensible aquí”, comenta también Conall Ó Fatharta, un reportero de investigación que trabaja para el periódico Irish Examiner; “Las autoridades de adopción no están respondiendo las preguntas que algunos medios les hacemos.
Incluso la misma prensa ha sido muy silenciosa sobre el tema, bajo el argumento de que las parejas adoptivas tienen el corazón roto”, señala este reportero, quien conoce de cerca el asunto porque ha sido uno de los pocos críticos respecto a las políticas de adopción en ese país desde hace varios años.
Añade: “La historia de México es muy interesante: el abogado López Valenzuela ha dicho que él llevó a cabo 60 adopciones desde 2004.
El total de menores mexicanos adoptados que viven en Irlanda es de 92.
Esto levanta dudas sobre la legalidad de la adopción de esos 60 niños presuntamente traídos por su despacho”.
Ó Fatharta destaca que el hermetismo de las autoridades irlandesas y de los
padres adoptivos se debe a que estos últimos son “políticamente muy poderosos”.
Y en efecto, al solicitar un encuentro con las autoridades de la Asociación de
Adopción Internacional de Irlanda (AAI), organismo gubernamental encargado de
las adopciones entre naciones, Trish Connolly, encargada de comunicación de esa
oficina, se negó a dar información respecto a los casos específicos de México
porque “las investigaciones de parte de las autoridades mexicanas están en
curso”; argumentó también que los padres no hablarían debido a la “sensibilidad
del tema”.
La AAI también se negó a responder sobre la presunta participación del
abogado López Valenzuela en los 60 casos de adopción en México, tras argüir que
no hará comentarios de casos individuales.
Conor Kerlin, de la misma oficina,
envió un correo electrónico a este reportero en el que responde que “proveer
alguna información sobre la identidad de las personas, al ser confidencial como
lo marca la Convención de La Haya, sería completamente inadecuado”.
La Convención de La Haya (de la cual Irlanda y México son firmantes)
considera que en las adopciones deben participar los dos gobiernos y de común
acuerdo entre los padres naturales y adoptivos.
Sin embargo, Jan Richards, madre
adoptiva irlandesa, comentó a la televisión de ese país que al momento de una
adopción internacional siempre se encuentran entre un mar de trámites que hay
que realizar en el país de la adopción:
“Siempre tendrás que pedirle a alguien
que te ayude con el papeleo, y por supuesto que cuesta dinero, además de lo que
tienes que pagar por los boletos de avión, hotel, etcétera”, expresó.
RAZONES
El tema de las adopciones internacionales en Irlanda no es nuevo: según Ó
Fatharta, desde mediados de la década de los noventa el número de menores en
adopción al interior de ese país descendió considerablemente, al punto de que
las parejas que buscaban un niño o una niña en adopción tuvieron que salir del
país.
“Desde entonces hasta 2010 la cantidad de adopciones en todo el mundo por
parte de parejas de este país se duplicó”, comenta. “Pero este boom
trajo consigo historias de fraude, corrupción, compra de niños e historias
de pequeños que han sido obligados a estar lejos de sus familias”, escribió el
periodista el primero de febrero pasado en el Irish Examiner.
Entre los primeros países que los irlandeses prefirieron para adoptar
estuvieron Vietnam, Rumania y Guatemala, país donde tramitaron 25 por ciento de
las adopciones irlandesas entre 1991 y 2008, pero que también es conocido por
ser la nación con más casos de corrupción al tramitar una adopción en el mundo.
Sin embargo, el mismo 2010 Irlanda firmó la Convención de 1993 de La Haya para
regular las adopciones internacionales, misma que México signó en 1995. No
obstante, la AAI asegura que “todos los procedimientos hechos antes de esta
fecha entre México e Irlanda son perfectamente legales”.
“Sin embargo”, indica
Shane Downer, ejecutivo de la agencia de adopción ARC, “muchos padres están
preocupados de que sus trámites estén al margen de la ley”.
En
2006 se supo que una mujer de nombre My Lind Soland fue videograbada
describiendo la forma en que ella facilitó la adopción de 150 niños mediante
procedimientos fraudulentos, “lo que alteró terriblemente la historia de esos
pequeños”, señala Ó Fatharta.
NÚMEROS EN MÉXICO
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF, por sus siglas en
inglés) calcula que en el mundo existen 153 millones de niños huérfanos. Sin
embargo, esta cifra está sujeta a que el organismo define a un huérfano como un
pequeño que ha perdido a por lo menos uno de sus padres; según este organismo,
95 por ciento de esos niños son mayores de cinco años. En nuestro país se estima
que el número de menores en espera de ser adoptados asciende a 30 mil.
De acuerdo con datos recopilados en todas las entidades del país por del
Sistema Nacional para el Desarrollo Integral de la Familia (DIF) de 2004 a 2010
—años en los que la recién capturada red de tráfico de menores habría facilitado
la salida de pequeños a Irlanda—, el número de huérfanos que alcanzaron adopción
por parte de parejas extranjeras ascendió a 483, siendo el 2009 el año en que
más trámites fueron aceptados, con un total de 157, y el Estado de México la
entidad que más niños aportó, con un total de 88.
No obstante, en una década —de
2000 a 2010— el número de menores que salieron adoptados del país,
principalmente de entidades como Oaxaca, Quintana Roo y Jalisco, fue de 824.
De estos pequeños poco se sabe: apenas hay números, registros e historiales
que se guardan con el celo de un tesoro familiar.
En el extranjero las historias
de estos los niños son difíciles de rastrear y más aún bajo circunstancias donde
redes de tráfico de personas están implicadas.
Un sitio web de nombre The
Irish-Mexican Group, que cuenta con 272 miembros y que fue creado en 2007, dice
promover la difusión de la identidad, cultura, historia y herencia de los niños
adoptados en México que ahora viven en Irlanda.
Este grupo, que no ha tenido
actividad por semanas y que tampoco respondió a las diferentes peticiones de
entrevista, asegura además que ofrecen apoyo previo y posterior a la adopción de
parte de algunos padres que ya han logrado tramitar una adopción en México.
“Las familias tienen miedo de que les quiten a los niños”, afirmó Shane
Downer vía telefónica, quien intentó localizar para este semanario a tres
familias en las que uno de sus hijos es un mexicano adoptado.
“Los pequeños que
yo conozco viven bien”, dijo por su parte desde Dublín Víctor Manuel Avilés,
encargado de prensa de la Embajada de México en Irlanda, quien tiene contacto
con dos familias irlandesas con un integrante mexicano.
“Una de las familias no
está ahora en Irlanda y los otros no quieren hablar con la prensa, tienen
miedo”, finalizó.
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