miércoles, 1 de febrero de 2012

ANTONIO ASTIAZARÁN: UN PELIGRO PARA GUAYMAS


La amenaza de Antonio Astiazarán Gutiérrez de buscar por segunda vez la candidatura priísta a la diputación por el 04 distrito  electoral federal a pesar de toda la carga política negativa que mancha su imagen, es un atrevimiento. 


Al ex alcalde se le achaca el desgarriate existente al interior del PRI guaymense que tiene al borde de ingresar a prisión a personas de su cuadra por la falsificación de documentos y simulación de actos partidistas derivados de la renovación sin convocatoria del Consejo Político Municipal del partidazo en el puerto, en donde hubo un despliegue de malas mañas en grado sumo y desapego a la normatividad partidista, eso fue un cochinero pues.

Y ese solo anuncio del ex alcalde quien inició su andar como secretario particular de Armando López Nogales, ahora busca por todos los medios mantener control sobre el PRI local para colmar sus ambiciones de empujar al diputado Otto Claussen a la candidatura a la alcaldía y a su incondicional Susana Corella a la diputación local,trajo a la memoria el slogan creado por el publicista español Antonio Solá en plena campaña negra contra el Peje y que tantos dividendos le proporcionó a Felipe Calderón en la campaña del 2006. 

Pero en el caso del citado la frase no es mera retórica sino la purita verdad, pues acorde a la máxima bíblica que sostiene que “por sus actos los conoceréis” es posible ver que aunque mantiene un perfil bajo el tipo perteneciente y creado entre los segmentos pudientes de la comunidad y que demuestra como se sabe que el estudiar en escuelas privadas no es garantía de ser formado con valores como la integridad y la honorabilidad  busca colarse a una curul en San Lázaro que le de tranquilidad ante las denuncias penales que enfrenta ante las autoridades de la PGJE derivadas de los manejos cundo se desempeño como alcalde de Guaymas. 

El Toño fue distinguido miembro de la Sub 17 y  predilecto miembo del “mesón boursita” y coordinó la malograda campaña del Vaquero Alfonso Elías en 2009 y aún en los caldeados ambientes de ese año fue acusado por Marcos Ulloa como el responsable de la derrota de Carlos Cacho Zaragoza y de haber entregado el Ayuntamiento al PAN.

Su padre Fernando alguna vez en tiempos de Rodolfo Félix Váldez estuvo a punto de obtener la candidatura a la alcaldía pero se le atravesó Florentino López Tapia y echó por tierra sus intenciones y ahora el Toño esgrimiendo como carta de presentación para acalambrar a los priístas una cercana y sólida relación con el operador peñanietista Miguel Angel Osorio Chong, pretende ocultar el estiercolero dejado a su paso por los puestos públicos para mantenerse en el ánimo del ex gobernador de Hidalgo, además de no hace mucho se autonombraba como “el hombre de Peña Nieto en Sonora” para sorprender incautos.

Los otros tiradores a la candidatura priísta son el exdirigente petrolero y delegado del ISEA en la región ya en tiempos de la era padrecista Marco Antonio Ulloa Cadena y el ex alcalde Carlos Ernesto Zataraín González, quienes a diferencia de Astiazarán, tienen buena presencia en el puerto y no pesan sobre ambos personajes señalamientos de corrupción del tamaño de los que se endilgan a éste y que lo tienen con el carácter de indiciado en la causa penal abierta a raíz de la querella presentada por el regidor Roberto Hugo Maciel Carbajal ante la Agencia del Ministerio Público del Sector I.

El Cachorro cuyo origen es el sector obrero del tricolor, es hijo como todo mundo sabe del ex lcalde porteño y dos veces diputado local, una por Guaymas y otra por Puerto Peñasco, en tiempos del PRI como partido hegemónico en que todo se podía y todo se permitía, Oscar Ulloa Nogales, quien cubrió un buen tramo como hombre fuerte de la política local, antes del surgimiento de personalidades como Florentino López Tapia, poderoso cacique del sector cooperativo y los empresarios Marco Antonio Morroño Llano y Julio Ramón Luebbert Duarte, quien se ganó a pulso el mote de “Príncipe de Miramar” como hasta la fecha se le conoce a Julito.

Y es en la CTM que dirige Jesús Fajardo donde Marcos tiene su actual base de apoyo, aunque en sus buenas épocas, incluidas las del Pemexgate llegó a sostener excelentes relaciones con el jerarca sindical Carlos Romero Deshamps, aunque no debe olvidarse que también cuenta con las simpatías de viejos cuadros priístas que en su momento integraron el grupo político formado alrededor de su padre, como el propio actual legislador Bulmaro Cabezón Pacheco Moreno, Alfonso Poncho Ayala Fonseca, Manuel Barrón, Jorge Enríquez Valle entre otros menos vistosos.

Su experiencia partidista también ha contado en su carrera, pues fue el primer presidente del PRI municipal que emergió de un proceso interno de consulta a las bases, dejando en el camino a individuos como José Ordaz, Alfredo Ortega, Francisco Chico Vásquez y Julio César Márquez, por cierto los tres primeros ya fuera de las filas del exinvencible.

En los cargos que ha desempeñado aparte de sus conocidas diferencias con subcoordinador del ISEA Margarito Yito Santiago, no se le conocen mayores desaguisados, bueno aunque el Goyo Bojórquez del semanario católico Zumma, hace señalamientos nada serios sobre su persona. Pero, ese pleito es otra historia.

Quizá un detalle que pone en duda su congruencia lo constituya el bandazo que en últimas fechas ha experimentado Ulloa, cuando de mantener una posición agudamente crítica para con el grupo de Antonio Astiazarán en cuya órbita también pululan miembros identificados de la “banda” de Edmundo Chávez Méndez, de una fecha para acá se le han viso acercamientos con el Otto y ahora con la misma Susana, con quien ya comparte el pan y la sal, pues contrario a su carácter se le ha percibido dócil y con un  discurso conciliador y eso ha hecho saltar la siguiente interrogante en los corrillos políticos: ¿O el Cachorro haciendo gala de sobrada sapiencia polaca busca desplazar con estilo al Toño y borrarles sus aspiraciones o de plano ya llegó a acuerdos y nomás pretende disfrazar el “arreglón”?  

El Bebo quien cuidó en extremo sus manejos a su paso por la comuna sabiendo la que le esperaba con su sucesor a quien concibe como enemigo político, y a quien derrotó en 2003 cuando los dos buscaron la candidatura a la alcaldía ha externado públicamente sus pretensiones de ir por la curul de José Luis Marcos León Perea, Leonpe para sus fans. 

A Zataraín le buscaron pero nada le encontraron al contrario de Astiazaraín, quien utilizando la fuerza coactiva de la Tesorería y de la Inmobiliaria Municipal permitió a sabiendas el manoteo de predios a pasto y para cerrar su trienio intentó permutar a favor de su compadre Eduardo Lemmeyer los “terrenitos” en donde el hotelero pretendía levantar el proyecto “Punta Miramar” y posteriormente trató de llegar a acuerdos bajo la mesa allá por la Baja con César Lizárraga para ocultar el tiradero.

Carlos, al igual que el Toño, en su carrera ha ostentado gran diversidad de puestos, lo mismo administrativos que partidistas y aunque se le identificaba como parte del establo de Luebbert, ahora  con las simpatías de Manlio y Gamboa, demostró en muchos momentos gran éxito como candidato, pues además de haber sido alcalde, diputado local y federal, también en su inicios fue presidente del PRI porteño, por cierto a él le tocó el trago amargo de las jornadas electorales de 1991 cuando el PAN llevando como candidato a José Ramón Uribe, sacó buen susto a la hasta entonces aplanadora tricolor quien se vio malita candidateando a Manuel Ibarra Legarreta.

El cambio del método aprobado por el Consejo Político Estatal del PRI, es decir convención de delegados, al anunciarse que se recurrirá a la encuesta para sacar al candidato a la diputación por el 04 distrito federal, además de malos pensamientos sobre las reales intenciones de la propuesta y de a quien favorece verdaderamente, ha puesto en duda la legalidad del proceso y eso pudiera favorecer a los contrarios de los otros partidos, quienes con la mano en la cintura podrían impugnar tal modificación y dar al traste con las intenciones priístas, y el más favorecido sería Fernando Miranda Blanco, quien seguro con los apoyos con que dice contar, se relambe los bigotes dejando correr la elección en el expartidazo, más cuando cuenta con la asesoría de Horacio Molina, conocido toñista y hermano del secretario de organización del PRI municipal. 

La aseveración de concebir las pretensiones del exalcalde Antonio Astiazarán como un  peligro para Guaymas no es irreal cuando busca emular a Isidro Fabela el fundador del mítico grupo Atlacomulco y conformar un grupo de tal talla, aunque hasta ahora ha fallado y el material humano y político con el que cuenta le ha alcanzado para integrar una secta como la de Don Gato y su pandilla, de la que él se ha erigido como sumo pontífice y algunos de sus miembros como Gabriel Davis, Raúl Molina, José Francisco Vea, Fabrizio Lara, Susa Corella y él incluido, tienen calidad de indiciados en algunas causas penales.

Hasta ahí le llegó la tatema. Ni hablar.

No hay comentarios:

Publicar un comentario