lunes, 24 de octubre de 2011

IMPUNIDAD DE ALTO RIESGO

Martín Durán Domingo 
La PGJE reporta solo 4 detenidos por 76 homicidios de policías en Sinaloa Don Manuel porta un rifle G-3 que le dieron en la última entrega de armas a la Policía Municipal de Navolato.

Está en la entrada de la improvisada comandancia cambiada a las instalaciones del penal, rumbo a El Castillo.

En el rostro moreno se le notan los años, pero eso no le quita lo afable cuando se le aborda.

—¿Y eso?, ¿por qué los cambiaron para acá?

—Ves aquel búnker
—señala una construcción moderna que se levanta en medio de terrenos de cultivo, con paredes sin enjarrar—, ahí va a ser la comandancia, se ve muy bonito, pero cuando quieran ir por nosotros nadie nos va a salvar.

Es la forma de referirse a los comandos que asedian al municipio.

Nadie los detiene.
Eso lo sabe Manuel con sus 18 años de servicio. Dice que ha visto caer a decenas de compañeros en los últimos años. Otros más han puesto “tierra de por medio”.

—¿Y por qué no se sale usted?

—Porque es la misma y tenemos familia que mantener…

Y enseguida tiene tiempo para la queja:

“Horita andan dos policías por patrulla, no más, ya ni sé cuántos quedamos, pero pregúntele al comandante, pásele”.

Pero es inútil, se sabe que aquí las muertes de policías nunca se aclaran.

Ola de impunidad
En Sinaloa, solo en lo que va de 2011 han asesinado a 76 agentes de las diversas corporaciones, incluyendo federales (2), elementos del Ejército (2) y Marina (1), que son los menos, de acuerdo con cifras de la Procuraduría General de Justicia.

 Las instituciones policiales más golpeadas son las locales: Policía Municipal, Estatal Preventiva y Ministerial, es decir, 71 al 15 de octubre.

Pero al igual que la gran mayoría de los homicidios dolosos en la entidad, los crímenes contra agentes pocas veces se esclarecen.

Y es que según voces de la Procuraduría estatal, en gran parte de los casos tienen detrás al crimen organizado. Motivo suficiente para dar carpetazo a los expedientes.

Aún así, la PGJE reportó en datos entregados a Ríodoce vía acceso a la información, que en el primer semestre del año fueron detenidos y puestos a disposición del Poder Judicial a cuatro presuntos responsables de homicidios contra policías.

En total, se libraron en ese periodo seis órdenes de aprehensión, de las cuales tres fueron cumplidas, mientras la otra mitad está pendiente.

Uno de esos cuatro detenidos fue en flagrancia delictiva. En el año, la PGJE ha logrado de los jueces dos sentencias contra presuntos responsables de dar muerte a policías.

Tras Los Mazatlecos
Si con algún grupo delictivo los grupos especiales de las corporaciones estatales han sostenido una cruenta batalla, es con Los Mazatlecos, célula criminal que opera en la zona norte y sur del estado, y que ha sido vinculada con los hermanos Beltrán Leyva y con Los Zetas.

Al menos tres ataques contra policías se les ha atribuido a la gente que encabeza uno de los jefes de la plaza, Fausto Isidro Meza Flores, el Chapo Isidro.

El primero de ellos, sangriento como los siguientes dos, fue el ocurrido el 6 de marzo sobre la carretera México-15, llegando a Guayparime, en Guasave.

El saldo conocido fue de siete policías muertos en el rescate de un detenido apodado el 88.

De esta masacre, solo se ha detenido a Fernando Bakir Romero, quien según la PGJE aceptó su culpa y además se inculpó también en el enfrentamiento del 12 de mayo, cuando un convoy de ministeriales entraba a la base en Los Mochis, cuyo saldo fue de dos policías muertos.

Más tarde se detuvo al ex policía municipal Alejandro Gabriel Carmona, alias el Chilango, quien fue consignado por el levantón y asesinato del agente Paúl Barraza Peñuelas, cuyo cuerpo fue arrojado envuelto en una cobija frente al Congreso del Estado.

Pero uno de los golpes severos a la PEP fue recibido a mediados de julio pasado, cuando un convoy de agentes que acompañaban a los escoltas personales del secretario de Seguridad Pública estatal, Francisco Córdova Celaya, fue emboscado otra vez en Guasave, dejando un saldo de 11 policías muertos.  Hasta la fecha no han presentado detenidos por esta masacre.

Responsables en duda
Recientemente la Policía Federal detuvo a tres implicados en el enfrentamiento ocurrido por la carretera México-15, sobre el tramo Mazatlán-El Quelite.

 Ahí murieron un policía municipal y un federal preventivo, además, otros dos agentes resultaron lesionados.

El tiroteo ocurrió el 10 de octubre pasado en la noche. También un presunto sicario murió en los hechos.

Los tres, identificados por la PGR como Juan César Ureña Salinas, el Negro o el Cesarín; Óscar Omar Ibarra Hernández y Abraham Parra Peña, fueron detenidos horas después en otro lado.

Supuestamente la Policía Federal siguió indicios hasta dar con ellos en El Venadillo. Al menos eso dice la PGR de manera oficial, pero los familiares de los detenidos denunciaron ante la Comisión Estatal de Derechos Humanos que ellos fueron detenidos en distintas circunstancias en Villa Unión.

 La fiscalía federal informó en un comunicado que obtuvo de un juez federal un arraigo por 40 días.

“En el momento de la detención se les aseguró una bolsa de plástico transparente la cual contiene cristal, con un peso de 55 gramos, la cual habían arrojado al suelo al notar la presencia policial”, cita el boletín.

 “Además de una pistola calibre .380 con tres cartuchos útiles en el cargador; un arma corta tipo revólver calibre .357 con seis cartuchos útiles en el cilindro; doce cartuchos útiles de calibre 7.62 x 39 mm y ocho bolsas de plástico con marihuana, con un peso neto de 225 miligramos”.

Sin embargo, la familia de los detenidos los defiende y niegan que hayan participado en los hechos. Pero por el momento, ya la PGR los tiene bajo investigación, para determinar si tuvieron participación o no.

Mientras tanto, la impunidad en crímenes contra policías se mantiene.

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