miércoles, 17 de agosto de 2011

MOREIRA Y EL TRAGABALAS


Angélica BELTRAN
El profesor de primaria, Humberto Moreira, líder nacional del partido que estableció en México una “dictadura perfecta”, regresó a su estilo de crítico superficial y hasta trivial respecto de sus adversarios políticos; y dejó atrás esa consigna que se propuso de ser un dirigente de propuestas y no de señalamientos.

Se le olvidó esa promesa que hizo a la ciudadanía, la que ya está harta de enfrentamientos verbales de los actores políticos; y se refirió con ironía y sarcasmo al presidente nacional del PRD, Jesús Zambrano, al referirse a él con el apelativo de “tragabalas”.

Apodo con que se le conoció al líder perredista durante su luchó en movimientos de la guerrilla en México, cuando no había espacios de expresión en nuestro país; en cuyo contexto fue herido de muerte con un balazo en la boca, en el tiempo de un gobierno priista omnímodo, prepotente y represor.

Un error muy grande el del mentor Moreira, porque lejos de minimizarlo, ensalza la figura del líder nacional del PRD, quien es un líder formado en la auténtica izquierda mexicana, y no salido del PRI; pues se trata de un sobrevivientes de la “guerra sucia” de los años 70, en que desaparecieron y murieron cientos de jóvenes, sin que a la fecha se sepa el paradero de estos ni la causa de esas muertes.

La de los 70, con la “guerra sucia” fue una época oscura en la historia del México contemporáneo, que apenas se está conociendo, gracias a que se han hecho públicos recientemente los archivos del gobierno federal; mismos que se habían mantenido ocultos al ser catalogados como documentos secretos por bien de la seguridad nacional.

El presidente nacional del PRI, Humberto Moreira tuvo ya una acertada respuesta de parte de Jesús Zambrano, ex líder de la Liga Comunista 23 de septiembre.

“No me avergüenzo de mi pasado, al contrario, me siento orgulloso, pues permitió que abriéramos caminos de libertad que no teníamos”, dijo en una entrevista este domingo en Morelia, Michoacán.

Y si bien el líder perredista de origen sonorense no es considerado héroe nacional; sí es un sobreviviente de la represión gubernamental de los 70 en contra de los jóvenes que lucharon por un México democrático y plural.

Un líder de la izquierda que ha logrado ocupar espacios dentro de la función pública como el de vicepresidente de la Cámara de Diputados, para seguir en la tarea de dar mayor poder a la ciudadanía, a través de impulsar dentro de su grupo parlamentario, reformas para quitarle a los partidos políticos el monopolio de las candidaturas, mediante la creación de la figura de candidaturas independientes y el plebiscito o consulta pública para consolidar decisiones gubernamentales.


Regresa a la memoria colectiva la imagen de un PRI asesino de jóvenes

Un error el de Humberto Moreira, el haber usado el apelativo “tragabalas” para demeritar el trabajo de un adversario político; pues con esta crítica reabrió la memoria de los mexicanos acerca de un PRI represor y asesino como lo registra la historia de México. Para acotar el comentario del coahuilense que asumió el cargo de presidente del PRI como candidato único y de unidad para evitar la carnicería dentro del PRI; el dirigente nacional perredista relató lo sucedido la noche en que fue herido de bala: “Me detuvieron y me dieron un balazo en la boca en ese gobierno represor, de ese viejo PRI que hoy encabeza el profesor Moreira, y ese es el PRI que no debemos permitir que regrese al gobierno de Michoacán, ni que se convierta en mayoría para regresar al Ejecutivo”.
Mala la estrategia de Moreira, quien busca mostrar a los mexicanos que el partido que dirige es el nuevo PRI que ahora sí tiene un compromiso social; y que va a hacer un buen gobierno, luego de 12 años fuera de los Pinos, pues se ha dado cuenta que uno de sus grandes errores fue haberse alejado de la gente.
Pues lejos de mostrar, aun en apariencia, que el PRI ha cambiado; muestra que sigue siendo el mismo partido que reprimió las voces críticas; y que ahora, antes de volver a llegar al poder, se contenta con criticarlas o reír del pasado de Jesús Zambrano, el que forma parte de la historia de un México gobernado por un PRI que mató estudiantes y reprimió brutalmente los movimientos sociales, que lucharon por abrir espacios democráticos, en un país que vivía apaciblemente una “dictadura perfecta”.

Recibe mis saludos
Atn Angi Beltrán

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