Sin ningún padrino, sin
trayectoria o relación política, sin siquiera ser militante, Lucero Sánchez
López llegó sola al Partido Acción Nacional (PAN) y así, con sólo su
aspiración, se convirtió en candidata a diputada local.
Por lo menos, esa es la
versión que el ex dirigente estatal del PAN, Edgardo Burgos Marentes, defendió
enérgicamente en una rueda de prensa en la que además deslindó al líder del
partido Sinaloense, Héctor Melesio Cuen Ojeda, y al secretario general de
Gobierno, Gerardo Vargas Landeros, de apadrinar a la legisladora relacionada
con Joaquín el Chapo Guzmán.
Antes de la rueda de prensa
convocada de forma urgente al mediodía del viernes, Edgardo Burgos Marentes no
había emitido un posicionamiento oficial de lo ocurrido en el 2013, cuando la
alianza PAN, PRD, PAS postuló a Sánchez López en el distrito 16 de Cosalá.
Pero tras una semana en la
que el Comité Ejecutivo Nacional (CEN) del PAN “castigó” al diputado Guadalupe
Carrizoza por su relación con Lucero Sánchez y diversos actores políticos
señalaron a Vargas Landeros como el artífice detrás de la candidatura de la
diputada local, Burgos Marentes regresó al Comité Estatal al que renunció
apenas a mediados de año pasado.
Acompañado de la diputada
Yudith del Rincón, quien sin emitir una sola palabra se dedicó a asentir con su
cabeza cada una de las expresiones de Burgos Marentes, el ex dirigente panista
detalló paso a paso el proceso interno del PAN en 2013.
“Tumbo el mito: ni la trajo
el diputado Carrizoza, ni me la presentó el secretario General de Gobierno, ni
tampoco el maestro Héctor Melesio Cuen”, expresó.
“El PAN actuó siempre de
buena fe, en ese momento no había señalamiento ni imputación alguna contra ella
y si bien es cierto que fue candidata de la coalición, ella fue propuesta del
PAN, a través de nuestra reglamentación y de nuestra convocatoria”, agregó.
La “papa caliente” al final
fue aventada a las manos de la Comisión Nacional de Selección de Candidatos, la
cual según Burgos Marentes, fue instalada en abril de 2013 por acuerdo del CEN
del PAN para designar a los candidatos a diputados y alcaldes en Sinaloa.
En Cosalá, Lucero Guadalupe
fue la única interesada en la candidatura del distrito 16, un distrito
tradicionalmente priista. Fue así que Lucero presentó su documentación a través
del Comité Estatal, el cual operó como órgano receptor y transfirió los
documentos de Lucero hacia la Comisión de Selección de Candidatos, explicó
Burgos Marentes.
En este proceso, dijo haberse
reunido con Lucero en una sola ocasión; junto con el entonces candidato a
alcalde, José Manuel Ceballos Padilla, y el presidente del comité municipal de
Cosalá, Ricardo Soto Madueño, en un encuentro institucional que de acuerdo con
Burgos Marentes tan sólo duró 25 minutos.
—¿Quién te presentó a Lucero?
—se le cuestionó al ex dirigente.
—Nadie, ella se presentó en
una reunión con un servidor, se les escuchó 25 minutos, como se les escuchó a
‘N’ candidatos y de ahí en fuera siguieron la ruta institucional.
La ruta institucional en 2013
consistió en presentar a la Comisión Nacional de Selección de Candidatos la
documentación requerida, entre ellos copia de credencial de elector, carta de
aceptación de candidatura, carta de aceptación y compromiso, carta de aspiración
dirigida al CEN, carta bajo protesta y esperar la designación de la Comisión.
La documentación de Lucero
antes referida fue entregada a los medios de comunicación durante la rueda de
prensa de Burgos Marentes, sin embargo, a excepción de la copia del IFE,
ninguna de las cartas muestra un sello oficial u hoja membretada y tan sólo
cuentan con la firma de la legisladora.
En su exposición, Burgos
Marentes admitió que en Sinaloa la narcopolítica es una realidad pero,
defendió, no es el caso de su partido.
“Para mi tranquilidad sabemos
en Sinaloa quién maneja esas líneas y quién no, tengo claro que yo no manejo
esas líneas de comunicación, relación, o acercamiento con la narcopolítica y el
crimen organizado. Se dice y se sabe quienes manejan esas líneas en Sinaloa y
no es el caso de un servidor”, señaló.
ENGARZADA…
LA DIPUTADA AUSENTE
Anabel Ibáñez
Lucero Sánchez López se ha
convertido en la diputada incómoda. Su cubículo, localizado en la zona del
Grupo Parlamentario del PAN, permanece ahí, pero sin actividad desde que el
pasado miércoles 20 de enero fuera interceptada por agentes federales para
trasladarla a la Ciudad de México a rendir declaración judicial.
A la puerta del espacio, que
había ocupado en su calidad de diputada local, le fue arrancado el acrílico con
su nombre. La acción podría considerarse normal porque el acrílico tenía el
emblema del PAN, al cual ya no pertenece. Sin embargo, en el caso de Ramón
Lucas Lizárraga, sigue el acrílico con su nombre, pese a que renunció al Grupo
Parlamentario del PRD.
La diputada Lucero Sánchez
López no ha asistido a las últimas tres sesiones ordinarias a las que convocó
el poder legislativo, a pesar de ser una
de las actividades obligatorias para todo legislador.
La primera falta fue la del
jueves 21 de enero. Las razones de su ausencia eran evidentes, pero no se
cubrió el trámite legislativo de la falta. Ese día era sabido y ampliamente
difundido por los medios de comunicación que la legisladora de Cosalá
permanecía retenida en las instalaciones de la PGR para que rindiera
declaraciones en la integración de dos averiguaciones. La primera por el uso de
documentación falsa, y la otra en la indagatoria sobre la fuga de Joaquín
Guzmán Loera.
La segunda falta fue la del
martes 26 de enero. Ese día la mesa directiva recibió la solicitud de permiso
por parte de la diputada para ausentarse de la sesión, un derecho que tienen
los legisladores en caso de fuerza mayor.
La tercera falta se registró
el jueves 28 de enero. Ese día la mesa directiva recibió de nueva cuenta una
solicitud de permiso para ausentarse de la sesión. La misiva no precisaba
motivo, pero no fue aceptado por el presidente de la mesa directiva, el panista
Francisco Solano Urías, al darse cuenta
que no era la firma de la diputada Lucero Sánchez López. La solicitud se
suscribía con las iniciales “P.A.” de una de sus asistentes. Ello motivó que el
documento fue rechazado porque se consideró
que carecía de validez.
La diputada de Cosalá no solo
se ha ausentado de las sesiones ordinarias, sino de todas las actividades
legislativas y no ha acudido a su cubículo para desahogar sus tareas como
integrante del Congreso del Estado.
El caso de Lucero Sánchez ha provocado
un efecto dominó. La Comisión Permanente del CEN de Acción Nacional ordenó el
lunes 25 la destitución de Guadalupe Carrizoza
Cháidez como coordinador del Grupo Parlamentario del PAN, cargo en el
cual tenía escasos meses, cuando Adolfo Rojo Montoya asumió el cargo de la
presidencia estatal del PAN en Sinaloa. Un hecho inusual, porque de acuerdo con
los estatutos del partido, es facultad de los presidentes estatales el
nombramiento de los coordinadores parlamentarios locales.
Rojo Montoya habría dicho el
martes 26 que se le concedería a Carrizoza Cháidez el derecho de audiencia para
exponer sus puntos de vista ante Federico Döring, quien había sido nombrado
como delegado especial para investigar los hechos que llevaron al PAN a
postular a Lucero Sánchez.
Antes de la llegada de
Federico Döring a Sinaloa, Carrizoza Cháidez dejó de ser el coordinador y el
mismo Adolfo Rojo Montoya, en su facultad que le rige los estatutos
partidistas, se autonombró coordinador parlamentario del PAN.
Carrizoza Cháidez quien había defendido con sus declaraciones a
Lucero Sánchez y argumentado que la investigación de la PGR se había politizado
y prestado a un show mediático, declaró sobre su destitución que era un
militante disciplinado y respetuoso de las decisiones de su partido.
(RIODOCE/ Miriam Ramírez / 31 enero,
2016)
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